Grecia – «Variables caóticas: Una contribución teórica en la propuesta para una Plataforma Anarquista Informal» por CCF – Célula de Violencia Metropolitana

alg-riot-alexandros-grigoropoulos-jpgLxs compas de Sin Banderas Ni Fronteras enviaron por correo electrónico su traducción del texto «Variables caóticas», escrito y difundido por la Célula de Violencia Metropolitana de la Conspiración de Células del Fuego desde las calles de Grecia, y que se complementa con el texto «Ataco, luego existo…» publicado por el compa Nikos Romanós en enero a modo de valoración del desarrollo de la campaña del Diciembre Negro y de propuesta para una continuidad de la coordinación informal del ataque y las acciones anarquistas, y que fue traducido por este blog (se puede leer aquí).

Saludos a lxs compas de Sin Banderas Ni Fronteras por su trabajo de traducción y por compartirlo.

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Nota de Sin Banderas Ni Fronteras: Este texto apareció originalmente en enero de 2016, a modo de balance y propuesta post- Diciembre Negro. Es también un complemento a la propuesta de coordinación informal planteada por el compañero Nikos Romanos, también en enero: https://vozcomoarma.noblogs.org/?p=11797

«Variables caóticas».
«Una contribución teórica en propuesta para una Plataforma Anarquista Informal»

[Traducido por Sin Banderas Ni Fronteras]

1) La desobediencia es una virtud

«Estás obligadx a fingir que respetas a personas e instituciones que consideras irracionales. Vives por la moda en una época de cobardes, atadx a convenciones éticas y sociales que desprecias, que condenas y que sabes carecen de cualquier fondo. Es esta constante contradicción entre tus ideas y deseos y todas las formalidades muertas (…) de una cultura que te entristece, te desorienta y desequilibra. En esta lucha insoportable se pierde cada baile por la vida, se pierde todo el sentido de tu personalidad a cada momento en que te oprimen, a cada momento que limitan y controlan la libertad de tu fuerza. Este es un golpe venenoso y mortal causado por el mundo civilizado”.

– Octave Mirbeau

Llevamos mucho tiempo desde que nos hemos opuesto al mundo de la autoridad y sus innumerables proyecciones e imposiciones sobre nuestras vidas. Hemos pisado la línea con el mundo de la anarquía tratando de encontrar cómplices en el «crimen» de la insurrección anarquista, como una postura de vida de cara a la barbarie de los tiempos modernos.

Hasta ahora hemos tratado de realizar motines más pequeños y más grandes, siempre sobre los principios de auto-organización, de la anti-jerarquía y de estructuras horizontales. Buscando a través de procesos colectivos para lograr nuestra auto-educación personal con el fin de adquirir experiencias, familiarizarnos con los procedimientos anarquistas mientras «hacemos nuestras» más y más formas de lucha, hemos llegado a conocernos unxs a otrxs sobre la base de objetivos y aspiraciones comunes a fin de continuar nomadeando por los senderos de la acción anarquista caminados -o no- hasta ahora.

Con esta cultura política como vehículo, armamos nuestras negaciones y decidimos pasar del impulso espontáneo a la acción organizada. Siempre nos hemos sentido parte de un frente anarquista multiforme que ha luchado contra la autoridad de varias maneras y nosotrxs, por nuestra parte, sentimos que hemos contribuido de esta manera a la guerra por la destrucción del poder y su civilización.

Enemigxs de toda discriminación estatal, social, religiosa, racial y de género,  enemigxs de una máquina autoritaria que aplasta a poblaciones enteras y mata a otrxs en la cárcel de la explotación. Una máquina que actúa violentamente contra la naturaleza y destruye la vida salvaje en el altar del desarrollo capitalista. Junto con tratar de atacar los tentáculos asesinos de la soberanía, también desaprobamos, a través de nuestras palabras, a la sociedad que la tolera y la reproduce en millones de formas.

Pero la historia comienza mucho antes …

Comenzando en la periferia del ámbito anarquista, desde nuestra primera participación en conflictos en manifestaciones, en Exarchia o en otro lugar, empezamos a sentir que lo espontáneo y lo no organizado ya no nos acomodaba. Así pasamos por lugares de reunión anarquista (estudiantiles o no) donde estuvimos más o menos involucradxs, hemos participado en asambleas generales, en ocupaciones estudiantiles, mientras que poco a poco llegamos a conocernos unxs a otrxs y creamos grupos callejeros organizados aplicando prácticas agresivas en el periodo 2006-2007 -durante las movilizaciones estudiantiles – mientras que otrxs ya se habían encontrado previamente a través de nuestra presencia en agrupaciones anarquistas en las escuelas.

Cada unx de nosotrxs estaba buscando un modo de organizarse y actuar, y es por eso que todxs buscamos nuestro camino a través de grupos pequeños o más grandes de compañeros que promovieron prácticas de acción directa. Nos movimos dentro de las asambleas de solidaridad con lxs presxs políticxs que promovían el valor de la acción multiforme, eligiendo -entre otras cosas- sobre una base consistente, incluir la dimensión de la solidaridad agresiva (por ejemplo, la Coordinación de Acción por lxs Combatientes Encarcelados).

Por nuestra necesidad individual y colectiva de promover la intensificación del ataque anarquista contra la autoridad a través de las colectividades organizadas de acción directa, todxs nos encontramos de nuevo en la Conspiración de Células del Fuego.

En diciembre de 2008 bajamos a las calles inundadas por la ira de lxs insurgentes buscando perdernos en la multitud con el fin de contribuir a la difusión de la violencia metropolitana. Después de esto, tratamos de enfocar la acción directa y la difusión de la nueva guerrilla urbana anarquista (que, como dice su semiología, reivindicó en un modo político la herramienta de la guerrilla como una práctica anarquista, lo que era algo realmente nuevo hasta ese momento).

Así que estas son nuestras raíces y nunca vamos a renunciar a ellas. Muchas veces, con el fin de ver cómo avanzar, tienes que mirar quién eras antes y desde dónde comenzaste. Así que para nosotrxs, la corriente anarquista (que ha llegado a ser descrita como un «espacio») con todo lo bueno y lo malo – en lo que en mayor o menor medida hemos contribuido-, es nuestra matriz. Dentro de los procesos de este «espacio» en que nos encontramos, hemos llegado a conocernos unxs a otrxs y llegamos hasta el hoy, y es por eso que no vemos ninguna necesidad de un autoexilio. Puesto que la corriente anarquista es un constructo sintético donde se mezclan muchas ideas y también prácticas, y puesto que el espacio no tiene longitud y latitud desde donde dividirse, fue innecesario para nosotrxs encontrar otro espacio. Además, se ha demostrado históricamente que no es ni productivo ni factible hacerlo. Este mosaico de muchas escuelas diferentes de teoría y prácticas que conforman el «espacio» anarquista promueve el desarrollo de la competencia política. Depende de todxs nosotrxs, sin embargo, asegurar la calidad de las características de tal competición. En cualquier caso, el autoexilio no contribuye ni nos cubre personalmente.

Cualquier cosa que se pueda ver como elementos negativos en el llamado «espacio» es también la propia responsabilidad de cada unx de contribuir a eliminarla. La burocracia, el hegemonismo, las jerarquías informales, la intriga y las falsas amistades y falsxs «compañerxs» apuñalando por la espalda están ahí desde el tiempo en que existen anarquistas, porque son elementos humanos de nuestras contradicciones que surgen constantemente en conflicto unas con otras. Todas estas patologías se deben a actitudes que no pertenecen a una tendencia anarquista en particular sino que a todas, y si no son tratadas como son, las vamos a encontrar frente a nosotrxs una y otra vez.

Esto no significa que tengamos que ceder y hacer concesiones para evitar cualquier confrontación. Además, como hemos escrito anteriormente, el «espacio» anarquista es al mismo tiempo un terreno de competición política en la que se cruzan diversas estrategias. Es una apuesta que, si no pueden estar de acuerdo, estas estrategias caminen sobre senderos paralelos sin estar necesariamente en conflicto directo entre sí. Tal evento será una condición de la maduración política mutua, lo que puede permitir a la anarquía escapar de su introversión y adquirir características más peligrosas para la autoridad. En cualquier caso, es recomendable tener en cuenta que cualquier crítica de los procedimientos anarquistas debe estar separada de lxs sujetos que lo componen, así como el valor de un proyecto político o intento, pueden ser diferentes de aquellxs que participan en ella, de lo contrario la crítica de una okupa, por ejemplo, podría ser tan estéril como una crítica hacia una organización de lucha armada cuando todo lo que se esconde detrás de esto son emociones personales. Porque la gente va y viene, pero el valor de los proyectos no conoce temporalidad.

2) El derecho le pertenece a lxs insurgentes …

«La indiferencia es falta de voluntad, es parasitismo, es cobardía, no es vida. Es por eso que odio a lxs indiferentes. La indiferencia es el peso muerto de la historia. Actúa pasiva pero es activa. Es el fatalismo. Es lo que no se puede calcular. Es lo que molesta a los programas, y hace caer los planes hechos de la mejor manera posible. Es la materia bruta que ahoga la inteligencia. Lo que sucede, el mal que cae sobre todxs, se debe a la masa de gente que renuncia a su voluntad y que permite que se promulguen las leyes que sólo la revuelta podrá suprimir. [La masa] permite el ascenso al poder de personas a las que sólo un motín podría derribar «.

– Antonio Gramsci

No nos oponemos al concepto de organización, y si esto sorprende a algunas personas entonces dejamos claro que nuestro objetivo no era, ni es, que ésta se convierta en un individualista club literario y filosófico de intelectuales y artistas que pasan su tiempo auto-admirando sus singularidades y alabando su ego.

Nuestra concepción del individualismo no viene de la creencia de que somos una vanguardia nihilista, sino que tiene claros orígenes anarquistas. En primer lugar somos anarquistas. Nuestra diferencia con otrxs anarquistas, entre otras, es que creemos que la acción anarquista se debe definir por sí misma, no por el consenso social, y que estamos en contra de todas las visiones políticas impuestas como «directriz» de una supuestamente ortodoxa línea política anarquista que cree que la única buena acción anarquista es la que goza de legitimidad social. Siempre hemos considerado -y todavía lo hacemos- tales puntos de vista como algo de estrechos de mente, porque en realidad son actitudes políticas que entrampan la anarquía exclusivamente al contexto de una presencia pública- bajo ciertas condiciones por supuesto-, ya que con el fin de gustar a la gente se torna auto- castrada, suaviza las puntas de su carácter radical y los vértices más agresivos de sus palabras para terminar siendo no muy diferente de las palabras de otros entornos políticos (por lo general de algún partido político) que también por razones de entrismo ocultan su identidad política, usando la misma táctica en los hechos. No hace falta decir quiénes son los ganadores en este juego de políticos. Además, creemos que el compromiso revolucionario de todxs y cada unx es ante todo una cuestión muy personal que cubre las conciencias de cada unx con las propias necesidades existenciales y políticas, y no un deber que tiene que ser llevado a cabo fatalmente porque se impone por alguna clase u otro rol social.

Esta diferencia muy importante nuestra con otrxs anarquistas ha hecho que sea más fácil para nosotrxs enfocarnos en las decisiones individuales. Así, el proceso de delimitación de las funciones de la máquina social y la condiciones registradas como la apatía y la indiferencia hacia los continuos crímenes del poder impuestos en cualquier forma posible en todos los rincones del mundo, también ha formado una gran parte de nuestro análisis sobre la sociedad y, por tanto, una gran parte de nuestra estrategia.

Nos hemos librado de los síndromes de culpabilidad como «¿por qué la gente no viene con nosotrxs?» o «¿por qué nuestras propuestas no son comprendidas?» No vivimos en una era donde textos expresando ideas subversivas y revolucionarias se manden al fuego junto a sus autores. En las sociedades modernas, el acceso a las ideas libertarias y subversivas es libre. Hay libros, revistas, ensayos, análisis, historiografías, biografías y todos ellos libremente se pueden encontrar en las librerías o haciendo clic en un botón del computador. Por lo tanto, debemos admitir, lejos de cualquier tipo de obsesión, que no es que las personas no conozcan o no entiendan nuestras ideas y propuestas, sino que sí las conocen (o pueden aprenderlas con facilidad) y simplemente las ignoran por múltiples y diversas razones o, teniendo ya malas intenciones, consideran que son hostiles.

Así que la forma en que actuaremos y lo que diremos no puede estar determinado por nuestra estimación sobre la opinión de una sociedad -en cualquier manera- indiferente . Además, creemos que la reacción contra la desigualdad, la violencia y la represión producida por la autoridad no se deriva de la investigación académica ni de una sólida formación en diversas ideologías y programas, sino que de la más profunda sensibilidad de cada persona que no puede reconciliarse con la idea de injusticia que existe en todo lo que nos rodea.

Esta sensibilidad más profunda como un instinto humano no hace de lxs insurgentes entidades superiores, sino personas que quieren levantarse y atacar a cualquier forma de autoridad. Por otro lado, están aquellxs que están acostumbradxs a no tener preguntas, a no estar interesadxs, cerrando sus ojos y oídos cuando las circunstancias lo requieran, y terminan discutiendo con todxs aquellxs que perturban el orden y la falsa paz de su sociedad indiferente.

En nuestros tiempos, sin embargo, la violencia quirúrgicamente calculada sobre la que está construido el edificio de la soberanía ya no puede ser ocultada. Con la explosión de la era tecnológica y el desarrollo de la industria del espectáculo, estamos siendo bombardeadxs diariamente con estímulos audiovisuales de los crímenes más graves del poder. No es sólo lo que está sucediendo en nuestro patio trasero, sino también todos los grandes eventos que tienen lugar a nuestro alrededor. Vemos el bombardeo de las cruzadas modernas erigidas sobre las pilas de miles de muertxs como el nuevo status quo de la prosperidad occidental, mientras que al mismo tiempo estamos familiarizadxs con escenas de tortura y asesinato de una nación islamo-fascista que fue criada, entrenada y equipada por el propio Occidente para servir a sus propios intereses estratégicos y geopolíticos. Al otro lado, vemos la extrema derecha ganando terreno en toda Europa, desde que el estallido de la cuestión de lxs refugiadxs y de la migración hace que los líderes de los partidos neonazis sean en todas partes cada vez más populares. Toda Europa está blindada, creando un continente con muros de hierro en las fronteras donde miles de personas han sido sacrificadas en los últimos años, entre ellas muchxs niñxs. La seguridad de cada europex está teñida con la sangre de lxs desesperadxs.

Por tanto, creemos que sería preferible para lxs anarquistas, a través de nuestra acción y de nuestras las palabras, tratar de hablar en primer lugar a lxs pocxs que se sienten en revuelta contra la fealdad de este mundo.

No es necesario usar ningún anteojera ideológico para entender esta fealdad. Es por eso que no buscamos acercarnos a lxs indiferentes, a lxs apáticxs, a lxs neutrales, ni adaptar nuestras palabras para caer bien. Porque hoy más que nunca, la neutralidad no es sólo un lujo sino que una provocativa y consciente indiferencia en relación a las miles de formas de opresión del poder y, por lo tanto, es complicidad.

3) Quienes no se arman, mueren en sus convenciones.

“La guerra social hará imprescindible la necesidad de una organización, que será el progreso esencial del movimiento real. El antagonismo constante de minorías activas es el sendero del ataque a las estructuras de soberanía y de todo quien la sostiene, aquí y ahora, el ataque pondrá de relieve lo vulnerable que es el enemigo y permitirá que nuestrxs compañerxs que se encuentran rehenes del Estado sepan que no están solxs y que lxs apoyamos con nuestra solidaridad.”

Gustavo Rodríguez

Cualquier crítica que no se corresponda con alguna propuesta no es ni motivante ni realmente antagónica. Es bien sabido que el concepto de organización puede causar una reacción alérgica a lxs anarquistas porque se identifica generalmente con formas arterioscleróticas similares a estructuras autoritarias (lo cual es cierto incluso en un pequeño grado) y es lógico tener esta fuerte reacción especialmente cuando un número suficiente de anarquistas impulsadxs fanáticamente  por el estructuralismo desarrollan estructuras de ese tipo. Pero ¿cuál es el significado de una crítica que no pretende superar prácticamente los problemas que encontramos en este tipo de estructuras?

En primer lugar, es importante empezar sobre terrenos comunes: Cualquier cosa que se desvíe del contexto de completo oportunismo y espontaneidad tiende a ser una forma de organización, ya sea en los casos de los grupos políticos con características de grupo de afinidad, ya sea un colectivo, una concentración, un grupo de acción directa. Si lo pensamos bien, lo que importa es la característica política y cualitativa de la organización. La necesidad de la organización se produce desde el deseo de llevar a cabo la colaboración entre unxs y otrxs con el objetivo de unir sus negaciones de la manera en que crean sea mejor.

El hecho de que seamos anarquistas individualistas no quiere decir que no tenemos perspectivas y objetivos en nuestro accionar. Esa es una visión errónea que se nos suele atribuir por parte de quienes quieren socavarnos. Abrazar estas opiniones por nosotrxs mismxs sólo a causa de la reactividad a esta crítica no nos permite evolucionar. Nosotrxs, personalmente, queremos contribuir a un accionar anarquista que constantemente intente lograr algunos objetivos:

1. La provocación de circunstancias y condiciones potentes (debido a su intensidad, dinámica y naturaleza) para interrumpir el flujo de funcionamiento del poder. Deseamos incriminar a la neutralidad social y crear constantemente una condición polarizada que obligará a todxs a tomar partido y abordar el dilema: ser cómplice de la autoridad o estar con la rebelión. No hay soluciones de punto medio, no hay estados intermedios. La neutralidad debe morir porque estamos en guerra.

2. Nuestra intervención en el espacio-tiempo social de una manera que puede causar pequeños o más grandes cortocircuitos sociales. Con cualquier tipo de acción imaginativa queremos contribuir a la parálisis social y la desestabilización porque estas oportunidades constituyen grietas en la sociedad, y ya tengan duraciones más pequeñas o más grandes, sentarán las bases de un camino abierto a la radicalización, la cual se expande a través de la experiencia generalizada con caótica multiformidad.

3. La agudización de la guerra global anarquista contra la autoridad. Queremos intensificar la lucha constante contra el poder utilizando todas las herramientas de lucha sin atribuir ningún tipo de superioridad a unas sobre otras. Sería bueno evitar la persistencia de la especialización, que es una consecuencia de la adhesión, incluso inconsciente, a herramientas específicas de lucha, pero, por otro lado y sin embargo, no debemos dudar en intervenir cada vez más dinámicamente en tantos campos como sea posible. Por otra parte, diferentes tipos de lucha no deben ser condenados pues es algo inaceptable. La experiencia del conflicto puede conducir eventualmente a despertar la conciencia, superando nuestros miedos y debilidades. De esta manera podemos estar segurxs de nosotrxs mismxs, podemos fortalecer más y más nuestro deseo de luchar y nos damos cuenta de que podemos confiar en nuestra fuerza. El conflicto abre el camino.

4. Nuestra coherencia se encontrará con otros grupos de afinidad política, independientemente de la forma de acción que les representa de mejor manera, luego de la disposición común para una coordinación informal de su lucha. Esta coherencia puede resultar en una mejora automática de los objetivos citados, ya que la posible propagación más amplia de la acción anarquista puede alcanzar estas metas o incluso superarlas, instalando apuestas más grandes cada vez. Por otra parte, la secuencia de objetivos a conseguir tiene que ser fluida, de modo de evitar aspiraciones maximalistas que puedan dar lugar a la decepción de algunxs cuando no se cumplen los objetivos. Porque no importa cuán enamoradxs estemos con la idea de la destrucción final del mundo de la autoridad, sabemos que este objetivo podría ser tan lejano que es posible que nunca lo experimentemos. Para nosotrxs, la aventura de la rebelión en sí misma, la insurrección perpetua, es lo que más importa. Vivir y cumplir todos los días nuestras negaciones aquí y ahora. Es por ello que queremos establecer apuestas abiertas con condiciones cualitativas siempre modificables. De esta manera nos aseguramos una flexibilidad duradera de la acción anarquista, lo que evita el estancamiento y la inactividad. Naturalmente, una crítica hacia nuestros objetivos es aceptable, pero no debe basarse en normas imaginarias que ni siquiera nosotrxs hemos colocado. Seguro que es mejor acercarse a nuestras metas aunque sea un poco, antes que no hacerlo en absoluto. Así, las críticas basadas en la cantidad de cajeros automáticos incendiados no contribuyen a nada, y sólo pueden ser escuchadas como el eco de una queja distante. En esta coherencia tenemos que dejar claro que algunas formas de acción no están para dar resultados en otras.

Cada colectividad de la lucha anarquista, ya sea pública o conspiracional, ya sea en okupas, ataques incendiarios o llevando a cabo ataques armados y ataques con bombas, es parte de un mosaico de acciones polimorfas donde cada método complementa y apoya a los otros sin grados jerárquicos. Todas juntas representan una coordinación informal internacional contra la autoridad. No creemos que las diferencias teóricas puedan ser un obstáculo para esta consistencia. Reconocemos que entre lxs anarquistas con diferentes creencias teóricas hay personas que sirven a sus ideas con coherencia y, a pesar de nuestras diferencias, eso es algo respetable. Así que, mientras nuestras palabras y acciones no sean tratadas de una manera hostil, no tenemos la intención de tratar a otras percepciones con hostilidad tampoco. Esto a excepción de aquellxs que con un signo ideológico y político permanecen contrarixs a la multiformidad porque poseen un reiterado y permanente desacuerdo con las formas ilegales de lucha. Su polémica a veces abiertamente y otras veces de manera encubierta (disfrazado de una crítica sobre resultados, objetivos, estrategia, el méritos éticos -o no- de los objetivos) es una forma estéril de no violencia que legaliza un pacifismo idealizado, un concepto ajeno a la anarquía (al menos en la forma en que nosotrxs vemos la anarquía), y no se corresponde con un mínimo de nuestros valores. Es un concepto con raíces cristianas influenciado por un liberalismo radical que reproduce incluso en parte la ideología dominante y esconde su miedo detrás de él. Fuimos y seremos opuestos a esta tendencia de la anarquía que tiene la tradición histórica de calumniar y condenar las prácticas de acción directa así como a lxs anarquistas que las utilizan. Y debido a que la memoria no es basura, no nos olvidamos de los libelos de condena (que podrían ser fácilmente envidiados incluso por los periódicos de la ciudad) que siguieron a la ejecución de los dos fascistas de Amanecer Dorado realizada por la Organización Revolucionaria – Fuerzas Revolucionarias del Pueblo Militante. Hubiera sido mejor para los libelos aforísticos que esa acción hubiera sido realizada por individualistas o nihilistas, pero a pesar de sus esfuerzos por ocultarlo, su verdadero problema no es con el contexto ideológico de la acción, sino las prácticas de violencia armada en sí.

5. La internacionalización de la acción anarquista en la misma base  explicada anteriormente. Queremos promover la idea de una coordinación anarquista internacional polimórfica. Una Internacional Negra que tiene que ver con la acción (está el ejemplo vivo de la FAI/FRI y nosotrxs somos una parte de ella), pero también con la propagación de las ideas anarquistas subversivas por grupos conectados en redes informales que llevarán adelante el conflicto anarquista en cada parte de la mundo.

6. El recuerdo de nuestrxs muertxs a través de la acción anarquista en sí misma, para no dejar que desaparezcan en el olvido. Es cierto lo que dicen sobre que la lucha contra el olvido es una lucha contra la autoridad, por lo tanto, tratar de sentir cerca de nosotrxs a lxs compañerxs que hemos perdido es parte de la lucha que dejaron sin terminar. Por eso es importante recordarlxs apropiadamente y no de un modo más conmovedor para lxs pequeño-burgueses que mueren por drama y victimización.

7. La conexión con nuestrxs hermanos y hermanas encarceladxs de todo el mundo, desde las celdas de Korydallos hasta la cárcel de alta seguridad en Santiago de Chile. Es un hecho que lxs compañerxs en cautiverio han perdido la ventaja de la fermentación política con lxs demás con el fin de colaborar y promover con las palabras y las acciones la destrucción de lo existente. Ellxs mismxs han declarado muchas veces que no van a comprometerse con su exilio de la acción anarquista, que no aceptan que el juego haya terminado para ellxs y se niegan a internalizar la represión buscando formas de conectarse con la lucha contra la autoridad que se da fuera de los muros. Es por eso que está en nuestras manos hacer posible esta conexión.

4) Diciembre Negro – Balance y perspectivas

Al igual que en el marco de la estrategia que se ha explicado arriba, los compañeros Nikos Romanos y Panagiotis Argyrou realizaron un llamado para un mes de acción coordinada proponiendo como tema una campaña de memoria por el asesinado anarquista Alexandros Grigoropoulos. Al mismo tiempo, Diciembre Negro fue el primer intento de probar los objetivos y las estrategias descritas anteriormente. Sin embargo, ¿en qué medida creemos que se alcanzaron estos objetivos?.

a) Diciembre Negro, principalmente a través de la proyección negativa que causó (por los medios de comunicación), ha contribuido a la creación de -aunque sea en un grado pequeño- una situación de división para un sector de la población.

b) Algunxs compañerxs participaron y contribuyeron a los enfrentamientos de los días 4, 5 y 6 de diciembre en Exarchia y otras ciudades, mientras que muchas actividades de acción directa se llevaron a cabo en el marco del Diciembre Negro.

c) Hubo una amplia difusión de los medios de conflicto (siempre en comparación con lo que estaba ocurriendo en los últimos años, donde la verdad es que había un estancamiento, sino una regresión, en esta parte) en tanto muchos proyectos de acción directa han tenido lugar en diferentes lugares en ciudades de las provincias (Rethymno, Heraklion, Komotini, Volos, Larissa, Tesalónica, Mitilini) mientras que los núcleos de la Federación Anarquista Informal (FAI) apoyaron el llamado con ataques en Atenas, Komotini y Larissa.

d) Vimos una consistencia de grupos de afinidad políticos que excedieron las preconcepciones teóricas, ya que procedían de diferentes tendencias de la anarquía, que en lugar de centrarse en sus diferencias con mutuas acusaciones, se las arreglaron para contribuir a las acciones que ponían de relieve la riqueza de la multiformidad anarquista, lo que demuestra en la práctica que la actividad anarquista pública puede ser perfectamente compatible con la ilegal. Por supuesto, hay quienes consideran esto como un legado negativo, ya que más bien prefieren las preconcepciones teóricas estériles que impiden unir acciones y consistencia. No podemos explicar de otra manera el hecho de una valoración pública negativa al Diciembre Negro que proviene de un espacio anarquista y que valora como un inconveniente absoluto el hecho de que algunas personas decidieran averiguar más qué es lo que les une en lugar de lo que les divide. Si esta es la dialéctica que prefieren, entonces no innovan en nada: esta dialéctica prevalece en el «espacio» anarquista durante décadas.

e) Hubo una gran respuesta internacional al llamado del Diciembre Negro desde el exterior, ya que desde Chile a Italia y desde los EE.UU. a Australia fue realmente desarrollado un polimorfismo de las acciones: sabotajes a tiendas de animales, ataques incendiarios en objetivos diversos, manifestaciones conflictivas en Holanda, Suiza y Chile, bloqueos de calles con barricadas de fuego en Perú, actividades en espacios de encuentro y okupaciones tanto en Grecia como en otros países, acciones de propaganda pública con pancartas, carteles, volantes, consignas, stencils, libros y publicaciones subversivas y todo tipo de sabotajes como la colocación de artefactos explosivos en Italia y México.

f) La verdad sobre nuestro compañero Alexandros Grigoropoulos, ha sido restaurada. Lo que realmente insultó su memoria fue poner el foco, incluso por parte de anarquistas, en su condición de «joven» e «inocente».

El fetichismo de la victimización puede encontrar otrxs muertxs para pasar su tiempo de ahora en adelante, como lxs otrxs recordarán a Alexandros por lo que fue en realidad: un joven anarquista rebelde que pagó con su vida por su elección de no cumplir con los dictados de un uniformado sirviente de la legalidad, que a su vez lo juzgó como culpable y lo ejecutó en el acto. Alexandros no murió durante algunas luchas sociales, como para conectarlo solo con ellas, sino que murió durante una acción insurreccional espontánea en Exarchia, una de esas que usualmente algunos/as calumnian con las peores palabras. Por otra parte, el 6 de diciembre de 2008 es una evidencia de que tales acciones no están siempre en el lado seguro (como a muchxs les gusta decir), ya que no fue ni la primera ni la última vez que un policía saca la pistola y dispara contra compañeros atacándoles dentro y fuera de Exarchia. El hecho de que Alexandros era quien era, no sirve a la agenda política de algunos y no es en absoluto casual que, si bien muchxs sabían quién era el compañero en realidad, todavía insistan después de siete años en conmemorarlo como un inocente estudiante de 15 años.

g) Y finalmente, estuvo la conexión de compañerxs dentro y fuera de los muros de la prisión, ya que tanto en Grecia como en el extranjero presxs anarquistas apoyaron el Diciembre Negro con textos públicos, mientras que en Grecia lxs presxs anarquistas pusieron algunas pancartas en el ala A y D de la prisión de Korydallos y hubo una convocatoria pública de una manifestación afuera de la prisión de Korydallos el 31 de diciembre.

Creemos que una de las cosas que ayudaron en la amplia difusión del Diciembre Negro fue que el llamado de los dos compañeros fue lo suficientemente abierto para que todos fueran capaces de darle forma. Además, la perspectiva de la acción multiforme, sin dar prioridad a un medio sobre el otro, creemos que liberó aún más posibilidades que llegaron a ser entendidas. Por supuesto, los compañeros Nikos Romanos y Panagiotis Argyrou, junto con los otros miembros de la Conspiración del módulo A que acompañaron la propuesta, ya sea en teoría o en la práctica, habían declarado inicialmente que percibían el Diciembre Negro como un experimento, prácticamente un «piloto» para probar en la práctica las posibilidades de una plataforma informal de coordinación de la acción anarquista, sobre los principios de polimorfismo y autonomía política de los colectivos e individualidades.

Nosotrxs por nuestra parte estamos buscando una forma sustantiva de conectarnos con nuestrxs compañerxs en cautiverio, de una manera que vaya más allá de los conceptos hasta ahora estrechos de solidaridad y tratar de transformarlos en relaciones que se muevan en aquellos de colaboración entre compañerxs. Cuando esto es posible de alguna manera, entregamos esta contribución teórica que sustenta la propuesta del compañero Nikos Romanos.

Sabemos que los textos no son suficientes para reemplazar la belleza de la comunicación en vivo, pero por otro lado entendemos que la condición de encierro no permite muchas opciones más allá de la contribución por escrito de pensamientos, ideas y propuestas apelando a cualquier persona que crea que puede conseguir algo de ellxs. Tales propuestas no son ciertamente una especie de Biblia y, obviamente, no creemos que se trate de una técnica de atraer a «creyentes». Así, por nuestra parte vamos a apoyar y promover este tipo de propuestas teóricas procedentes de nuestrxs compañerxs presxs teniendo en cuenta que de esta manera suprimimos aunque sea de manera imaginaria los barrotes de la prisión que nos separan, mientras que por otra parte queremos desarrollar lo más posible una sana interacción con quienes  creen que podría haber un sendero común de compañerismo. Esa es la manera en que entendemos la importancia de la propuesta de una plataforma informal anarquista en sí.

Hemos notado por nuestra propia experiencia que no existen recetas y que la experimentación continua, el esfuerzo continuo para el desarrollo personal, la lucha contra nuestros propios pensamientos dogmáticos interiores, por los que estamos bastante abrumadxs de vez en cuando, son la manera de prácticamente probarnos a nosotrxs mismxs y nuestras ideas. Ideas que no deben ser petrificadas porque pierden sus dinámicas y sobre todo pierden la posibilidad de transformación. Es por eso que en nuestras sugerencias damos la bienvenida a aquellas críticas que contribuirán positivamente a cualquier desarrollo mejorador. Nuestra voluntad es la apertura de diálogos que promuevan el desarrollo de la guerra anarquista contra cualquier forma de autoridad creando una plataforma informal anarquista de teorías y prácticas sin que necesariamente la actualidad política y social borre nuestra autodeterminación. Una plataforma informal de acuerdos mínimos en constante movimiento, donde cada colectividad e individualidad preservará su autonomía política en su conjunto, así como fomentando la acción concertada como sea posible.

Finalmente enviamos nuestro más caluroso saludo a todxs lxs compañerxs de todo el mundo que dieron vida al experimento del Diciembre Negro.

Es ahora que todo empieza …
Con nuestrxs muertxs siempre presentes en nuestra memoria …

Por la Rebelión Anarquista permanente y la Coordinación Informal de la Acción Anarquista multiforme.

«Hasta que amanezca permaneceremos
con la cabeza en alto
y todo lo que podamos hacer
no dejaremos que otrxs lo hagan antes que nosotrxs»

  • Goethe

Nada menos que todo …

CCF- Célula de Violencia Metropolitana

PD: Hace unos días, el grupo anarquista de la ciudad de Volos «Saboteadorxs de al lado/ Memorias en Movimiento» se atribuyó el sabotaje de 52 cámaras de seguridad en muchas áreas de Volos, en el período comprendido entre principios de diciembre hasta mediados de enero (una acción inserta en el marco del Diciembre Negro) incorporando un llamado para accionar contra la sociedad de control y vigilancia. La iniciativa y las palabras de lxs compañeros que hicieron de esta llamada fortalecen en la práctica el experimento de coordinar la acción anarquista multiforme, por lo que no podemos dejar de expresar nuestro apoyo.

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