En los últimos días, una serie de patéticas noticias, cargadas del más maquiavélico alarmismo y del más cutre sensacionalismo, propios ambos de la prensa burguesa española, circularon advirtiendo de que, desde la DGIP han hecho circular una presunta circular donde advertirían del peligro de sufrir un atentado anarquista entre el 23 y el 30 de agosto, coincidiendo con la convocatoria de la Semana de Solidaridad con lxs presxs anarquistas, emitida por diferentes colectivos e individualidades y difundida a través de Internet. Dándose unos aires irrisorios, estos agentes 007 de pacotilla informan en su circular de que el servicio de información de la Guardia Civil habría «descubierto» la convocatoria (lo dicen como si no fuese pública, y visible para cualquiera que visite alguna web de contrainformación) y por lo tanto llamaron a «extrmar las medidas de seguridad».
Para basar todo su espectáculo, hablan acerca de los sobres que fueron recibidos en algunas instituciones del entramado carcelario (recordemos que la prisión de A Lama fue una de ellas, aquí en Galiza), y que, siempre según la versión de los carceleros, la policía y sus fieles portavoces de los mass-media, contendrían un «polvo blanco» con alguna sustancia tóxica. Aquel día, muchxs nos hicimos preguntas sobre lo ocurrido, de dónde procedía y qué intención podía haber detrás. Al final, todo quedó en silencio y dudas, pues nunca se reivindicó nada, y los famosos sobres sólo fueron mencionados por encima en algunos medios de la prensa comercial. No obstante, en las instituciones penitenciarias aprovecharon el tirón para activar protocolos especiales de seguridad, en este caso aquellos asociados a un riesgo bacteriológico, al, según ellxs, existir posibilidades de que el polvo blanco fuese alguna clase de agente nocivo tipo Ántrax (¡¿?!) y de ese modo sumarle espectacularidad a su hollywoodiense delirio.
Ahora, recuerdan aquel suceso (que indujo tanto temor que para la mayor parte de la población pasó ampliamente desapercibido) y se lo atribuyen presumiblemente a grupos anarquistas, pese a reconocer que no tienen pruebas ni nada que confirme sus acusaciones, para intentar sembrar de nuevo el terror y el miedo, y tratar de continuar su execrable labor criminalizadora con respecto al anarquismo y otras luchas sociales, y especialmente, a aquellas personas que mantienen en firme su solidaridad con las personas presas, y cuestionan de raíz el sistema carcelario, y la sociedad que lo necesita.
Dejo a continuación un escrito recibido en el correo electrónico, y que aporta más información sobre este nuevo caso de intoxicación mediática. La intención al difundir estos hechos no es en ningún caso la asunción de una postura victimista, que lloriquee porque el Estado es malo y manipula para dejarnos en mal lugar. Soy consciente de que esa y no otra es la función de los medios de comunicación, y por lo tanto no me esperaba otra cosa de ellos. La finalidad por tanto es simplemente difundir una de las muchas maniobras realizadas por el enemigo, para tratar de que puedan obtenerse lecturas y análisis de la misma que nos ayuden a superar o confrontar futuros movimientos de la represión.
————————-
En algunos medios de desinformación digitales se ha «destapado» una circular de Instituciones Penitenciarias distribuida recientemente para que sus trabajadores extremen las medidas de autoprotección ante la posible recepción de paquetes sospechosos entre el 23 y el 30 de agosto. El motivo de todo esto es el «descubrimiento» por parte del servicio de Información de la Guardia Civil de la convocatoria internacional de solidaridad con los presos anarquistas del 23 al 30 de agosto. Según los picoletos, el cartel de la convocatoria muestra un lenguaje «mucho más agresivo que el de la edición del pasado año». De hecho, se puede leer la leyenda «fuego a las cárceles y a los carceleros», lo que les hace concluir que el «objetivo principal del movimiento anarquista» en este momento son los funcionarios de prisiones «o todas aquellas personas o instalaciones relacionadas con la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias».
Es más, nos enteramos ahora gracias a ello de que Interior recuerda que hubo «un incremento de la actividad» de estos grupos el pasado mes de febrero, cuando los expertos antiterroristas les atribuyen «aunque sin confirmar, el envío de sobres o paquetes postales a varios centros penitenciarios y al sindicato de funcionarios de prisiones ACAIP conteniendo un polvo blanco». Aquellos hechos obligaron a activar «en algún caso el protocolo de riesgo bacteriológico» ante el temor de que la sustancia fuera un agente nocivo tipo Ántrax. Finalmente, recalca la circular, resultaron ser «una falsa alarma». Para colmo de la intoxicación, acaban relacionando los envíos del supuesto «anarcoantrax» (¿fabricado en nuestros propios laboratorios en las «casas okupa» quizás…?) con la actividad policial realizada en los últimos años en España contra este tipo de terrorismo» y que se ha saldado con la detención de algunos integrantes de los denominados Grupos Anarquistas Coordinados (GAC).
No es la primera vez que se activa una «alerta anarcoterrorista» en base únicamente a las conjeturas de Policía o Guardia Civil, sin ir más lejos en el 2010, durante la campaña de envíos de paquetes-bomba desde Grecia a diversas instituciones y líderes europeos por parte de Conspiración de Células de Fuego se decretó una «alerta moderada» en España sin motivo alguno que la justificara (como demostraron posteriormente los hechos).
Además, en los últimos años las actividades de los colectivos, grupos e individuos anarquistas están siendo objeto de una campaña continua de intoxicación y alarmismo orquestada desde el gobierno de turno e implementada por los veraces voceros de la «libertad de expresión». Sus tendenciosos titulares y las informaciones publicadas de fuentes provenientes exclusivamente de Interior allanan el camino para que avance la represión, legitiman y justifican las medidas de excepción, los arrestos arbitrarios, las medidas preventivas contra el nuevo enemigo interior.
Porque este es el fin último de estas noticias, construir la imagen del enemigo para legitimar su aniquilación preventiva y justificar a su vez el Estado policial bajo el que vivimos.
¡Potenciemos nuestros propios medios de comunicación y desmontemos las mentiras de los mass-mierda!
¡El único comunicado de prensa no recuperable es la patada en la boca al periodista!
¡Solidaridad con los presos anarquistas!
J.J. Benítez.
La intoxicación completa, aquí.