Grecia – Comunicado de la compañera Pola Roupa acerca de la tentativa fallida de rescatar al compañero Nikos Maziotis de la cárcel

Sigue a continuación una carta de la compañera Pola Roupa (miembro prófuga de la organización anarquista armada griega Lucha Revolucionaria) acerca de su intento falido de liberar al compañero Nikos Maziotis (también miembro de Lucha Revolucionaria, y pareja de Pola) de la prisión de Koridallos efectuado sin éxito el pasado 21 de febrero mediante un asalto a la cárcel en helicóptero que también buscaba abrir posibilidades de fuga para otrxs compañerxs presxs que deseasen intentarlo. El escrito fue traducido por ContraMadriz a partir de la versión en inglés publicada en 325 quienes a su vez traducen desde el original en griego, publicado en Indymedia Atenas el pasado 8 de marzo.

En el comunicado, en respuesta a algunas mentiras y falacias contadas por la prensa carroñera griega, Pola Roupa argumenta sus razones y cuáles eran sus objetivos al tomar la decisión de llevar a cabo esta acción, y también relata y asume la responsabilidad por otros hechos previos, con el fin de explicar y verificar las medidas que ella tomó a la hora de actuar para asegurar y garantizar que ninguna persona civil no involucrada en los objetivos de la acción saliese herida o sufriese daño, ni siquiera cuando esas personas habían actuado comprometiendo la seguridad de Pola o de otrxs, o cumpliendo con su rol de ciudadanxs obedientes, jugando a los héroes y poniendo en peligro a la compañera. Esta es una decisión que muestra coherencia entre los valores y planteamientos anarquistas de la compañera (y de la propia organización Lucha Revolucionaria) y su forma de actuar.

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En otras circunstancias, este texto sería escrito por Lucha Revolucionaria. Sin embargo, el resultado del intento de liberar al compañero Nikos Maziotis de la prisión de Korydallos me obliga a hablar personalmente.

El 21 de febrero (del 2016), traté de liberar al miembro de Lucha Revolucionaria Nikos Maziotis con un helicóptero. La operación fue planeada para que otrxs presxs políticxs pudieran unirse a nosotrxs, quien quisiera buscar su camino hacia la libertad. Los detalles del plan, cómo logré eludir las medidas de seguridad y abordar el helicóptero armada, no tienen ningún significado especial y no me referiré a ellos.; a pesar de que ha habido una gran cantidad de información errónea. Solo por claridad, mencionaré que el plan no se basó en ninguna fuga anterior en helicóptero, que no está asociado con recomendaciones en planes que aún no se han puesto en práctica, y que no tengo ninguna relación con la otra persona fugitiva a pesar de que los medios de comunicación digan lo contrario. Además, este intento no fue precedido por ningún plan de escape que “naufragó”, como dicen algunos medios de comunicación.

Tras una cuarta parte del viaje después de despegar de Thermisia en Argolida, saqué mi pistola y le dije al piloto que cambiara el rumbo. Por supuesto, él no entendía quién era yo, pero se dio cuenta de que era un intento de fuga de la prisión. Entró en pánico. Me atacó sacando una pistola – un hecho que “omite”. También debido a que ellxs probablemente intenten refutar el hecho de que estaba armado, recuerdo que hay informes disponibles públicamente sobre el descubrimiento de dos armas en el helicóptero. Una era mía, pero la segunda no. La segunda pistola era su arma, la cual se le cayó de las manos durante el forcejeo en el vuelo. En cuanto a mi, por supuesto que tenía una segunda pistola. ¿Cómo podría ir a semejante operación sólo con una?

Perdió el control del helicóptero y entró en pánico gritando “nos vamos a matar”. La descripción que se presenta de un helicóptero sustancialmente inmanejable es cierta. Pero estas imágenes no eran el resultado de mis acciones, sino de las suyas. El helicóptero fue perdiendo altura y se arremolinaba en el aire. Volamos a pocos metros sobre unos cables de electricidad. Le grité que elevara el helicóptero, que hiciese lo que le decía para que nadie saliera heridx.

En muy poco tiempo estábamos en el suelo. Lxs que hablan de una reacción desapasionada del piloto, juzgando el resultado, no saben de qué hablan.

En vez de hacer lo que le decía, prefirió correr el riesgo de estrellarse conmigo en una colisión, lo que no ocurrió de casualidad. No hace falta decir que desde que entré en el helicóptero y traté de tomar el control del mismo para dirigirlo a las prisiones, había tomado mi decisión. Si se negaba a hacer lo que le decía, yo, naturalmente, reaccionaría. Lxs que afirman que yo era la responsable del descenso descontrolado del helicóptero, de 5000 pies al suelo, ¿qué esperaban? ¿que dijera “si no quieres ir a las prisiones no importa”? Disparé mi arma y nos enzarzamos – ambxs armadxs – en una pelea durante el vuelo.

Prefirió correr el riesgo de estrellarse conmigo en la montaña a obedecer. Cuando finalmente aterrizamos en el suelo con velocidad, aunque sabía que la operación se había perdido, tuve la oportunidad de ejecutarle. Conscientemente decidí no hacerlo. Aunque sabía que con esta decisión ponía en riesgo mi vida o la libertad, no le ejecuté a pesar de que tuve la oportunidad. Él lo sabe muy bien. El único factor que me retenía era mi conciencia política. Y tomé esta decisión, arriesgando mi vida y la posibilidad de escapar.

En cuanto a la operación de fuga de la prisión en sí, es obvio que se tomaron todas las medidas de seguridad con el fin de proteger nuestra empresa de lxs guardias armadxs que patrullan el perímetro de la prisión, e incluso llevaba un chaleco antibalas para el piloto. En este caso, el objetivo era hacer que la fuga de la prisión ocurriese de una forma que garantizase el menor riesgo posible para el helicóptero, lxs compañerxs y, por supuesto, el piloto. Actué con el mismo pensamiento cuando aterrizamos en el suelo; a pesar de que la operación falló por culpa del piloto y a pesar de que estaba armado. En esencia, puse su vida por encima de la mía propia y de mi seguridad. Pero estoy reconsiderando esa decisión específica.

Organizar la fuga de Nikos Maziotis fue una decisión política, tanto como fue una decisión política la de liberar a otros presos políticos. No fue una elección personal. Si hubiera querido liberar sólo a mi compañero Nikos Maziotis no habría utilizado un helicóptero grande – hecho que hizo que la organización de la operación fuese más compleja. El objetivo de la operación era liberar también a otros presxs políticxs, aquellxs que realmente desearan, juntos a nosotrxs, recorrer su camino a la libertad.

Esta acción, por lo tanto, a pesar de las dimensiones personales que son conocidas, no era una opción personal si no política. Fue un paso en el camino de la Revolución. Lo mismo ocurre con todas las acciones que he realizado y cada acción que realizaré en el futuro. Estos son eslabones de una cadena de planificación revolucionaria destinada a crear condiciones políticas y sociales más favorables, para ampliar y fortalecer la lucha revolucionaria. A continuación me referiré a la base política de esta elección; pero primero tengo que hablar de los hechos y la forma en la que he operado hasta ahora en lo que se refiere a algunos de estos hechos.

Como he mencionado anteriormente, cada acción que realizo se refiere a un acto relacionado con la planificación política. En el mismo contexto, expropié una sucursal del banco Piraeu Bank en las instalaciones del Hospital de Sotiria en Antenas el pasado junio (2015). Con este dinero, además de mi supervivencia en la “clandestinidad”, aseguré la organización de mi acción y la financiación de la operación para la liberación de Nikos Maziotis y otrxs presxs políticxs de las cárceles de mujeres de Korydallos. La razón por la que me refiero a esta expropiación (no podría cuidarme menos de las consecuencias de este reconocimiento) se debe a que, en este momento, considero que es absolutamente necesario para revelar la forma en que opero en lo que se refiere a la seguridad de lxs civiles, que en ciertas circunstancias están presentes en acciones revolucionarias en las que estoy involucrada, y mi perspectiva sobre el tema en ocasión -siempre “mutatis mutandis – del intento de fuga de la cárcel.

En el caso de la expropiación de la filial del Piraeus Brank, mientras entrábamos mencioné a lxs empleadxs del banco que no debían presionar el botón de alarma, ya que eso pondría en riesgo su propia seguridad, ya que no estaba dispuesta a abandonar el banco sin el dinero. No les amenacé, ni les puse en peligro. Solo podrían estar en peligro por la policía, si llegaban al lugar y, posteriormente, teníamos un enfrentamiento armado. Y la policía sólo llegaría si algún/a empleadx presionaba la alarma. Esto era un desarrollo que ellxs mismxs querían evitar. Porque la gente que está presente en estas acciones no teme a lxs que intentan expropiar, temen la intervención policial. Además, es muy estúpido que alguien intente defender el dinero que pertenece a lxs banquerxs. Y para que conste, cuando una empleada del sexo femenino me dijo “también nosotrxs somos gente pobre”, le sugerí que pasará por debajo de un punto ciego, donde las cámaras no pudieran vernos, para darle 5.000 euros, lo que no aceptó, aparentemente por miedo. Si ella hubiese aceptado el dinero, podría estar segura de que no hubiese hablado públicamente del tema. Y un detalle: lo que sostenía era un delantal médico para ocultar mi arma mientras esperaba fuera del banco; no era una toalla (!) como se ha mencionado varias veces.

En cada periodo de tiempo, en la lucha por la Revolución – como en el caso de todas las guerras – a veces lxs revolucionarixs están obligadxs a buscar la ayuda de lxs civiles en su lucha. Los ejemplos históricos son demasiados – un intento de documentarlos podría llenar un libro entero, y no es momento de extenderse en la materia – tanto en Grecia como en los movimientos armados y organizaciones de otros países. En esos casos, sin embargo, esencialmente les pedimos que tomen partido en la guerra. Una vez que alguien se niega a ayudar, su postura no es sólo acerca de la práctica en particular, sino una postura hostil en general en contra de la lucha. Ponen en peligro o anulan proyectos, ponen las vidas de lxs combatientxs en peligro, arrojan obstáculos en el camino del proceso revolucionario. Toman una posición contra la guerra social y de clase.

Ni en la sucursal de Piraeus Bank, ni durante el intento de fuga en helicóptero desenmascaré mi identidad. Por lo tanto, ningunx de lxs involucradxs en estos casos sabía que se trataban de acciones políticas. Pero, después del intento fallido de fuga, y dado que – como ya he mencionado – tenía la oportunidad de matar al piloto pero no lo hice, arriesgando mi propia vida, tengo que hacer público lo siguiente: de ahora en adelante, cada vez que necesite del apoyo civil, y si lo considero necesario, revelaré mi identidad desde el principio. Ya que mi objetivo en cualquier caso concierne a la promoción de la lucha por derrocar el Estado criminal, que todxs sepan que cualquier posible negativa a cooperar y esfuerzo en obstruir la acción será tratado en consecuencia.

Por supuesto estoy al tanto de los detalles personales del piloto, pero no amenazo a su familia. Nunca pondría en peligro a familias y niñxs.

Esta es mi valoración después del intento de fuga, que debía hacer público.

LA OPERACIÓN DE FUGA DE LA PRISIÓN FUÉ UNA ELECCIÓN REVOLUCIONARIA.

[…]

Intenté la fuga de la prisión por la revolución social.
Toda mi vida he luchado por la revolución social.
Voy a seguir luchando por la revolución social.

Pola Roupa, miembro de Lucha Revolucionaria.

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