Chile – Bonus Track. Artefacto simulado en SubCentro y Escuela Militar

Lxs compañerxs de Noticias de la Guerra Social envían un mail con una noticia cuanto menos «surrealista», pero que es útil para, una vez más, poner de relieve las intenciones policiales a la hora de investigar un determinado acto.

Al parecer, la mañana del 16 de diciembre de 2014, hace aproximadamente dos meses, un artefacto explosivo simulado, compuesto por un extintor adosado a un temporizador pero que en su interior no había sido rellenado con pólvora o material similar sino con simple trigo, fue hallado en las cercanías del Subcentro y la Escuela Militar de Santiago de Chile. Inmediatamente, un amplio dispositivo policial compuesto por efectivos del GOPE es desplegado en la zona, y las primeras insidias de los maderos son lanzadas, apuntando a la responsabilidad de lxs anarquistas, y al llamado que firmado como Diciembre Negro, conmemoró con distintos actos de revuelta al compañero Sebastián Oversluij Seguel, muerto un año antes por los disparos de un bastardo segurata durante una expropiación a una sucursal de BancoEstado en la comuna de Pudahuel.

Finalmente, la policía descubre que la supuesta «bomba» estaba rellena del cereal, y que además, había sido construida y colocada por un taxista esquizofrénico, que acompañando el artefacto de una bandera israelí y un «panfleto» manuscrito donde ponía «Escatología de la liveración Javier I» pretendía con este extraño acto alertar al gobierno y al ejército de lo que él consideraba el cercano advenimiento del Anticristo y del fin del mundo.

Al ser puesto ante las cámaras, el hombre responsable del acto pidió perdón por las molestias causadas, pero dijo que era el único modo de llamar la atención sobre la cercanía de tan apocalíptica efeméride. La broma le salió cara al pobre hombre, y en la fiscalía Sur han decidido formalizarle por desórdenes públicos. Mientras, la policía y sus altavoces de los grandes medios de comunicación chilenos hicieron un estrepitoso ridículo una vez más, al quedar desmontadas sus teorías acusatorias contra los grupos anarquistas:

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Durante la mañana del 16 de Diciembre del 2014, un aparente artefacto explosivo es encontrado entre el Subcentro y la Escuela Militar, generando un amplio dispositivo policial y mediático.

Hace un par de meses atrás, más precisamente en septiembre (2014), un artefacto explosivo detona en un basurero del Subcentro en pleno horario de almuerzo hiriendo a varios transeúntes. La acción es reivindicada por “Conspiración de Células del Fuego – Chile” quienes señalan haber dado un tiempo de 10 minutos para evacuar el sector, alerta que no fue creída por la policía e insuficiente para despejar dicha área altamente transitada.

Tras la explosión en Subcentro rápidamente la represión arremete encarcelando a lxs compañerxs Juan Flores y Nataly Casanova, acusándolxs no sólo del atentado contra el Subcentro, sino también contra dos comisarías y contra un vagón de metro en Los Dominicos.

La histeria antiterrorista vuelve a aparecer con este “nuevo” artefacto, las rápidas declaraciones policiales y forzados vínculos surgen mientras el equipo especialista para explosivos, GOPE, inspecciona el extintor que tiene adosado un sistema de relojería, una bandera de Israel y panfletos con la delirante consigna: «Escatología de la Liberación Javier I».

Tras largas maniobras logísticas de personal policial y su infraestructura “antibombas”, logran descartar la capacidad explosiva del improvisado artefacto, señalando que en su interior sólo contenía trigo.

Con la rapidez propia de la estupidez policial, efectivos del nuevo grupo de inteligencia recientemente creado, llamado pomposamente con el nombre de “Fuerza de Tarea de Delitos Complejos” de la BIPE- PDI consiguen hacer mínimas diligencias para dar con el responsable de dicha ecléctica “acción”.

Tras revisar las cámaras de vigilancia, realizar pericias dactilares al “panfleto” y hacer la comparación de los mismos con unos lanzados al interior de una iglesia evangélica un par de horas atrás, consiguen sin mayor dificultad dar con Héctor Navarro Muñoz de 51 años.

Héctor que se desempeña como taxista en Puente Alto, asume la responsabilidad de los hechos tras ser detenido por la PDI buscando llamar la atención del ejército sobre el fin del mundo… Héctor es esquizofrénico.

Rápidamente el fiscal Claudio Orellano, de la fiscalía Sur decide formalizarlo bajo el delito de “desórdenes públicos”, las primeras grandilocuentes declaraciones policiales y ministeriales de aplicación de la ley antiterrorista quedan mudas tras “descartarse el vínculo anarquista” o como lo habría señalado el propio jefe de la Fiscalia Sur, “negarse algún vínculo con Diciembre Negro”, en relación a la conmemoración de la muerte del compañero anarquista Sebastian Oversluij. El tribunal otorga un plazo de 150 días de investigación quedando la causa agrupada junto con otras por colocación de bombas, además de permanecer en arresto domiciliario.

Tras ser visitado por la prensa Héctor se arrodilla y les señala: “Estoy arrepentido del movimiento que causé a mi querido gobierno, en cuanto al desplazamiento de fuerzas especiales, al temor a la ciudadanía, pero fue necesario para poner al tanto de que ya estamos cerca del advenimiento del Anticristo”

Ante la pregunta sobre cómo confeccionó el artefacto, simplemente señaló: «Fue gracias a ustedes, ustedes en la prensa me enseñaron a hacerlo».

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