Acerca del incidente en la fábrica burgalesa de Campofrío. ¿Solidaridad hacia quién?

Hace unos días, un incendio accidental tuvo lugar en la fábrica que la empresa multinacional Campofrío, dedicada a la elaboración de embutidos cárnicos, tenía en la ciudad castellana de Burgos.

Mientras unxs, imbuídxs de la cansina y contradictoria moralidad obrerista, se solidarizaban con lxs empleadxs de dicha fábrica, otrxs, como yo, no pudimos sino expresar nuestra alegría ante un hecho tan afortunado para nosotrxs como desafortunado para lxs demás. Y es que saber que hay una fábrica menos masacrando animales para convertir su cadáver triturado en chopped y chorizos, es algo que sólo puede producirme una enorme satisfacción.

Por ésto, fui objeto de numerosas críticas y comentarios, algunas procedentes incluso de personas que presumen de antiespecistas, pero que no tienen del todo claras sus prioridades. A continuación, procederé a enumerar algunas, las más frecuentes, y a responderlas con el objetivo de que otras personas puedan reconsiderar su estúpido culto al obrero y comprender por qué una postura como la mía.

En vez de alegrarte de que ardiese la fábrica, podrías preocuparte de todas las familias que han perdido su trabajo.

El trabajo de esas familias pobrecitas no era otro que asesinar cientos de animales para luego procesar sus restos a lo largo de toda la cadena de producción que transforma a un individuo vivo en el producto final que se pone a la venta. Teniendo esto en cuenta, no tengo problema en reconocer que me importa una mierda su situación, y es más, me alegro de que perdiesen su empleo.

Por otro lado, si mañana arde un laboratorio de vivisección ¿tengo que empatizar con quienes viven de torturar a todo tipo de criaturas no-humanas en experimentos tan crueles como innecesarios? O si, por ejemplo, la lucha en el bosque alemán de Hambach consigue su objetivo de frenar la expansión de la mina a cielo abierto que asola la zona, y logra su cierre definitivo, ¿tengo que sentir lástima por esos «pobrecitos obreros» que durante años han trabajado arrasando el bosque con sus máquinas y que han colaborado voluntariamente con la policía para herir y capturar a activistas?

Está claro que este sistema crea una serie de condiciones que muchas veces «obligan» al/a la individux a vender su fuerza de trabajo y su cuerpo a cambio de un sueldo miserable con el que poder optar a una supervivencia relativamente estable, y no siempre se puede escoger empleo, pero eso no significa que tengamos que mostrar una suerte de solidaridad promiscua con cualquier explotadx. Y desde luego, las condiciones laborales de un matarife o de un carnicero me importan muy poco, en tanto que considero que en ese caso lxs auténticxs oprimidxs son lxs animales no-humanxs, por cuyas condiciones de «vida» muy pocxs de lxs que han puesto el grito en el cielo se preocupan realmente.

Desde un enfoque antiespecista, la llamada «clase obrera» no es una prioridad. Se encuentra, si acaso, al mismo nivel que el resto de animales, y por supuesto, si sus intereses atentan contra las vidas de lxs animales, entonces no puedo considerarles más que enemigxs.

Si arde una fábrica, abrirán otra, posiblemente con condiciones laborales más precarias, lo que perjudica tanto a lxs animales como a lxs empleadxs. ¿Te parece motivo de alegría?

Muchxs de lxs que habéis usado este argumento os alegráis cada vez que un grupo anarquista vuela o incendia un banco, un Mc Donald’s o cualquier otra estructura del Dominio. Alegáis, con acierto, que son símbolos de una economía que nos está matando, y que se merecen ser objeto de ataques y represalias. Añadís que la acción directa y el sabotaje, al margen de que causen un daño superficial y fácil de reparar, suponen métodos válidos para la lucha, formas de atacar lo existente perturbando un poco su normalidad, independientemente de lo que tarde dicha normalidad en recuperar el control absoluto.

Sin embargo, no contamos que en esos lugares también se explota a seres humanxs, personas que dependen de ese empleo para sobrevivir y dar de comer a lxs suyxs. Pero por lo visto, en este caso es políticamente correcto alegrarse, mientras que si yo me alegro de lo de la fábrica de Campocaliente, resulta que soy un insolidario y un misántropo (aun hay quien en su ignorancia confunde el antiespecismo con la misantropía, qué le vamos a hacer).

Decís que si ardió una fábrica, abrirán otra posiblemente más precaria. Bueno, lo mismo podríamos decir de los bancos. ¿Cuánto creéis que tarda el Banco Santander o cualquier otra entidad en reponer sus sucursales cada vez que se las revientan? Eso si las reponen, y no deciden prescindir de ellas para ahorrarse de paso los suelditos de sus empleados, que van derechitos a la cola del paro. Sin embargo, eso no os impide alegraros.

Decís que perjudica a lxs animales, pero nosotrxs eso ya lo sabemos. Somos conscientes de que los incendios accidentales (o provocados por los grupos y células de acción directa) no van a traer la liberación animal por sí solos. Sin embargo, nos alegra ver una pequeña parte del engranaje en llamas, aunque sepamos que mañana todo seguirá igual (o incluso peor). No nos hacemos ilusiones, ni mucho menos, pero preferimos saborearlo con una sonrisa tímida mirando al suelo, sabiendo que por una vez, lxs asesinxs especistas experimentan una pequeña parte del malestar y el sufrimiento que provocan diariamente a incontables criaturas.

Yo no sé por qué te alegras, si está claro que ésto es provocado para desviar la atención de los disturbios en Gamonal, intentar que la gente se preocupe más de la situación de lxs currantes sin empleo de Campofrío que del nuevo proyecto especulativo del alcalde y sobre todo, poder cobrar el seguro mientras se ahorran una buena cantidad de salarios.

Bien, no voy a entrar en si se trata o no de una artimaña de la propia empresa. Es posible que sea así, y de hecho, como bien se señala, la verdad es que las altas esferas de Campofrío Food Group saldrían muy bien paradas de este pequeño engaño. En cualquier caso, mi alegría no tiene que ver en ningún caso con lo que mencionas, sino con el hecho en sí de que un campo de exterminio para el holocausto especista haya ardido. Lo demás son conjeturas, de las que no podemos estar seguras pese a que encajan a la perfección en toda esta historia, y no tienen nada que ver con mi satisfacción.

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Dicho ésto, explicar a aquellxs que, presumiendo de antiespecistas para no desencajar, han dado prioridad a lxs currantes de Campofrío que a lxs animales no-humanxs, lo siguiente:

El antropocentrismo es la noción que sitúa al ser humano en lo alto de una pirámide construída con mentiras y pseudociencia, colocando por debajo, en distintos escalafones, a las demás especies y al propio ecosistema. La posición que ocupa cada especie en esta escala depende, a su vez, de cuán importante o provechosa sea su explotación para lxs humanxs. Así, lxs animales son desprovistxs de su condición de individuxs, y pasan a un segundo plano donde ya no merecen consideración ni respeto, sus intereses dejan de tener valor y el valor de sus vidas se mide en cuántos beneficios pueden lxs humanxs obtener de su esclavitud.

En esta lógica (herencia de la cultura judeocristiana donde se nos dice que Dios creó a lxs demás animales para servir al hombre, privilegiado ser creado a su imagen y semejanza), siempre se dará prioridad a los intereses de quien vive privando a otrxs animales de los suyos (libertad, cobijo y seguridad, cariño, alimento… en definitiva, bienestar).

El antiespecismo rechaza esta idea, devuelve a lxs humanxs al círculo y en el centro pone al equilibrio que, juntxs, todxs formamos. Una relación que necesita de una infinidad de cambios a distintos niveles para mantenerse, y de la cual depende el bienestar de todxs.

Si priorizas a un/a explotador/a por encima de un/a explotadx, simplemente porque pertenece a tu especie o porque la estúpida ideología obrerista, propia de mentes ancladas en 1936 (cuando la CNT proponía colectivizar los mataderos), te impide ver a otras oprimidas aparte de lxs explotadxs humanxs, entonces eres especista, y deberías bajarte de tu tronito de privilegios y pensar en todo lo que podrías cambiar en tu vida y en por qué continúas sin hacerlo, poniendo excusas y apoyando a asesinos como los «pobrecitos empleados» de Campofrío.

Para terminar, os dejo una foto tomada en 2008 en esta fábrica, donde se ve a bebés de cerdo arrojados sin más a un cubo de la basura, junto a otros desechos como vísceras. Esas crías de cerdo murieron posiblemente por no soportar las condiciones de la fábrica, y fueron desechados como quien tira a la papelera una servilleta usada. Los responsables son esos con quienes algunxs «antiautoritarixs» os solidarizabáis hace unos días. Por mí pueden pudrirse.

¡Muerte al especismo! La liberación será animal humana y no-humana y de la Tierra o no será.

Campocaliente, jódete.

campofrio4

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