«El suicidio de pedir ayuda a grupos menos homófobos para que nos defiendan de los más homófobos» por el boletín informativo anarco-queer Rosa y Negro (Madrid)

Ayer se publicó en este blog un comunicado redactado por algunxs anarquistas queer y transgénero de Melbourne, Australia, sobre la acción que realizó su grupo en el contexto del desfile del Orgullo Gay de este año para criticar y señalar el trasfondo recuperador y asimilacionista del mismo, y sobre la represión que recibieron tanto por parte de la policía como por parte de algunas de las personas que participaban del mencionado evento.

Ahora, en la misma línea de crítica hacia el movimiento LGTB/queer institucionalizado, publico el siguiente artículo, recogido del blog del boletín anarcoqueer madrileño Rosa y Negro, acerca de los peligros de institucionalizar la defensa frente a las agresiones homófobas y tránsfobas, y de permitir que las respuestas dependan de la basura policial o burocrática.

Porque no queremos a los agresores tránsfobos u homófobos en la cárcel, custodiados por carceleros y maderos que también son homófobos (y racistas, y clasistas, y machistas, y fascistas…). ¡Queremos las cárceles ardiendo con todxs lxs opresorxs dentro!

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El pasado sábado 23 de enero una concentración convocada por la asociación LGTB Arcópoli en el metro de Gran Vía (Madrid) reunía a algunos centenares de personas para protestar por las últimas agresiones homófobas y tránsfobas que han tenido lugar en la capital del reino. A cualquiera le hierve la sangre ante estos hechos, pero la respuesta que se ha dado no ha sido la que nos parece idónea: Arcópoli instrumentalizó el rechazo a estos hechos pidiendo en su comunicado (legible aquí) planes y campañas institucionales anti-homofóbicas, enfatizando el papel de los cuerpos represivos municipal y estatal:

Exigimos a la Policía Nacional y a las Policías Municipales que permitan siempre que la víctima lo requiera, la figura del acompañante a la hora de interponer una denuncia motivada por delito de odio. Esta figura está presente en el Estatuto de la Víctima pero se deja a merced del policía permitirla o no. También exigimos a la Policía campañas de accesibilidad al colectivo LGTB.

No tenemos tiempo, ni espacio, ni memoria para recabar todos los casos de homofobia y transfobia por parte de estos cuerpos de defensa del Estado en los últimos años, pero algo sonados fueron casos como el asesinato de Juan Andrés Benítez por los Mossos en 2013, las redadas contra bares de ambiente en Barcelona el orgullo gay del mismo año, o el intento de suicidio de una agente de la Guardia Civil en Coruña hace escasas semanas tras acoso lesbófobo. El pasado 9 de octubre el cortejo del Colectivo Lambda en la festividad comunitaria valenciana fue vapuleado por neonazis y fachas blaveros mientras sus camaradas de la Policía Nacional sonreían.

Dejar nuestra propia defensa en manos de cuerpos policiales que en el pasado nos han perseguido, y en el presente nos pseudo-protegen como parte de la economía de libre mercado mientras una buena parte de sus integrantes nos desprecia por viciosos, es hipotecarnos hacia el futuro. Es recomendable la lectura de un texto surgido tras la aprobación de la ley contra la homofobia catalana en la publicación Anarqueer, “Legislar la homofobia“.

Pero tampoco hay que dedicarse a mirar solamente a Arcópoli o a insultarles por institucionalistas. Sabemos desde hace tiempo de qué palo van y que forman parte de los apoyos para mantener el estado de las cosas como está. Obtienen privilegios de todo esto. La policía no les persigue por ser manteros, okupas, putas, subversivos. Quieren vivir en esta sociedad tal y como está de mal, pero siendo mejor tratados en base a su deseo sexual (mucho más normativo que el nuestro, aunque tampoco sea hetero). Lo planteable aquí es dónde estamos cuando alguien es agredido, y por qué acude a la policía y a Arcópoli en vez de a algún grupo de autodefensa autogestionario y antisistema. La respuesta no va a estar en estas páginas, sólo queda el enigma y la necesidad de plantearnos hacer algo. Ahora son agresiones esporádicas, pero mañana podemos tener un gobierno beligerantemente homófobo, como en Polonia, o podemos tener al Hogar Social Madrid o a Democracia Nacional coordinando enormes manifestaciones homófobas como las que están teniendo lugar estos días en Italia con el apoyo de sus homólogos neonazis.

Nuestra supervivencia no depende del trabajo que hagamos hacia los cuerpos represivos del Estado, ni de que políticos del PSOE y de Ciudadanos vengan a nuestras concentraciones. Depende de que inculquemos con nuestros actos el suficiente miedo a la sociedad hetero, en especial a sus más entusiastas defensores, para que no se vean capaces de atacarnos.

Para más información:

Concentración en Madrid para condenar las agresiones homófobas y pedir ayuda institucional – Cáscara Amarga

Cientos de personas condenan en Madrid las últimas agresiones homófobas en la capital – 20 minutos

Si te agreden por ser homosexual o transexual, ¿qué debes hacer para denunciar? – 20 minutos

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