A continuación sigue una traducción que he realizado de un texto (extraído de Act For Freedom Now!) de compañeres anarquistas migrantes del barrio de Exarchia, en Atenas, sobre una intervención reciente contra otro migrante, supuestamente anarquista, pero que se dedica a vender drogas duras en el barrio (contribuyendo a la degradación del mismo, a su pacificación, y facilitando el control y represión de las luchas y de la población auto-organizada) y que además habría sido interpelado varias veces por conductas machistas de acoso y violencia sexual. El comunicado también habla de la cobertura que este individuo habría recibido de algunos supuestos grupos antiautoritarios en la zona.
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Escribimos este texto como inmigrantes anarquistas para explicar una acción que hicimos en el espacio abierto y a cara descubierta contra un inmigrante, conocido por ser un traficante de drogas y un violador.
Esta persona ha usado las estructuras de las okupas en Exarchia vendiendo allí su mercancía de drogas, sin el consentimiento de les habitantes, varias veces.
Sirviendo a sus propios intereses financieros, está participando de la propaganda del Estado que describe las okupas como lugares de venta de droga y tráfico humano.
Este hombre ha sido denunciado por un grupo que está luchando contra los ataques sexistas y los abusos sexuales por sus acciones de violencia y violación que él ha cometido contra una mujer. A pesar de la intervención del grupo e incluso a pesar de su juramento de que nunca había hecho ni haría una cosa así, hizo completamente lo contrario y nunca mantuvo su palabra. Continuó acosando a la misma mujer y también usó lenguaje sexista y violencia contra otra mujer.
No toleramos, ni aceptamos, tales acciones y comportamientos. Más aun cuando se reincide después de las advertencias que él recibió.
Por su tráfico de drogas y sus intereses financieros, personales y sexuales, está usando una posición de conquistador, del «Rey de la Plaza», como a él le gusta autodenominarse. Para atraer clientes u objetivos, está consumiendo y ofreciendo drogas duras, abiertamente en el espacio público. Muestra ese tipo de consumo como divertido, como una actividad sin consecuencias.
Nosotres también estamos habitando el barrio de Exarchia como inmigrantes. Porque es un lugar de lucha en el cual vivimos, participamos y podemos movernos incluso sin tener papeles legales. No podemos aceptar que otra gente use el espacio de nuestra lucha y de nuestra comunidad para sus propios intereses personales o para los de otras personas.
Queremos vivir en igualdad, en el respeto y sin violencia entre les oprimides. Pero cuando nos enfrentamos a gente así, a sus acciones y comportamientos, estamos obligades a usar métodos radicales y a tomar parte en el ciclo de la violencia.
Tras nuestra intervención, esta persona encontró refugio y protección en los brazos del bien conocido «Equipo de Seguridad» – un grupo que supuestamente está protegiendo migrantes, sus lugares de vivienda y actuando contra los traficantes de drogas – incluso a pesar de que él es oficialmente un traficante, bien establecido en la plaza. Sabemos que este grupo no está actuando en términos de solidaridad sino para regular la competición del mercado de drogas en Exarchia. Está participando activamente en este mercado y consiguiendo un montón de beneficios. Es un grupo que usa, sin preocuparse, el nombre de la anarquía y de la lucha contra las drogas para justificar políticamente sus acciones. Un grupo que se está enriqueciendo a costa del movimiento.
Todo el mundo lo sabe, pero nadie habla. Esta vez se acabó, el miedo está cambiando de bando.
Inmigrantes anarquistas