Hace unos días, recibimos un PDF con un texto de crítica a la organización Anonymous For The Voiceless, organización animalista internacional dedicada al activismo público en la calle. Desconociendo en gran medida la información que aquí difundimos, nosotres mismes hemos apoyado a esta organización no hace tanto tiempo, pues encontrábamos en algunas de sus intervenciones y acciones formas plausibles de dar a conocer lo que sucede tras los muros de las industrias especistas, de las granjas, los mataderos, etc y que las empresas y personas que se enriquecen con la dominación especista tanto se esfuerza por ocultar con propagandas y anuncios de televisión que muestran vaquitas pastando felices en prados soleados. No obstante, tras leer este escrito, que os dejamos a continuación, hemos hecho una fuerte autocrítica y no podemos sino, llegades a este punto, suscribir todo que en él se dice. Esperamos con esto contribuír con nuestro pequeño granito de arena a la difusión y debate de la siguiente crítica para evitar que ciertos elementos reaccionarios más o menos camuflados de «compañeros» puedan seguir ocupando un espacio dentro de las luchas contra la dominación y el abuso, sea éste de especie, de género, de clase, racista/colonial, capacitista, o de cualquier otro tipo.
El texto que sigue fue firmado por un grupo de individualidades antiespecistas y libertarias que aportan esta dirección de e-mail para contacto: dahteste@riseup.net
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El texto que viene a continuación constituye una crítica a la organización Anonymous for the Voiceless. Las autoras consideramos que las dinámicas de este colectivo cada vez más grande y absorbente son dañinas y contraproducentes para el movimiento de liberación animal, por lo que en última instancia para los animales no humanos. No obstante, queremos aclarar que nuestra crítica no es tanto hacia los conocidos como cubos de la verdad, sino hacia la organización, la cual nunca ha tenido la exclusividad de este tipo de activismo y esperamos nunca lo tenga. Mediante los siguientes cuatro puntos desgranamos nuestra crítica:
No todo vale: el especismo de AV
Animales – Medioambiente – Salud.
Esos son los tres pilares fundamentales que la organización esgrime para promover el veganismo, pero a nuestro juicio sólo uno de ellos es éticamente válido: el primero. Ser vegana no necesariamente implica ser antiespecista, de hecho una gran mayoría de las veganas son especistas, ya que justifican su veganismo con argumentos que giran en torno a la salud o el medioambiente, al igual que lo hace AV.
Solo hay un motivo antiespecista para ser vegano: no tenemos legitimidad ética para vulnerar los intereses del resto de animales. El veganismo es la consecuencia práctica del antiespecismo. El que esta consecuencia práctica beneficie nuestra salud o la del planeta es relevante, pero su importancia es secundaria. Nadie tomaría por válido condenar el genocidio armenio alegando que la sangre de los muertos contamina la tierra, al igual que tampoco se aceptaría desaconsejar el consumo de carne humana ya que esta provoca encefalopatías espongiformes. ¿Por qué dar por válidos estos argumentos en el caso del resto de animales? No deberíamos cometer esa discriminación por especie.
Referentes más que cuestionables: actitudes sionistas, anti-transversales, misántropas…
En un grupo que acepta gente con “todo tipo de ideologías”, por lo que personas machistas, fascistas, racistas… son aceptadas, que reivindica la palabra como herramienta y que cuenta con tantos adeptos, sorprende encontrar declaraciones como esta: «Me preocupan más los críticos dentro del movimiento que los imperios de explotación animal» [4:54] (1)
Esta es una declaración de Paul Bashir, co-fundador y líder de AV. Su actitud se ve influida por quien declara es uno de sus principales referentes, el controvertido Gary Yourofsky, a quien atribuye gran parte de sus valores, opiniones y el mismo proyecto de AV. Este hombre que llama psicóticos a los ciudadanos de Palestina y justifica el estado de apartheid en que se encuentran sometidos por Israel (2), dice odiar a todos los humanos por igual y los pone al mismo nivel, obviando que en este sistema no es lo mismo ser un privilegiado hombre blanco occidental como ellos, que ser una mujer trans, racializada, con discapacidad y procedente de un país oriental, por ejemplo. Algunas personas sin duda oprimimos a la casi totalidad del resto de la humanidad y animales de este planeta, pero muchas otras personas sufren opresiones brutales e ignorar esa desigualdad constituye una peligrosa irresponsabilidad. Es por ello que muchas militantes encontramos fundamentales los planteamientos transversales/interseccionales. Pero no todos lo hacen, como es el caso de Bashir o Yourofsky.
Bashir tilda de “cáncer” a los militantes antiespecistas transversales / interseccionales / izquierdistas que denuncian actitudes opresivas y sostiene que “desde dentro del movimiento deberíamos condenarlos pública y enfáticamente” [6:12] (3)
Para él las cosas deben hacerse de otra forma:
«No está nada bien acusar públicamente a activistas por haber cometido delitos sexuales, abusos o acosos a mujeres sin tener suficientes pruebas pero, aunque se diese el caso, el procedimiento adecuado sería denunciarlo ante las autoridades, no hacerlo público. Hacerlo público debería ser condenado enfáticamente» [1:39:59] (4)
Un grupo referente en transversalidad como es Colectively Free también ha dedicado esfuerzos para sacar a la luz los trapos sucios de AV mediante el artículo de Chris Hendricks “Veganwashing and the Lie of Vegan Unity” (5)
Un grupo jerárquico y expansivo
¿Quiénes diseñan los materiales de AV? ¿Quiénes toman parte en las decisiones de la organización? ¿Cómo están expandiéndose los cubos? ¿Qué se sabe sobre la financiación de la organización? ¿Es buena idea promover grandes plataformas mundiales controladas por un par de personas? Todo viene dado. Es cómodo en cuanto a que no exige grandes esfuerzos cognitivos a sus participantes y tampoco les hace exponerse más de lo deseado; siempre pueden limitarse a camuflarse tras una máscara y sostener un cartel. Esto ayuda a que se extiendan a una velocidad de vértigo.
La organización anima constantemente a quienes quieren participar a llevar los cubos a su ciudad. Por lo general es una única persona la que, tras recibir instrucciones y material del colectivo, conforma un nuevo grupo de activistas. Estos activistas solo participarán en calidad de participantes; no toman parte de las decisiones de la organización, como tampoco lo hace la persona que promueve el cubo. No se les permite modificar los materiales ni las dinámicas y tienen un total desconocimiento sobre la financiación del colectivo.
¿Es positivo que un gran grupo, con un discurso especista y nada transversal, marque las dinámicas de la mayoría de activistas del mundo? Los cubos podrían ser una herramienta útil adaptando tanto el mensaje como los materiales al contexto local, pero no sucede así. Activistas por todo el mundo emplean materiales en inglés, normalizando el uso de este idioma en países que no son de habla inglesa. Cuando comunican su activismo a través de redes lo hacen también en inglés, buscando la aceptación de la enorme comunidad que compone AV y disfrutando del fetiche en que la marca “Anonymous for the Voiceless” se ha convertido. Ni qué decir cabe que esto no ayuda a incidir en el contexto local: mientras esto se populariza, grupos localistas que comunican en idiomas minoritarios son constantemente señalados en redes por no dejarse entender por todo el mundo. ¿Y qué hay de la opresión de los idiomas minoritarios y las identidades culturales minoritarias vinculadas a estos? ¿De veras es este el procedimiento óptimo para veganizar a las personas de nuestro contexto local? ¿veganizarlas debería de verdad ser nuestro objetivo? ¿No es preferible comunicar que una ideología especista está promoviendo una brutal opresión como tantas otras que padecemos los animales? Una estrategia que deja bastante que desear Ser vegano es dejar de agredir. No es combatir una injusticia. ¿Es aceptable limitarse a ser vegano? Si paseamos por la calle y viéramos que alguien está pegando una paliza a otra persona podríamos justificarnos diciendo que no estamos participando de esa injusticia, ¿pero acaso nuestra pasividad ante esa injusticia no se traduce en complicidad? Sí. Ser vegano no es suficiente, debemos ser activistas. ¿Pero qué es ser activista? Para nosotras activismo es reflexionar sobre qué es lo más efectivo que podemos hacer para acabar con una injusticia y hacerlo. No vale con que hagamos lo que más nos gusta o mejor se nos da. Si por ejemplo resulta que puedes salvar miles de vidas en lugar de promoviendo recetas veganas aprendiendo a comunicar para crear un programa de radio antiespecista, ¿No sería una negligencia seguir haciendo un activismo que salva menos vidas?
Los cubos de AV constituyen discursos estáticos e inmóviles; se dice y muestra lo mismo en todas partes del mundo. Siguen una estrategia de conversión al veganismo (no al antiespecismo, para veganizar al máximo de personas recurren a argumentos especistas) igual que lo harían los seguidores de una religión (el mismo concepto cubo de la “verdad” es bastante apolítico y religioso). Esa no es la estrategia que han seguido históricamente los movimiento sociales. Los abolicionistas de la esclavitud humana del siglo XIX no adoptaron y promovieron un modo de vida libre de explotación humana, si no que reivindicaron que la esclavitud humana tenía que ser abolida y crearon un debate en la sociedad sobre la cuestión. No se dedicaron a convencer una por una al resto de personas del mundo: no es estratégico ir convenciendo uno por uno a 6.000.000.000 no veganos.
En lugar de ello, los numerosos movimientos de liberación a lo largo de la historia, realizaron acciones que suscitaron debates públicos, se adaptaron a las condiciones locales y organizaron grupos con personas críticas que una y otra vez creaban nuevas vías y estrategias mediante el debate, los consensos y la toma de decisiones grupales. El veganismo no es una libre elección personal, nos atañe a todos los seres de este planeta, el antiespecismo es una solicitud de cambio que afecta al conjunto de la sociedad (6).
¡Liberad a los animales ya!
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Las autoras de este texto, pese a encontrar preferible la estrategia de los grupos que siguen dinámicas más parecidas a la del resto de movimientos sociales, que desde la transversalidad convergen en su día a día con otros colectivos políticos para alcanzar fines comunes, no pretendemos desacreditar los cubos de la verdad/mesas informativas/concienciación de calle, entendemos que haya quien las considere válidas. Lo que sí reivindicamos es que estas dinámicas no son ni deben ser monopolio de AV, que no deben depender de un gran organización norteamericana carente de transversalidad que aboga por el todo vale, jerárquico, especista, alienante…
¡Llenemos la militancia antiespecista de colores y transversalidad!
Aportaciones o inquietudes: dahteste@riseup.net
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Notas:
(1) Paul Bashir Interview In Fighting Biggest Threat to Vegan Movement
(2) Palestinians, Blacks and Other Hypocrites – Gary Yourofsky
(3) Paul Bashir Interview In Fighting Biggest Threat to Vegan Movement
(4) Weighing-In on Vegan In-Fighting with Ask Yourself
(5) Vegan-Washing: The Lie of Vegan Unity- Collectively Free
(6)Debates antiespecistas: cuestiones estratégicas. La “estrategia del movimiento social” vs. La “estrategia de la conversión”