Después de que el año pasado el coordinador local de Vox en Pontevedra (un ex-guardia civil conocido por sus ideas reaccionarias) recibiera un guantazo por pasarse de juguetón y de gracioso (propinado por cierto por el mismo joven que años antes golpeó al por entonces presidente del gobierno, Mariano Rajoy, delante de todo el mundo) y de que durante un mítin local a las afueras de la misma ciudad otro joven rajase las ruedas de al menos 50 vehículos de les asistentes (en algunos de los cuales también rayó la carrocería), hoy los seguidores del partido ultraderechista Vox en la provincia pontevedresa volvieron a tener un pequeño susto, esta vez en la localidad de Cangas do Morrazo.
Mientras un grupo de militantes del partido repartían su vomitiva propaganda, un joven apareció en bicicleta y estampó una caja en la cara del coordinador local de Cangas do Morrazo y Moaña, para luego darse a la fuga pedaleando. Desde el partido han colgado vídeos de la agresión en su cuenta de Twitter. También han reafirmado constantemente que el agredido es «un hombre mayor de 77 años» como si el hecho de ser un anciano le exculpase de ser participante activo de una formación política que promueve la misoginia, la xenofobia, el racismo, la LGTBIfobia, y otras aberraciones ideológicas contra las que creemos que sencillamente no ha de caber tolerancia alguna. Nos remitimos a la famosa paradoja de Karl Popper: Tolerar la intolerancia no te hace tolerante, solo ayuda a les intolerantes a terminar con los pocos espacios de tolerancia que quedan, con lo que al final son ellos quienes ganan, y eso es, valga la contradicción, intolerable.
Por ahora no se habrían producido detenciones relacionadas con este hecho, pero por nuestra parte queremos manifestar nuestra gran alegría de que hoy uno de estos miserables se vaya a ir a dormir con el oído pitando.
Ni un espacio seguro para esta basura.
Fascistas ¡tened cuidado!
Aquí vemos a Manuel Español (el apellido no podría irle más al pelo), coordinador local de Cangas do Morrazo y Moaña, lloriqueando tras el golpe (cabe señalar que el ciclista le dio con una caja de cartón, por si su victimización no fuese ya lo suficientemente patética e irrisoria).