El otro día, leyendo el libro «Liberación animal, más allá del veganismo», de Roberto Lemes, editado por Dskntrl_Ed de Barcelona (yo lo pillé original en la distri de un colega, vale 3 pavos, pero podéis descargarlo en PDF aquí), en el apartado del Bloque C, leí un breve texto sobre la relación de parte de la organización Sea Sepherd (organización conservacionista centrada en combatir ciertas formas de explotación de animales marinos, como la caza de ballenas o delfines, aunque alejada del carácter antiespecista que muchxs se apresuran a asignarle) con la extrema derecha francesa, hasta el punto de ponerle a uno de los barcos de su flota el nombre de Briggite Bardot, una conocida actriz y modelo francesa que, además, es una militante fascista vinculada al Frente Nacional, abiertamente racista y homófoba/tránsfoba, y que se las da de animalista y de «amante de lxs animales».
A medida que leía ese escrito, me acordé de otras noticias que fueron publicadas en este blog, y que hacían alusión a casos previos en los que la ultraderecha filonazi había intentado captar la atención de militantes autónomxs y de izquierda extraparlamentaria a través de la lucha antiespecista, como en Florencia, Italia, donde neonazis llevaron a cabo varios sabotajes contra industrias de explotación animal firmándolas como FLA, estructura informal históricamente vinculada al anarquismo (aquí la noticia correspondiente) y en otros casos simplemente organizando actos y reuniones donde se ocultaba su auténtico rostro pero salieron a la luz sus actitudes racistas, homófobas etc. como el campamento organizado en Bélgica bajo el nombre de International Animal Rights Gathering (Encuentro Internacional por los Derechos de lxs Animales) en agosto de 2013, y que resultó estar organizado por diferentes «personas» vinculadas al movimiento neonazi y a su sector más «animalista». En ese campamento, compañerxs del colectivo antiespecista y transfeminista de Toulouse, Francia, Pantheres Enragees (Panteras Rabiosas) que habían acudido movidxs por el supuesto contenido antiespecista del eveento, fueron discriminadxs por ser transgénero y no tener género binario, además de insultadxs por sus ideas anarquistas. Para más información en este blog de lo ocurrido, mira aquí.
No es de extrañar que grandes organizaciones «animalistas» sean filón de grupos neonazis, ya que la ausencia de un discurso político sólido y coherente conduce a que las alianzas establecidas «por el bien de lxs animales» sean de toda clase, incluyendo a toda clase de calaña culpable de perpetuar y ejercer muchas otras opresiones como las llevadas a cabo contra personas migrantes, o contra personas no heterosexuales.
Por estas razones, es fundamental que las luchas confluyan. No tiene sentido un anarquismo que aparta de su camino a las demás especies, centrando toda su atención en eliminar la dominación de manera selectiva, olvidándose de la que sufren por nuestro capricho lxs individuxs no-humanxs. Por otro lado, tampoco queremos que la lucha por la defensa de lxs demás animales pase por la colaboración con grupos neonazis, fascistas o patriotas. Para nosotrxs, la liberación animal es inseparable de la lucha contra las demás formas y expresiones de autoridad, y no queremos un capitalismo vegano donde se deje de explotar animales directamente pero lxs migrantes mueran en las fronteras y lxs transgénero o transexuales en psiquiátricos, y donde las industrias asolen y devasten los hábitats naturales de esas criaturas «liberadas», ni tampoco un fascismo donde miles de personas mueran en campos de concentración por su etnia, su religión o sus ideas, mientras lxs animales cuentan con una pseudolibertad. Queremos destruir a la autoridad, acabar con todo aquello que impide a cada individux de este mundo de jaulas ser libre y decidir sobre su propia vida.
La actitud de Sea Sepherd es inadmisible, pero tampoco debería sorprender. El problema quizá sea dar por sentado que por defender a lxs animales una persona ya está contra otras opresiones. La solución pasa por combatir al fascismo también en este ámbito, no permitirles apropiarse de luchas que no les pertenecen y nunca les han pertenecido, para buscar simpatizantes entre animalistas desorientadxs. Desenmascarar al fascismo camuflado es fundamental, o seguirán introduciéndose en todas aquellas luchas donde vean un filón para su absurdo discurso.
¡Hasta la liberación total!
¡Come fascistas, no animales!