Brasil – «¡Condenades: Incorregibles!»: Sobre la condena a 23 compañeres por su supuesta participación en los disturbios en Río de Janeiro en 2013-2014

Compañeres de Brasil enviaron por mail este comunicado en solidaridad con les 23 luchadores que recibieron recientemente duras condenas de prisión por su presunta participación en los disturbios que tuvieron lugar en los años 2013 y 2014 en Río de Janeiro, en respuesta a las políticas de eugenesia social, gentrificación y exclusión desplegadas contra les más pobres con el motivo de la celebración del Mundial de Fútbol y de los Juegos Olímpicos, con el fin de cambiar el aspecto de la metrópoli para hacérsela agradable a los turistas ricos que pudieron permitirse viajar hasta Brasil para asistir a esos macroeventos deportivos.

Las penas de les compañeres van desde los 5 hasta los 7 años de prisión, por diferentes delitos, desde cometer «actos violentos» en pandilla, daños, resistencia a la autroidad o lesiones corporales a los maderos, hasta la supuesta posesión de materiales explosivos. Les condenades todavía podrán recurrir la sentencia.

Tras traducir el comunicado desde el original recibido en portugués, lo dejo a continuación.

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¡Condenados: Incorregibles!

Ya que estamos contra todo lo que atente contra la libertad, hoy estamos contra la condena a les 23 detenides por las protestas de 2013 y 2014 en Río de Janeiro.

La libertad del otro extiende la mía al infinito – M. Bakunin

23 personas, en Río de Janeiro, fueron condenadas en la “Operación Firewall” por actos violentos, formación de pandilla, daño calificado, resistencia, lesiones corporales y posesión de artefactos explosivos a penas que van de los 5 a los 13 años de prisión en régimen cerrado por el Juez Flavio Itabaiana de la 27ª audiencia penal de Río de Janeiro.

Todos ellos fueron perseguidos por la Delegacia de Repressão a Crimes de
Informática que fue la policía política de la Copa
del Mundo de Fútbol de los Juegos Olímpicos, la misma que monitorizó las protestas en Porto Alegre y Sao Paulo.

No es casualidad que la operación represiva reciba ese nombre: Firewall (cortafuegos) que es el nombre de un dispositivo dentro de una red de ordenadores que tiene como objetivo aplicar un protocolo de seguridad en un punto de esa red, ese Firewall evitaría los elementos nocivos dentro de la red de ordenadores. Los medios y tecnologías de comunicación son usados como herramientas de control y represión (eso lo sabemos ya desde hace tiempo) pero, esta vez, fue el claro ejemplo de la potencialidad de estos recursos para fines represivos.

Según el juez (en un acto de benevolencia) no fue decretada la prisión preventiva para les condenades puedan recurrir, bajo medidas cautelares, la condena. Pero esta condena, aun con esa posibilidad de recurrir en «libertad», para nosotres, es el precedente para saber dónde nos quieren (encerrades). Y esa condena, ahora, necesita cambiar el precedente para la agitación contra la sociedad carcelaria, para la agitación por la solidaridad.

Siendo reprimides también hace poco por la Operación Érebo, el mínimo gesto que podemos hacer ante esta condena es manifestar la contundente solidaridad a través del llamado a la agitación combativa y solidaria contra la condena.

Pero no bajo la bandera de estar contra la criminalización de la protesta. La protesta no puede ser contenida en las reglas de lo legal o lo ilegal, de lo criminal o de lo inocente, de lo permitido o de lo prohibido. La protesta desborda esas lógicas precisamente porque camina en el sentido contrario a ellas. Estamos contra la represión porque el sistema de dominación entero es una represión constante y cualquiera que lo perciba y reaccione en su contra, protesta, sale a la calle, rompe material e individualmente con esa dominación. Quien se rebela contra el orden existente siempre será considerado «criminal», porque el «crimen» de las protestas es el síntoma de no habernos sometido totalmente a la dominación. Si luchásemos bajo la bandera de «la protesta no es un delito», aceptaríamos y legitimaríamos la existencia de las prisiones y siendo anarquistas, como somos, amamos la libertad y somos enemigues irreconciliables de las jaulas.

¿Cómo no salir a la calle contra los espectáculos que justifican limpiezas sociales? ¿Cómo permanecer indiferente frente a la remodelación, militarización y adorno de las calles para el paseo y turismo de les burgueses que fueron al Mundial y a los JJ.OO.? Una gran tristeza saber que al grito de «¡Gol!» o con el entusiasmo de una medalla de oro, hay quien se olvida de los atropellos, de las muertes y de las políticas genocidas que son producidas por este espectáculo. Y alegría infinita saber que les incorregibles salieron y lo rompieron todo, hasta el pretendido control de las «autoridades» que invirtieron millones en seguridad.

La protesta violenta es el mínimo gesto de sensibilidad que tenemos ante la opresión dominadora que pretende expandirse como una vida «normal». Es la señal de que aun sentimos la crueldad de la devastación, de la guerra no declarada, y que como los animales delante del domador… reaccionamos contra el látigo.

Biblioteca Anarquista Kaos

Contra las condenas, nuestra agitación permanente.
¡Solidaridad para les que luchan!

Les 23 condenades por las protestas de 2013 en Rio de Janeiro:

•    Elisa Quadros Pinto Sanzi, condenada a 7 años de prisión
•    Luiz Carlos Rendeiro Júnior, condenado a 7 años de prisión
•    Gabriel da Silva Marinho, condenado a 5 años y 10 meses de prisión
•    Karlayne Moraes da Silva Pinheiro, condenada a 7 años de prisión
•    Eloisa Samy Santiago, condenada a 7 años de prisión
•    Igor Mendes da Silva, condenado a 7 años de prisión
•    Camila Aparecida Rodrigues Jordan, condenada a 7 años de prisión
•    Igor Pereira D’Icarahy, condenado a 7 años de prisión
•    Drean Moraes de Moura, condenada a 5 años y 10 meses de prisión
•    Shirlene Feitoza da Fonseca, condenada a 5 años y 10 meses de prisión
•    Leonardo Fortini Baroni, condenada a 7 años de prisión
•    Emerson Raphael Oliveira da Fonseca, condenado a 7 años de prisión
•    Rafael Rêgo Barros Caruso, condenado a 7 años de prisión
•    Filipe Proença de Carvalho Moraes, condenado a 7 años de prisión
•    Pedro Guilherme Mascarenhas Freire, condenado a 7 años de prisión
•    Felipe Frieb de Carvalho, condenado a 7 años de prisión
•    Pedro Brandão Maia, condenado a 7 años de prisión
•    Bruno de Sousa Vieira Machado, condenado a 7 años de prisión
•    André de Castro Sanchez Basseres, condenado a 7 años de prisión
•    Joseane Maria Araújo de Freitas, condenada a 7 años de prisión
•    Rebeca Martins de Souza, condenada a 7 años de prisión
•    Fábio Raposo Barbosa, condenado a 7 años de prisión
•    Caio Silva de Souza, condenado a 7 años de prisión

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