Quisiera difundir esta publicación que editaron The Icarus Project y Freedom Center, dos colectivos que trabajan como redes de cuidados y soporte, desde la reciprocidad, la horizontalidad y la ayuda mutua, para personas con sufrimiento psíquico que busquen alternativas a la psiquiatría oficial y sus medicalizaciones compulsivas a la hora de enfrentarse con sus mentes y superar su dolor y su miedo.
La guía se puede leer online/descargar haciendo click aquí. Además, haciendo click aquí se puede acceder a la página del colectivo «The Icarus Project» donde la guía puede encontrarse en muchos idiomas más para las personas que no hablan castellano.
También quiero hacer una puntualización y advertencia que, a mi entender, es necesaria: La presente guía ofrece información sobre los procesos de discontinuación de la «medicación» psiquiátrica, pero creo que no debe interpretarse como una exhortación a abandonar todo tratamiento basado en fármacos ni como un ataque a cualquiera que los use, sino como un llamado a plantearse la utilización masiva de psicofármacos como una manera de apartar el problema de la vista, rentabilizarlo y perpetuarlo bajo falsas «soluciones» que, además, juegan un papel fundamental dentro de los mecanismos sociales y políticos de control y represión de todas aquellas personas cuyas mentes no se mueven siguiendo los ritmos de la economía y el mercado (y con ésto tampoco queremos romantizar la locura, despreciamos bastante a quien convierte el sufrimiento psíquico de otras personas en una especie de idealismo romántico), o que simplemente no tienen un lugar en un mundo como éste donde las personas y toda forma de vida somos progresivamente reducides a consumidores, a mercancías o a espectadores inertes de nuestras propias vidas, sin espacio alguno para las emociones, el cuidado/autocuidado, la empatía, o el desarrollo personal más allá de las metas y objetivos de enriquecimiento y «éxito» que nos proponen como única forma de realizarnos. Una propuesta abierta al ensayo responsable, teniendo en cuenta que la cuestión no es si alguien toma o no drogas psiquiátricas ni si esa persona cree o no que esas drogas le pueden ayudar, sino el modo en el que nuestro consentimiento es totalmente ignorado y vulnerado a la hora de imponernos esos tratamientos, y ya sea mediante la manipulación del miedo, aprovechándose de la falta de información o directamente medicando a la fuerza mediante ingresos forzosos y Tratamientos Ambulatorios Involuntarios, se nos acaba obligando a depender enteramente de esa industria y sus productos, a quienes no les importa lo que nos pasa ni si nuestras mentes terminan destrozadas.
Que cada persona, en grupo o por su cuenta, como se sienta más cómode, estudie esta guía y busque las herramientas y los apoyos para empoderarse y tomar sus propias decisiones. No estáis solas ahí fuera.
Reclamemos nuestras mentes. Reclamemos nuestras vidas.