Recojo y traduzco desde O Gajeiro na Gavea este escrito para recordar la convocatoria a la solidaridad con las compañeras del colectivo Nais contra a Impunidade.
El próximo día 6 ¡¡Todxs a Coruña!!
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Ya hablé en otra entrada de esta mi bitácora donde daba difusión a una entrevista a Pastora con motivo del próximo juicio del día 6 de junio a Nais Contra a Impunidade en los juzgados de lo penal de A Coruña.
He conocido a lo largo de mi vida de lucha muchos casos en los que la justicia persigue y acosa a las personas que se movilizan contra el capitalismo internacional, contra este sistema que prioriza el dinero antes que la gente, a veces esa justicia basada en leyes que aprueban los adoradores y sirvientes del capital se aplica contra activistas que no se apartan ante las amenazas «legales» y por ello son acusadas y culpabilizadas por actos que conllevan un cierto riesgo o porque su accionar es un peligroso ejemplo a seguir y es mejor reprimirlo antes de que cunda y se convierta en un problema de Estado.
Pero en este caso lo que se pretende juzgar y castigar es la dignidad de las madres y familiares de personas muertas cuando permanecían encerradas y bajo supuesta tutela de los cuerpos de seguridad del Estado español. Quieren acabar con una lucha con tintes de ser merecedoras de esos premios por los que babean nuestros gobernantes como el Premio Nóbel de la Paz o de ser heroínas de la historia de los Derechos Humanos, pero para ello tendrían que ser luchadoras de un país lejano tanto geográfica como temporalmente, como Nelson Mandela o Rosa Parks, o incluso las argentinas «Madres de la plaza de Mayo».
Pero ellas van a ser procesadas por estar acusadas por la Guardia Civil de un delito de injurias, al pedir en una concentración el esclarecimiento de la muerte de Diego Viña Castro, fallecido con 22 años en el cuartel de este cuerpo armado en Arteixo y gritar en ese acto consignas como «La Guardia Civil tortura y asesina».
Lo que les fastidia a los «picolos» es que las familiares y solidarias estén cada año, desde aquel aciago septiembre de 2004 en el que Diego apareció muerto en sus calabozos, recordándoles unos hechos que no les gusta que les recuerden y que lo hagan en el día de su patrona, el 12 de octubre (día del Pilar y de la celebración del holocausto indígena americano y del expolio de sus riquezas por los reyes de las Españas). Y es casi que normal que no les gusten esos recuerdos, pues debe ser jodido que no puedan (o no quieran) justificar por qué Diego fuera arrestado sin causa alguna y sólo por petición de su padre (un alcóholico violento y «compañero» guardia civil en la reserva) ni puedan aclarar cómo es que, según su versión, Diego apareció ahorcado con su pantalón vaquero (que nunca apareció) en un rincón de la celda donde, curiosamente, no estaba bajo el foco de la cámara de vigilancia; unos hechos que, cuanto menos, deberían haber sido motivo de una investigación a fondo, para saber cómo puede morir alguien que está siendo custodiado por un cuerpo especializado en ello y a quien las propias leyes y sus reglamentos internos obligan a estar atentos y vigilantes de que no les suceda nada a sus cautivos mientras están en sus dependencias. Pero nada nuevo bajo el sol y de hecho en estas concentraciones también se exigía querer saber cómo murieron otros presos bajo custodia de los sucesivos gobiernos españoles, y en concreto además de a Diego Viña, se recuerda a Xosé Tarrío, David Blanco, Miguel del Buey, Antonio Pallas y tantos y tantas otras.
En definitiva, van a ser juzgadas por querer saber la verdad y porque los picolos están molestos con las concentraciones de solidaridad que los dejan en muy mal lugar cuando entran en la iglesia acompañados de sus mujeres y niños a rezar en el día de su festividad; ¿Será porque no les gusta que, en esos momentos, un puñado de madres y solidarias les recuerden a gritos ciertos «pecaditos» que, según las leyes católicas, podrían ser «mortales» y los llevarían de cabeza «a sus infiernos»? (*)
Por todo esto y mucho más yo estaré delante de los juzgados de A Coruña el día 6 a las 9:30 para estar al lado de mis carsa amigas; ¿y tú?
Ah, y el sábado anterior, día 4 a las 20:00 habrá una charla de las personas encausadas en el Ateneo Libertario Xosé Tarrío de A Coruña.
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(*) Por cierto, ¿cómo se come eso de un Estado aconfesional con unos cuerpos armados católicos?
