Israel – Declaración pública de la anarquista y activista vegana Tanya Golan, negándose a hacer el servicio militar

Del blog de lxs compas de Instinto Salvaje recojo el siguiente escrito, correspondiente a la declaración pública de Tanya Golan, anarquista y activista vegana israelí que como otrxs jóvenes a su edad, lxs denominadxs «Refuzniks», rechazaron conscientemente formar parte de la maquinaria militar que el Estado israelí emplea para sus genocidios y crímenes contra el pueblo palestino y para defender y asegurar sus intereses contra otros pueblos y territorios del mundo.

Es importante tener presente que en Israel, debido al elevado nivel de adoctrinamiento y condicionamiento social y cultural existente en cuanto al chovinismo sionista y el odio hacia la identidad palestina y todo lo que representa, negarse de esta forma a cumplir el servicio militar obligatorio no sólo conlleva una serie de medidas represivas a nivel legal/penal, sino también un amplio y fuerte rechazo social, que a su vez trae consigo numerosas dificultades, marginalización, exclusión etc. Esto, por supuesto, hace si cabe todavía más valiente el gesto, demostrando la coherencia y el arrojo de quienes toman esa decisión:

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Mi nombre es Tanya Golán y tengo 20 años de edad. He decidido rechazar la reclutación a las FDI y vi un valor en hacerlo públicamente y sin tapujos.

La decisión de unirse o no al ejército israelí es una decisión política que todo el mundo debería ser capaz de hacer por su propia cuenta. Protesto contra la ley que amenaza a jóvenes y adolescentes para unirse al ejército.

No confío en la jerarquía autoritaria. El ejército es un brazo de la burguesía, el gobierno y la industria armamentística. Hay quienes se benefician del conflicto palestino-israelí y nunca dejarán de lado el control económico del West Bank en Occidente. Estos poderes han creado el racismo y la segregación. El gasto público en el ejército israelí (que también viene de los EE.UU.) tiende a crecer año por año a expensas de la educación, la salud y el bienestar, y sin embargo, no hay seguridad en el país -hay muchas amenazas públicas en Israel-. Supongo que, nuestro temor es explotado como una distracción para prevenir los pensamientos profundos sobre esta situación.

No se puede construir una sociedad justa con base en la injusticia. Me niego a participar en un mecanismo racista, fascista, discriminatorio y opresivo. Me niego a participar en un órgano de poder que, durante décadas, ha mantenido a millones de personas sin derechos civiles. Por otro lado, hay personas como nosotros con las que compartimos las mismas necesidades. Ellos sólo quieren vivir sus vidas. Los arrestos, detenciones administrativas, el acoso por el ejército y los colonos judíos, la esclavitud asalariada, la ausencia de bienestar -no podemos estar seguros si les damos buenas razones para luchar-.

El ejército, al igual que la escuela, es una institución que perfora la socialización. El objetivo principal de la escuela pública es integrar a la sociedad en una entidad monolítica, por lo que el principal objetivo ideológico de las FDI no es proteger a la gente, sino ser un crisol (argot israelí usado por el ejército como por las instituciones que fabrican a la gente) que mantiene el ethos vivo y hace que el pueblo se pierda en sí mismo, mientras que en la realidad sólo protege a la jerarquía. Es una institución con burócratas torpes, que tienen que ver solamente con cada uno de ellos y que no tienen preocupación por el mundo real y otros sectores que trabajan en verdaderos asuntos civiles. Este tipo de estructura está educando a la fresca juventud con una manera de pensar dogmática que perpetúa la relación jerárquica entre el opresor y el oprimido. Esta parte de la vida es la etapa final para entrar en la edad adulta, que en esta parte de la tierra se juega entre el río y el océano.

Creo que la decisión de adherirse a una organización militar debe estar motivada por el deseo personal y el razonamiento. Claro que funciona, podemos tomar como ejemplo la Federación Democrática de Rojava. En un momento no tan lejano tal vez podamos aprender una o dos cosas de ellos. No tienen leyes de conscripción, pero sin embargo, poseen un porcentaje similar de reclutamiento para las YPG y YPJ como Israel lo tiene para las FDI. Si no hay deseo de proteger algo, probablemente ese algo no será protegido.

Rechazo la idea a favor de unirse al ejército: prefiero el compañerismo, hallar un sentido en la vida, la experiencia, ayudar a la comunidad. Elijo no sacrificarme por dos años enteros de abusos, humillación y opresión para nada. No voy a usar el uniforme militar; no voy a contribuir a la presión al pueblo para unirse al ejército. Rechazar la conscripción no es una cosa sencilla, de todas formas, el objetivo es NO unirse al ejército.

Por último, pero no menos importante, está la cuestión social de la justicia. El ejército y sus prácticas ponen en peligro el medio ambiente mediante el derrame de petróleo y aguas residuales; el derroche de armas y material de guerra lanzándolo al mar; la actividad militar en curso pone en peligro el equilibrio de la flora y la fauna. Todo lo anterior sucede sin la menor rendición de cuentas, tal y como el ejército hace con el gasto público.

Alzar la voz, en cualquier situación es de gran ayuda. Invito a todos los que tiene una voz para alzarla conmigo.

Evidentemente, las cosas malas suceden cuando la gente buena no hace algo.

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