[Panfleto] Perú – «Libres y Violentas» (repartido en la manifestación «Ni Una Menos»)

A continuación sigue la transcripción del texto de un panfleto recibido en el correo electrónico (gracias a las compas que lo enviaron) y que fue distribuído en Perú en el contexto de una manifestación bajo el lema «Ni Una Menos» realizada contra los feminicidios y la violencia cotidiana del Patriarcado. El texto aborda la cuestión de la violencia y sus usos liberadores u opresores desde una perspectiva antiautoritaria, feminista, pero también revolucionaria e interseccional que incorpora la visión sobre la necesaria defensa de la vida natural y salvaje y del resto de animales no-humanes.

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Reivindicando la violencia para liberar-nos

Elegimos atacar al patriarcado, su autoridad y su paternalismo.
Seguimos estirpando la sumisión, y a esa sororidad cómplice de otros actos de autoridad entre nosotras y/o hacia lxs demás animales y la tierra.
Profundo rechazo y remarcada distancia con ONGs, partidos y demás oportunistas y populistas.
Acabemos con todo ejercicio de autoridad empezando desde nuestros espacios!.
La violencia es ese algo que puede ser usado para dominar y también para liberar-se.

La violencia existe en este planeta desde su formación hasta estas épocas. Creer que nuestra lucha es por una vida sin violencia, es querer rechazar lo complejo y real de este planeta y sus relaciones también violentas que lo mantienen con vida junto a quienes lo conforman. Creer en un mundo felíz o paraíso, es creer aquel argumento religioso, estatista, industrial y científico- que tiene como finalidad asimilar la opresión y lograr una vida “sin violencia” de acuerdo a sus dogmas y reglas. Entre sus promesas tenemos: el paraíso al lado de dios – un estado justo – industria ecosostenible – mundo feliz sin sufrimiento a través de la bionanotecnología (someten y controlan a través de esas promesas). Desde luego que esas promesas no son más que cuentos que imponen como premisa el “no ser violentxs como ellxs, total nosotrxs somos diferentes a ellxs y tenemos que dar el ejemplo”, o “tenemos que obedecerles, total ellxs saben lo que nos beneficia”, … para así no poder recuperar esa libertad que nos fue arrebatada con violencia. Es entonces que con la misma fuerza e intensidad con la cual nos sometieron, y talvés con más; debemos hacer respetar nuestra autonomía que aún persiste en nuestros corazones y en nuestras venas. Así que ya es hora que dejemos de condenar la violencia en general sin hacer las distinciones pertinentes. Empecemos a abrazar y reforzar solo la violencia que es para liberar-nos!.

No queremos ni luchamos por derechos, pues sería lo mismo que condenarnos a tener deberes con una sociedad que solo sabe de dominar mutando y acogiendo diversas formas de opresión para darles abrigo y apagar la llama de la sublevación haciendo del sometimiento parte del problema y no el problema en general. Luchamos por la libertad!. No creemos en el Estado ni en sus leyes, ni en sus programas de “ayuda” a la “mujer”, que por el contrario su finalidad es volvernos sumisas, más sumisas y dependientes de la ayuda externa, de su presencia, en lugar de auto-organizarnos o individualmente luchar contra lxs opresorxs que pueden también tener vagina. Tampoco queremos que alguien nos represente ni desde dentro ni desde fuera. No caemos en esa dicotomía “bueno-malo”, “agredida-agresor macho”, “ricx-pobre”, “obrerx-patrón”. El ejercicio autoridad la puede ejercer cualquiera que intente dominar a otrxs. Usemos la sororidad como arma consciente para fortalecernos, y no como tapadera de actos represivos.

Con la misma ferocidad con la que nos posicionamos en contra de que otrxs regulen nuestras relaciones, nuestras decisiones y nuestras vidas en libertad con sus leyes y sus morales impuestas; Muy aparte de la violación; Nos hacemos responsables del control de nuestros cuerpos respecto a la natalidad, usando la responsabilidad y autonomía como armas para no caer en el juego “embarazo-aborto” que tiene como premisa tratarnos como objeto de placer y reproducción con un falso argumento y/o medias verdades de que la decisión la tomamos nosotras –pero ¿recién luego de la irresponsabilidad de quedar embarazada? donde la decisión mayormente la tomaron ellos con nuestra complicidad permisiva para “no perder al hombre ideal” o “no quedarnos solas”-. No se trata de perpetuar los errores con parches, se trata de cuestionarnos para no cometerlos más. El “derecho al aborto” es también un parche que nos otorga esta sociedad a través de su industria farmacéutica que experimenta en varias especies animales incluyendo en nosotras, y que a su vez nos añade un problema más en sus supuestas curaciones o intervenciones a través de las secuelas y el escenario sea particular, clandestino, o regulado por el Estado de sus centros médicos con las obstetras que nos someten a sus aberrantes prácticas y a sus “cambios de humor” lejos de la empatía. Total somos una máquina más a reparar “que sane como pueda y que pase la próxima”. Parte de esa responsabilidad de llevar una vida sexual consciente en la que la protección debe ser la prioridad y no algo fácil de pasar por alto por la cabeza caliente; Mencionamos también el escenario cada vez más insoportable que se ha vuelto esta sociedad con sus relaciones de dominación, algo para pensarlo dos veces antes de decidir por ellxs al quedarnos embarazadas y al ellos embarazarnos. Como ya lo dijeron por ahí no necesitamos lazos ni comprobantes del amor que decidamos llevar, o ir a practicarnos la fertilización in vitro en el caso de las que por motivos naturales no podamos fecundar (estériles o parejas del mismo sexo), teniendo en cuenta que el nuevo “boom” es una pareja no hétero con hijx in vitro como parte del mundo felíz donde “la ciencia todo lo puede arreglar para nuestra comodidad”, hasta parejas hétero lo hacen. Un punto de quiebre que creemos debemos analizar es el haber sobrepasado nuestra huella ecológica de nuestro consumo, a eso se suman 2 factores, una que es por motivos de dominación y otra es al exorbitante número de habitantes de animales humanxs alejadxs del equilibrio natural que sostiene a este mundo. Se dice que así seamos un mundo ecológico y lo menos autoritario hablando hacia toda forma de vida incluído el planeta, lejos de la idea consumista y depredadora; No podríamos abastecernos todas las especies y quedaríamos en una paradoja: nuestra supervivencia como especie, la reducción drástica de la misma o la extinción de otras especies. Recalcamos que este tema del antinatalismo para nada pensamos darles potestad a quienes dirigen este mundo para que sigan con sus proyectos de eugenesia a través del modelo de vida auto-destructiva que nos han impuesto, ni para aquellas mentes misántropas. Algunas nos planteamos la extinción del título “humanx”, refiriéndonos a lo apartado de nuestra condición natural salvaje que hemos perdido a través de la domesticación. Eso no solo tiene que ver con no usar ese título, sino también aplicarlo en nuestras acciones volviendo a ser animales salvajes y así recuperar nuestra relación de equilibrio con el planeta, sus elementos, y las demás especies animales, vegetales y microorganismos habitantes.

Y a quienes “recién entran en esta lucha” por la liberación de la “mujer”, les pedimos no se dejen engañar por lo que el Estado, empresas, partidos políticos, ONGs y quienes se han abanderado de este movimiento les ofrezcan. Pues en sus pliegos de lucha no está el estirpar el género (esa construcción psicosocial que nos encasilla con sus roles impuestos), tampoco el atacar otras formas de opresión como las hay también dentro del movimiento (como en todo movimiento carente de autocrítica) y suele invisibilizarse “para no desestabilizarlo”. La solución no está en tener más leyes, se tiene que atacar el problema de raíz que es la autoridad y el ejercicio de esta. Nuestra libertad no se ha logrado ni con nuestra inclusión al voto electoral, ni cuando se nos dio “el permiso para trabajar/producir”. Aún no somos libres, nadie es libre hasta que todxs lo seamos. La clase de “libertad” que esos entes quieren y solo están dispuestos a darnos, es la que nos venden en esos funestos programas televisivos como la de Laydi Guillén, La Llosa o la de esa serie “mujercitas” en la que nos meten la idea de que nuestra liberación vendrá a través “de hallar al hombre ideal” o mediante la superación laboral lógica del progreso, o vía ayuda de sus programas de asistencia a la “mujer” promovidas por el Estado (otro ente de autoridad que perpetúa el patriarcado). Estos programas solo nos victimizan y pretenden hacernos dependientes. Programas auspiciados por industrias que deterioran el medio ambiente, y dañan a otrxs animales, y que también pasa por encima violaciones a nuestras hermanas del Congo donde se produce el Coltán (mineral usado para producir celulares). Además de comerciales que ven al sexo femenino como “ama de casa”. Nosotras preferimos repotenciar nuestras ansias de libertad sean desde la individualidad o la colectividad con afines, y usando nuestra autonomía.

No olvidamos a todas las violadas sean de la especie que sean. Fortalecemos nuestros lazos con aquellas de otras especies, aquellas que están lejos del discurso típico feminista y aquellas que en algunos sectores oportunistas buscan incluír como agua para su molino. Despreciamos a su vez todos los mataderos y demás centros carcelarios, a sus carcelerxs y a la lógica cárcel/domesticación. La libertad no es solo para nuestra especie o nuestro conjunto “x” o “y”; La libertad es una sola y es para todxs!

Por la libertad: Animales violentas ilegales indomesticables antiautoritarios y desclasadxs sin género!

*volante repartido en una manifestación conocida como el «ni una menos»*

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