Recojo del blog O Gajeiro na navea, a donde llego a través de Abordaxe!, y traduzco a castellano desde el original en galego el siguiente escrito, acerca de la brutal contaminación que estamos provocando en los mares, y que un alarmante y dramático dato ofrecido por un relatorio del Foro Económico Mundial y de la Fundación Ellen McArthur, quienes afirman que, de acuerdo a las investigaciones más fiables disponibles actualmente, de continuar a este ritmo en 2050 se calcula que la cantidad de plásticos desechados en los mares y océanos de este planeta supere en su peso en toneladas a la cantidad de peces. Un dato que aunque así, a bote pronto, puede parecer frívolo o baladí, debería llevarnos a todxs nosotrxs (especialmente a quienes vivimos en ciudades del autodenominado «mundo desarrollado») a replantearnos unas cuantas cosas…
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En caso de que se precisen más evidencias sobre la extraordinaria capacidad del ser humano para destruir el planeta, considerad esto: Si continuamos en la misma actitud, en 2050 los océanos contendrán más plástico que peces.
Marta, una de mis sobrinas, nacida y residente en Tenerife, la isla de mayor tamaño del archipiélago de las Canarias, es una apasionada de la fauna marina, entre otras cualidades. Veterinaria de profesión y devoción, el verano pasado estuvo de prácticas de cuidadora y recuperadora de tortugas marinas y nos diera, a la familia que nos reuniéramos allá por una boda, unas muy sabias lecciones de cómo los plásticos, que tanto usamos y de los que tan alegremente nos deshacemos, ocasionan grandes males en los organismos de estos y de otros animales marinos como los cetáceos (ballenas, delfines, calderones…). La ingestión accidntal de plásticos provoca la muerte de miles de tortugas y mamíferos marinos cada año porque estos animales los ingieren al confundirlos con medusas (uno de los alimentos favoritos de las tortugas) o bien les causan otros problemas porque, como la tortuga de la foto, se enredan con ellos.
Puede que cuando ella lo comentó, algunas no le diéramos toda la importancia que tenía, quizá por ignorancia atrevida o bien porque no nos sentíamos responsables de lanzar tales desechos al mar; si bien caímos en la chanza etílica cuando le molestó que, durante el bodorrio, soltáramos al aire un globo de hélio con la figura del novio que, al estar en una isla, tenía muchísimas probabilidades de acabar en el mar.
Ahora acabo de encontrar en la red este nuevo relatorio (en inglés) del Foro Económico Mundial y de la Fundación Ellen McArthur, que comienza con un dato dramático al destacar que «la más confiable investigación actualmente disponible, estima que actualmente hay más de 150 millones de toneladas de material plástico en los océanos«. Y que al menos 8 millones de toneladas de plástico – equivalentes a un camión de basura – por minuto van a parar a los mares y océanos.
Yo ya sabía incluso de la existencia de una enorme isla en el Pacífico del tamaño de Francia formaba básicamente de plásticos de la que se estima que el 80% proviene de zonas terrestres y el 20% de barcos, pero no pensé que el tema fuese tan preocupante. Está claro que mi sobrina sabía bien de lo que hablaba pues, de seguir esta tónica, se calcula que para 2050 en el mar habrá más plástico que peces (en toneladas). En otras palabras, ¡¡en apenas 34 años la basura plástica de los océanos va a sobrepasar el peso de la cantidad de peces!!
Teniendo en cuenta que el plástico era un material inexistente como tal hasta inicios del Siglo XX y que su «boom» en el mundo desarrollado fue allá por los años ’50, ¡¡da qué pensar que en un sólo siglo el plástico pueda llegar a tal contaminación marina!!
Mucha mierda es lo que hay y mucha despreocupación, incluso por la gente que vive del mar que debe pensar que son tan grandes los océanos que poco los pueden dañar.
Yo puede que ya no esté en el mundo para ver el desastre que nos anuncian, pero desde ya procuraré convencer a toda la gente que pueda de los peligros del plástico y de los cuidados que necesita el mar.