Cuando hace ya algún tiempo debatía con un conocido mío marxista-leninista acerca de la situación en Venezuela (pongámonos en situación, Chávez estaba en las últimas pero aun no la había palmado, o sea que hace poco más de un año), me irritaron bastante algunos de sus argumentos, pero una cosa que me molestó especialmente fueron sus comentarios de risa al presentarle como fuente fiable al periódico El Libertario, publicación realizada en Caracas por un grupo de personas autodenominadas anarquistas o reconocidas en lo que llaman “Izquierda autónoma”, y entre las que se cuenta Rafael Uzcátegui, autor como algunxs quizá ya sabréis del libro “La revolución como espectáculo: Una crítica anarquista a la revolución bolivariana”, el cual en su día me gustó aunque no comparto del todo partes de su contenido, pero bueno, eso es harina de otro costal.
La cuestión es que ahora, buscando en el baúl de los recuerdos (uuuuh…) me viene la risa tonta al acordarme de aquel momento en que el debate pasó a discusión y ambos empezamos a elevar el tono. ¿Por qué? Bueno, esto es lo que me dispongo a explicar.
Antes de nada, creo que es conveniente marcar un poco los límites, por una cuestión de prudencia. No tengo muy claro cuál es la coyuntura en el país latinoamericano actualmente, y no pretendo con ésto sentar cátedra, del mismo modo que tampoco me dispongo a llevar a cabo análisis alguno de dicho contexto. No vivo en Venezuela, y si os digo la verdad, me he desentendido un poco de la situación allí desde el comienzo de las revueltas contra el gobierno de Maduro. En primer lugar, considero que tales protestas forman parte de un contexto más amplio que no se puede ni se debe obviar, y a pesar de que han puesto en evidencia una vez más el hecho de que a veces los rojos son capaces de igualar al capitalismo en crueldad a la hora de reprimir, también han demostrado, nuevamente, que los siervos de Occidente son unos genios manipulando, puesto que han intentado que fotografías de Rocky Balboa- el famoso boxeador interpretado por Silvester Stallone – o de militantes abertzales torturados por las fuerzas de seguridad del Estado español, pasen por personas torturadas por Maduro y sus secuaces (ni photoshop ni ostias, pillamos fotos de la prensa internacional, las sacamos de contexto y a ver si cuela…). No obstante, son la representación de una lucha de poder entre el chavismo, hoy encarnado por Maduro, y su forma de comprender y desarrollar el socialismo (una forma más que dudosa e hipócrita, si queréis mi opinión, llena de aperturismos y excusas) y los intereses de quienes pretenden llevar adelante un golpe de Estado e instaurar un modelo de democracia al más puro estilo occidental y neoliberal. Los dos bloques se disputan Venezuela y yo, mientras tanto, busco entre los confusos mares de Internet una crítica anarquista honesta, transparente y no contaminada por la propaganda de ninguno de los dos bandos. Como lo único que conocía (o creía conocer) con tales características es el periódico El Libertario, fue a ellos a quienes acudí, en busca de un poco de luz sobre este conflicto. Craso error.
Ignoro cuánto tiempo llevan con este discurso, pero encontrarme a Rafael Uzcátegui haciendo declaraciones como (copio textualmente) “Hoy es una necesidad para oxigenar el viciado panorama político del país, reinventar dinámicas movimientistas y recuperar una institucionalidad democrática que responda a las necesidades de la gente” (el texto donde Uzcátegui realiza dicha declaración lo podéis consultar en su blog haciendo click aquí, por si alguien piensa que me lo invento) o ver cómo el propio periódico avala la intervención de la OEA (Organización de Estados Americanos, de corte neoliberal) en este artículo (ver pinchando aquí) donde además tira de demagogia cutre hablando de Derechos Humanos como si fuese la ONU, han supuesto mi gozo en un pozo y una decepción como pocas me he llevado últimamente. Es verdaderamente repugnante la deriva que ha tenido esta peña, y personalmente, les invito a dejar de llamarse a sí mismxs anarquistas o autónomxs, porque si ellxs son anarquistas, entonces la revolución de 1936 la llevó a cabo la ONU y las colectividades anarquistas fueron defendidas por la OTAN. Si queréis, os ayudo a buscar otro nombre para vuestro panfleto. ¿Qué os parece periódico “El Liberal”? Tiene gancho… Bueno, vale ya de chascarrillos.
No seré yo quien respalde el gobierno de Maduro, ni muchísimo menos. No obstante, una crítica anarquista a un Estado socialista debe ser, en primer lugar, fundada y no estar basada en las falacias inventadas por las industrias mediáticas occidentales, fabricantes profesionales de mentiras, y en segundo lugar, debe posicionarse firmemente en contra de cualquier autoridad, asegurándose de que toda alternativa propuesta o construída a partir de dicha crítica conserve el componente antiautoritario. La crítica de El Libertario no sólo está vehiculada por una burda mezcla de imágenes y propaganda conservadora procedente de los medios burgueses internacionales, sino que además, respalda abiertamente la intervención de un organismo que supondría el aterrizaje de los intereses de EE.UU. y del capitalismo sudamericano en el país. Es posible que dicha operación supusiese el fin de Maduro, pero lo que vendría tras él no sería, en ningún caso, mejor, y por supuesto no guardaría relación o parecido alguno con lo que cualquier anarquista puede aspirar a construir.
Creo, llegadxs a este punto, que cualquiera con una mínima formación teórica puede ahora visitar los enlaces a los artículos antes mencionados y cotillear con calma y atención sus posiciones, para comprobar por él/ella mismx la “evolución” que han tenido lxs que presumían de ser un órgano de expresión opuesto tanto a la política chavista como a los intereses de los yankis.
En fin, mi objetivo al redactar y publicar ésto es evitar futuras confusiones a quienes guiadxs por el nombre de la publicación o por la inmerecida medallita de anarquistas que se han colgado sus editores, redactorxs etc. puedan adentrarse en sus textos sin saber realmente desde qué posturas están hablando. Ahora, que cada unx investigue por su cuenta si así lo desea y saque sus propias conclusiones, que yo tampoco pretendo ir de guía espiritual ni mucho menos. Sin embargo, al margen del posicionamiento que cada unx pueda adquirir en base a sus propias lecturas de los artículos y opiniones a las que se refiere este escrito, creo que es importante que desde las instancias anarquistas de todo tipo (sean blogs o espacios de contrainformación como éste o sean lugares físicos como Centros Sociales Okupados o Autogestionados, Bibliotecas y Locales anarquistas etc…) se denuncie este hecho y se deje de ofrecer soporte y cobertura a esta publicación, que en mi opinión, denigra y tergiversa gravemente lo que significa hoy, y ha significado siempre, ser anarquistas.
El poder siempre ha intentado convertir las proclamas más radicales de negación de su mundo en inofensivas, absorbiéndolas y tratando de cambiar su discurso para que éste pueda incluso jugar a su favor. Éste parece ser uno de esos casos graves de asimilación y recuperación. Una lástima…
Por supuesto, si no te gusta lo que acabas de leer, puedes escribirme. Para exabruptos, gritos, desafíos y linchamientos: unabomb@riseup.net
Contra toda autoridad, ni somos capitalistas, ni somos socialistas, ni somos fascistas.
Anarquistas nada más, ¡tampoco nada menos!