Recojo del blog de lxs compas de Abordaxe!, traduzco y difundo la siguiente reflexión firmada por Irene Antelo, y que me parece tan acertada como desgraciadamente necesaria en una sociedad donde las violaciones a hembras de otras especies parecen pasar desapercibidas incluso para aquellas personas que conocen el peligro y el miedo a la violación de cerca…
Porque el feminismo (y cualquier otra lucha, ojo) o es interseccional o es mentira.
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Siento asco por aquellas personas (hombre o mujer) que abusan de otros individuos (me da igual si son de una especie o de otra, me da igual que sean de un sexo/género o de otro, y también me da igual si el abuso es sexual o de otro tipo). Odio al hombre que le mete a una mujer en el coño su pirola por la fuerza, igual que odio al ganadero que le mete forzadamente a la vaca un pene de plástico en el coño para inseminarla artificialmente. Porque tanto la mujer como la vaca son individuas que parten de la misma capacidad para experimentar sufrimiento.
Una vez que la vaca esté embarazada por inseminación artificial, comenzará a producir leche para su futura cría. Quien bebe leche viola indirectamente, o peor, paga a otro para que viole. Cuando algunas personas adheridas a distintos -ismos comprendidos como antiautoritarios, que asumen la impregnación del especismo en sus luchas y prácticas cotidianas, vienen a molestarme y a darme lecciones morales con tono prepotente, solamente me vienen a la cabeza las vacas a las que violan. No quiero escuchar vuestras lecciones, sois lo que sois, violadores/as.
Irene Antelo