Según leí en el blog anarquista galaico de lxs compas de Abordaxe y pude confirmar con alguna persona que vive en la ciudad del apóstol, hace unos días, el viernes 20, un supermercado de la cadena Gadis situado en la calle Fernando III fue saqueado por un grupo de unas 20 personas que entraron, llenaron bolsas con productos de primera necesidad y salieron negándose a pagar y lanzando panfletos y gritando contra el capitalismo y sus políticas de miseria y desigualdad.
A pesar de que una concentración contra el aborto se estaba realizando a poca distancia bajo la vigilancia de un fuerte dispositivo policial (motivado quizá por lo que la rabia de las feministas puede llegar a causar ahora que han suprimido el enésimo derecho a la mujer y devuelto la cuestión del aborto a la época del franquismo, en la que ya han reubicado anteriormente otros muchos «derechos» y «libertades» fundamentales), no se produjeron incidentes con la policía y no se tiene noticia de detenidxs ni durante ni después de la acción. El único problema registrado tuvo lugar al parecer con una cajera del supermercado, que forcejeó con algunxs de lxs saqueadorxs para intentar impedir que huyeran con lo sustraído aunque el incidente no tuvo apenas importancia. De todos modos, a ver cuándo entendéis que esas esperanzas patéticas que mantenéis depositadas en el regreso a los tiempos de los créditos a bajo interés, las dos hipotecas por familia, las vacaciones en la playa y los niños estudiando en Irlanda están vacías, porque la prosperidad es el cuento que nos contaron para dormirnos. Más os vale haceros a la idea de que los saqueos y otras acciones de ataque serán cada vez más frecuentes (y necesarias) al mismo tiempo que crecen exponencialmente la rabia y la desesperación que motivan esa clase de actos y empeoran las condiciones de existencia que nos ha tocado padecer a esta generación nacida en la catástrofe. Si a pesar de esto queréis seguir con vuestras ridículas ensoñaciones conformistas, adelante, sois libres de hacerlo, pero manteneros lejos de nuestros sueños.
Por mi parte, esto es todo, dado que no he podido tener acceso al panfleto lanzado durante la acción y ésta tampoco ha sido reivindicada.
Sólo queda por decir que si ellxs acumulan riqueza y venden miseria, nosotrxs podemos asaltar sus templos de consumo para reapropiarnos de nuestras necesidades y atacar al corazón de su economía fraudulenta, la que nos mata día a día con total tranquilidad protegida por unas leyes igual de hipócritas y desiguales.
