Chile – A 23 años del asesinato de la joven combatiente Norma Vergara a manos de la policía…

Hace apenas una semana, se cumplían 23 años desde que los bastardos asesinos de la policía chilena acabaron con Norma Vergara, guerrillera urbana revolucionaria miembro por entonces de las FRPL (Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro). Ahora, recibo en el correo electrónico el siguiente escrito, recordándola como una luchadora que, como tantxs otrxs en Chile y el mundo, cayó bajo las cobardes balas del Poder y de sus mercenarios, en los primeros años de la Democracia chilena, heredera legítima del legado de la previa dictadura.

El texto a continuación se trata de un escrito publicado en 2003 por compañerxs que conocieron a Norma, y desde la prisión decidieron recordar su memoria combativa. 13 años después, desgraciadamente (pues eso significa que pocas cosas han cambiado) se mantiene toda la vigencia del escrito.

Para más información, también se puede hacer click aquí.

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A 23 años del asesinato de la joven combatiente Norma Vergara reivindicamos la memoria insurrecta desde la lucha contra toda forma de poder y autoridad.

Compartimos palabras de sus compañerxs escritas hace ya algunos años atrás dando a conocer su vida, su historia, y sus opciones por dar continuidad a la guerrilla urbana anti-capitalista en Chile en el contexto de reacomodo democrático tras el fin de la dictadura (1990).

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NORMA VERGARA CÁCERES

En la tarde del 26 de marzo de 1993 la Dirección de Inteligencia Policial de Carabineros (DIPOLCAR) llevó a efecto en el centro de Santiago una operación de aniquilamiento en contra de una escuadra de las Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro (FRPL), que estaba reunida en un restorán en las inmediaciones de San Diego con Victoria y que había sido detectada como resultado de una intensa labor represiva en torno a todas las estructuras integrantes del MAPU- Lautaro, organización que en ese entonces desarrollaba una continua actividad político-militar de resistencia anticapitalista; en dicha acción cobarde y mientras se subía a un automóvil junto a dos compañeros que con posterioridad fueron detenidos fue ultimada Norma Vergara Cáceres a consecuencia de un impacto de bala en su pecho disparado a distancia y sorpresivamente por un tirador escogido negándole así la posibilidad de responder en un acto de legítima defensa.

Norma era una joven y linda mujer de mirada intensa a quien con justeza llamamos «ojitos de luna». De origen campesino, al momento de su asesinato, recién había cumplido los 27 años de edad. Ella llegó a Santiago a la población Santa Adriana siendo una niña, junto a su numerosa familia, inmediatamente después del 11 de septiembre de 1973 y como resultado de la detención de su padre quien era dirigente sindical en la zona de El Monte-Melipilla y miembro del MAPU Obrero Campesino.

Desde pequeña, integró grupos folclóricos que tenían por finalidad difundir la cultura campesina con un sentido de clase para articular la resistencia a la dictadura.

Ya en los ’80 comenzó a participar activamente en los centros juveniles de la zona Sur de Santiago que eran espacios de reunión de la juventud popular combativa que alimentó con energía y decisión la lucha cotidiana por algo más que el fin del fascismo pinochetista. Con el correr de los años ingresó al Movimiento Juvenil Lautaro cuando esta organización de izquierda Guevarista interpretaba de manera creciente una forma novedosa de inserción político social en poblaciones, liceos y universidades que atraía a quienes soñaban con un «Chile Popular».

Los ya conocidos pactos de la Concertación con los milicos provocaron el reacomodo burgués para una mejor administración del capitalismo neoliberal y es así como con la farsa de la alegría que venía lograron la neutralización del amplio movimiento social y popular que se había tomado las calles y lo condijeron dentro de la legalidad fascista para forzar la salida de Pinochet a través de la participación electoral. Fue en este marco que «la chiquitita» como también la era llamada por sus compañeros reafirmó su decisión de combatir con todo esta maniobra de dominación sabiendo que en esta opción los desafíos eran mayores y los riesgos también.

A fines de 1990, mientras participaba en la recuperación y repartición de un camión de alimentos cerca de su población repele a balazos la acción represiva de Carabineros, dando cuenta de un arrojo combativo que entre otras cosas hizo posible su integración a las escuadras de las FRPL; y desde comienzos de 1991 hasta el día de su caída desempeñó importantes labores de organización, planificación y concretización del quéhacer cotidiano de guerrilla urbana, cuestión que la hizo adentrarse en la inevitable circunstancia de la vida clandestina. Su entrega en la lucha revolucionaria la llevó a convertirse en un objetivo de especial atención para la maquinaria asesina del Estado policial y en momentos en que participaba de la jefatura de las FRPL su punto de concentración era el rescate desde la ex Penitenciaría de Santiago de casi todos los prisioneros políticos para los cuales se estaba construyendo una cárcel de alta seguridad inédita en Chile por su dureza y que suponía un aislamiento total e inhumano junto a largas condenas que ella estaba dispuesta a evitar con todo lo que hacía, tenía y podía.

Han transcurrido 10 años desde que los pacos, con su muerte física quisieron eliminar cualquier vestigio de su presencia pero una vez más se equivocaron ya que no hicieron más que sembrar con su sangre semillas de insurrección que rebrotan como rabia organizada como muchas mujeres que se levantan nuevamente fuera de toda legalidad para empuñar bombas de odio contra el capital y es así que su presencia nos acompaña en el día a día de resistencia a la cárcel y nos alimenta de los nuevos esfuerzos concretos de construcción social popular y por ello hoy quienes fuimos sus compañeros y algo más así como quienes no la conocimos físicamente pero sí compartimos el legado de una mujer que empuñó las armas lejos de toda palabrería para decir con su ejemplo y con su práctica lo mismo que con fuerza hoy venimos a gritar… «Hasta más no poder luchar, luchar y luchar para hacer y ver la revolución social avanzar, crecer y perdurar».

Desde núcleos y colectivos en la pobla, en la universidad, en la cárcel; desde espacios reales que a paso lento pero seguro multiplican la subversión con horizontalidad, autonomía, autogestión y dignidad, decimos que no somos uno sino que muchos los que reivindicamos con la misma fuerza de tu acción y con la eterna alegría de tu mirada «chica ojitos de luna».

«Por los de ayer, por los de hoy, por los que vendrán…..»

¡JUVENTUD COMBATIENTE: INSURRECCIÓN PERMANENTE… NORMA VERGARA PRESENTE!

COLECTIVO DE ACCIÓN NORMA VERGARA
KOLEKTIVO KAMINA LIBRE DE PRISIONEROS POLITICOS, C.A.S. Stgo. Chile

Marzo 2003.

fotosnorma Normavergaraasesinada Norma-Vergara-Cáceres

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