Lxs compas de Noticias de la Guerra Social enviaron por correo electrónico hace unos días una crónica que, aunque llega un par de meses después, resume muy bien los acontecimientos que ocurrieron en el contexto de las movilizaciones antirrepresivas del pasado 28 de mayo, en respuesta al asesinato de dos jóvenes manifestantes que participaban de una marcha estudiantil cuando fueron abatidos a tiros en Valparaíso por un bastardo con mentalidad burguesa y parapolicial, por supuestamente hacer pintadas en la pared de su casa. El autor de los disparos resultó ser Giuseppe Briganti, un conocido traficante dedicado al menudeo de drogas en la zona. El tío fue arrestado, y las movilizaciones se sucedieron, destacando la jornada del 28 de mayo. Para ver más información sobre el asesinato de los dos manifestantes, mira aquí y aquí.
Si bien no reproduciré aquí el extenso reportaje realizado por lxs compas de Noticias de la Guerra Social (aunque os invito a todxs a leerlo en su web, aquí) sí quiero rescatar una parte del mismo, donde informa sobre otro caso de un ciudadano que ataca a manifestantes. En este caso, se trata de un «honrado» guardia de seguridad de un supermercado, de sólo 23 años, que intervino para intentar detener un saqueo a otro comercio (una farmacia que como tantas otras hace negocio manteniendo enferma a la población, y aprovechándose de la insalubridad de este artificial estilo de vida), y pagó cara su decisión de querer hacerse el héroe. Destacar que, por lo visto, el ciudadano-guardia iba armado con una pistola, lo cual debería darnos qué pensar acerca de la gravedad de la situación en Chile, donde hasta los guardias de un simple supermercado portan armas de fuego.
Al final de la noticia, se añaden varias fotografías, en las que se muestra al «héroe» corriendo con una pistola en la mano hacia lxs manifestantes, y también el estado en el que quedó tras recibir la respuesta que por lo visto iba buscando, así como portando orgulloso su asqueroso uniforme de vulgar custodio de la mercancía.
Esto te pasa por jugar a los héroes…
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A las 10:00 Hrs (del 28 de mayo), distintas organizaciones de estudiantes secundarios convocan a una movilización en la Plaza los Héroes para dirigirse al centro de la ciudad. Rápidamente la policía decide interrumpir el paso de la manifestación, desatándose los disturbios por todo el centro de la ciudad.
Las escaramuzas se suceden por distintas calles, los secundarios encapuchados hacen frente a la represión con piedras, pintura y cócteles molotovs mientras se atacan distintos símbolos del poder y montan improvisadas barricadas. El servicio de Salud Occidente recibe varios cócteles molotov y es atacado con piedras y palos.
A la altura del metro Unión Latino Americana se producen distintos saqueos a grandes locales comerciales. El supermercado Ekono y la Farmacia Salcobrand son abiertas a patadas y golpes, consiguiendo repartir las mercancías entre quienes se encontraban.
En la farmacia Salcobrand, distintos individuos participaban del saqueo, robando a los ladrones y mermando sus violentas ganancias a costa de producir enfermedades cuando un sujeto ingresa a punta de pistola sacando a lxs saqueadorxs, amenazándolos.
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Los muertos en Valparaíso a manos de Giussepe permanecen aun frescos en la memoria, esta vez rápidamente encaran al “héroe”, quien trata torpemente de arrancar cuando es alcanzado y golpeado por lxs manifestantes y encapuchadxs. Tras desarmarlo se le encuentran unas esposas en su poder, reforzando la idea de que sería un agente policial. Golpeado y apaleado, el miserable bastardo es rescatado por la policía.
Con el pasar de las horas se descubre que el miserable se llama Nicolás Urra Maturana, de 23 años quien era guardia del supermercado y decidió correr a defender la propiedad de los dueños del mundo e imponer su orden desde su miserable condición.
Una vez más quedó demostrado que si se comportan como policías, serán tratados como tal y que ninguna agresión quedará sin respuesta. Ninguna misericordia ni contemplación con los parapoliciales: Traficantes, guardias,etc.
La prensa sin entender nada señalará que los jóvenes manifestantes golpearon a un saqueador que andaba armado. La confusión no es ingenua, sino que busca deslegitimar la violencia contra las estructuras y personas del dominio, intentando sembrar la actitud de rechazo y ofensiva contra quienes atacan el orden.
Finalmente los incidentes se trasladaron afuera de la USACH, donde por largo tiempo la policía fue atacada con cócteles molotov y la calle fue cercada con barricadas incendiarias.
