Una vez más, la militancia del Partido Popular nos deleita con una muestra de xenofobia y racismo. No es nada nuevo, desde luego, ni tampoco es noticia, pero como se acercan elecciones municipales, y en algunos lugares del territorio dominado por el Estado español también autonómicas, pues me ha parecido positivo reflejar esta noticia, no porque otros partidos sean mejores, o porque quiera menoscabar al PP frente a otras candidaturas, sino porque me parece que esta clase de cosas no deben quedar en el silencio.
Personalmente carezco de perfiles en Facebook, Twitter y demás redes sociales (y no tengo la menor intención de que esto cambie, todo lo contrario) pero una compañera afín me envía por correo electrónico el presente pantallazo, que habría sido recogida del perfil de Facebook de Marta Casado, candidata del Partido Popular a la alcaldía de la localidad catalana de L’Arboç. En dicho pantallazo se observa un tablón de comentarios con una conversación, en la cual se puede leer un comentario de otra persona que hace alusión a la simpatía con el PP de Marta Casado criticándola por ello y llamándola «pepera», a lo que la militante «popular» replica con el siguiente comentario «¿Y tú? ¡casada con un negro! ¡No sé qué es peor!».
Éste hecho ha levantado polémica (de hecho, llegó hasta los medios comerciales) y la señorita Marta Casado ha sido ampliamente increpada y criticada en redes sociales, ante lo cual optó por pedir «disculpas» (o más bien hacerse un lavado de cara hipócrita antes de que la cosa fuese a más). Sin embargo, no coló, y ante las acusaciones de ser racista que recibió de otros usuarios de la red social Twitter, publicó ésto, que a mí personalmente me hace mucha gracia:
Ésto es como cuando alguien te dice «Yo no soy homófobo, tengo muchos amigos gays y no tengo nada en contra de ellos» o «Yo no soy machista, el otro día defendí a una chica de un tipo que la trataba mal». Parece que basta con conocer gente de otra nacionalidad para que desaparezcan, por arte de magia y sin proceso de revisión ni autocrítica alguna, todos los resquicios de racismo que infectan nuestro pensamiento, fruto de una sociedad que habla de igualdad mientras construye sus cimientos sobre el racismo, la represión y las desigualdades a todos los niveles contra personas migrantes, y una cultura profunda y abiertamente etnocentrista (empezando por la apropiación cultural y terminando por el hecho de celebrar genocidios racistas en el «Día de la Hispanidad»).
De todos modos, como ya he dicho, a mí ésto no me coge en absoluto por sorpresa, pues de la escoria de este partido no puedo esperarme otra cosa. En cualquier caso, que ésto sirva de ejemplo para quien todavía niega los ideales xenófobos y racistas, conservadores y reaccionarios aun presentes entre la militancia del PP (incluyendo a sus secciones juveniles).
Marta Casado, ¡pim, pam, púm!