Chile – Reivindicación de responsabilidad por el ataque explosivo contra la sede del PDC en Ñuñoa

Recibo en el correo electrónico y difundo el siguiente comunicado asumiendo la responsabilidad por la colocación del artefacto explosivo abandonado en la sede del PDC (Partido Demócrata Cristiano) en Ñuñoa, Chile. Además, el escrito es un magnífico recorrido por el papel de dicho partido en el establecimiento del régimen de dominación actual y su compenetración con las empresas del capitalismo internacional en Chile, antes, durante y después de la dictadura, un análisis muy interesante y útil para comprender no sólo este caso concreto del PDC sino en general el rol del imperialismo.

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Tras más de tres años y medio de sueño profundo, hoy hemos vuelto, asumiendo el desafío de sumarnos y aportar al proyecto de los Núcleos Antagónicos de la Nueva Guerrilla Urbana, el cual, pese a no tener los mismos planteamientos que nosotrxs como grupo, tiene propósitos y metas (a corto y mediano plazo) que si nos son afines, por lo que nos aventuramos a converger en el mismo camino de Libertad, sin que ello nos signifique postergar nuestras propias iniciativas.

De esta manera nos coordinamos con otros grupos de acción para lanzar nuestro desprecio sobre lxs promotorxs de la desigualdad, en un intento por demostrar que las condiciones actuales son más que propicias para el desarrollo de políticas libertarias que apunten directamente a las estructuras del Poder.

Revelar las profundas contradicciones que genera el Estado/Capital es hoy en día, más que una apuesta, un deber revolucionario. El escenario no podría ser más favorable, y cualquiera que entienda un poco de política nacional estará de acuerdo con nosotrxs: El sistema se tambalea justo frente a nuestras narices y si no propiciamos su colapso, este se reincorporará, haciéndolo aún más nefasto que en la actualidad.

Así lo entendieron otrxs compañerxs cuando, hace menos de un año atrás, atacaron otro bastión de la tecnocracia represiva; oportunidad -por cierto- en la que les tocó su parte a lxs fascistas de la UDI, quienes se reúnen informalmente en el restaurant Cap Ducal, por medio de una potente bomba artesanal, la que causó cuantiosos daños [1]. Esta vez nosotrxs nos encargamos de lxs cínicxs farsantes de la DC.

Por ello, la madrugada del pasado 31 de octubre del presente año, volvimos a trepar los muros que resguardan la infamia, la blasfemia y la impunidad, para colocar una de nuestras mochilas explosivas en la puerta de la sede de la Democracia Cristiana, ubicada en Duble Almeyda #2462, comuna de Ñuñoa [2], evitando de paso, lastimar a cualquier transeúnte curioso, en una noche de acción en la que otro grupo también pasó a la ofensiva.

Si ayer se atacó al fascismo y hoy nosotrxs lanzamos nuestra rabia iracunda sobre la guarida de la socialdemocracia, es básicamente por los mismos motivos: Demostrar que estxs parásitxs están al servicio de lxs capitalistas, imperialistas norteamericanxs y empresarixs inescrupulosxs.

Echémosle una miradita a la historia de esta mugrosa colectividad, que por excelencia se ha caracterizado por velar sobre los intereses de las grandes familias que controlan Chile y que constantemente han tenido una abierta relación de intereses.

Creado en 1957, este Partido es la conjugación entre la Falange Nacional y el Partido Conservador Social Cristiano, que busco ser la voz de la conciliación entre el conservadurismo tradicionalista que agacha la cabeza ante el poderoso Dios don Dinero, y las demandas sociales cada vez más agitadas, que avanzaban rápidamente en la conciencia de la clase trabajadora y campesina de esos años. Así no es de extrañarnos que constantemente estxs amarillxs buscaran ponerle paños fríos a la lucha de clases, que iba en evidente ascenso, en pos de negociar con ciertos sectores de la burguesía local más dura, intentando dejar todo los esfuerzos de las demandas reivindicativas en prácticamente nada, y privilegiando de paso los intereses de la santa oligarquía criolla.

Interesante resulta entender que este espíritu pro-neutralidad, se ha mantenido hasta nuestros días y ha sido el que, entre otros factores, le ha otorgado gran fuerza discursiva a estxs hipócritas, ganándose con ello, la simpatía de lxs incautxs que compran la verborrea satanizadora de la derecha.

Así, la Democracia Cristiana ha sido en muchas ocasiones, y por periodos bastante largos, el partido más poderoso de Chile, con una importantísima cantidad de Alcaldes, Diputadxs, Senadorxs y Concejalxs. Sin embargo, lo que hace peligrosa a esta colectividad es su particular enfoque, que, desde su creación, hasta la actualidad, siempre ha intentado ser un dique de contención a la izquierda radicalizada, cobrando esta tarea especial relevancia cuando esta última ha acumulado fuerzas. En estas circunstancias, lxs ricxs y poderosxs tienden a cuadrarse bajo esta colectividad, a pesar de no serles a todxs de su total agrado -por ser una gran mayoría más cercana lxs neonazis de la UDI y de RN-, pese a ello, saben que la DC no hará tambalear sus privilegios y no les traicionarán. Nunca lo han hecho y nunca lo harán. Los intereses comunes lo demuestran.

Es más, prueba de lo funcional que es la Democracia Cristiana a los intereses del Capital supranacional y las mafias financieras es la actitud que toman lxs norteamericanxs capitalistas, que teniendo tremendas inversiones en este territorio para la década de los 60, financian a estxs chupasangre para frenar los procesos sociales y el ascenso de las fuerzas de izquierda. Todo ello a través de la CIA. El apoyo de lxs gringxs fue tan descarado que para la campaña presidencial de Eduardo Frei Montalva se llegaron a gastar 2,6 millones de dólares -una cifra desproporcionada para esos años-, llevando de esta forma al primer demócrata cristiano al sillón presidencial. Por esos años EE.UU consideraba que el eventual triunfo de la izquierda en Chile cambiaría la correlación de fuerzas en el continente, estimulando procesos análogos, contribuyendo a que Norteamérica perdiera su hegemonía en la región. Por eso el Departamento de Estado en Washington tenía especial interés en el proceso chileno. Por eso también financiaban a la Democracia Cristiana, por ser un buen dique de contención.

Pero ¿cómo se forja el nexo entre la Democracia Cristiana y lxs capitalistas yanquis? La respuesta tiene nombre, apellido y una despreciable fama: Agustín Edwards Eastman, el poderoso empresario anticomunista y dueño de El Mercurio fue quien hizo de relacionador público entre la CIA, las mafias financieras norteamericanas-chilenas y lxs parásitxs de la Democracia Cristiana en su afán por frenar los avances de la izquierda. Así, gracias a las gestiones de Edwards, la DC genera una estrecha relación con lxs capitalistas norteamericanxs, entre lxs que está el ultramillonario y magnate del petróleo David Rockefeller, hijo de una de las familias más poderosas del mundo, quien apoyaría al candidato Frei Montalva, a través de Bussines Group for Latin América (organización de empresarixs estadounidenses con intereses en Sudamérica, de la cual era fundador) ofreciendo la no despreciable suma de un millón de dólares para apoyar su campaña, la cual Frei acepta para abril de 1964. Luego, lo aumentaría a dos millones de dólares. Es más, tanto es el descaro en esta relación, que a eso de las 7 de la tarde del 4 de septiembre de 1964, cuando Frei Montalva ganaba las elecciones presidenciales gracias al apoyo incondicional de la CIA y lxs imperialistas gringxs, llama a Edwards para agradecerle su apoyo.

Pero no sólo fueron magnates y ultramillonarixs sabidxs antimarxistas lxs que apoyaron a estxs zánganxs. Incluso desde el mismo gobierno norteamericano intentaban frenar a las fuerzas de izquierda que crecían a una velocidad explosiva (tanto institucional como extraparlamentariamente). Una pequeña muestra del irrestricto apoyo del gobierno de EE.UU al PDC ocurre en febrero de 1965, cuando la CIA, a través del Comité 303, aprueba la entrega de $175.000 dólares para un proyecto de acción política de corto plazo, orientado a brindar apoyo clandestino a candidatxs preseleccionadxs que participarían en las elecciones parlamentarias chilenas de marzo de 1965. Según la agencia norteamericana, veintidós candidatxs fueron seleccionadxs por su oficina local y el embajador; de ellxs, nueve fueron elegidxs en las urnas, entre ellxs varixs falangistas. Este dato es crucial para poder entender cómo es que se deslegitimizará constitucionalmente a Salvador Allende en el Congreso para sentar las bases que darán paso al Golpe de Estado con el correr de los meses.

Pero volvamos un poco a Rockefeller, ya que este no sólo apoyo a Frei en su campaña, sino que también hizo negocios, y la DC no quedó afuera de ellos. Así, con el apoyo del dueño de El Mercurio y lxs corruptxs demócratas cristianxs, Rockefeller creo la IBEC Chile (International Basic Economy Corporation), un vehículo de inversiones del clan Rockefeller en América Latina, donde su amigo A. Edwards Eastman era dueño del 20% de las acciones y seria además, el presidente del directorio. Los tentáculos yanquis eran grandes, por lo que no costó reclutar a politicxs de la DC en una jugada de doble intencionalidad: Por un lado blindarse ante la inestabilidad política por la que pasaba el país, y por otro, usar a esxs mismxs políticxs para sacar jugosos contratos con el Estado. Ilustrativo resulta el caso de Domingo Santa María Santa Cruz, presidente de la Cámara de la Construcción entre 1956 y 1958, y fundador de Sigdo Koppers, empresa con estrecha relación a la DC y muy vinculada a la familia Frei, donde el futuro presidente de Chile e hijo de Frei Montalva trabajaría algunos años en ella como ingeniero. Santa María ejerció como director de la IBEC Chile antes de asumir dos puestos claves para ese negocio: Ministro de Economía (1964 – 1967) y Embajador de Chile en EE.UU (1967 – 1970). También Gabriel Valdés, antes de asumir como canciller de Frei Montalva fue director de la Compañía de Aceros del Pacifico (CAP), elegido con las acciones de la IBEC. Además, en 1966 la IBEC instala en Chile Alimentos Purina, propiedad de Ralston Purina Panamá, a su vez filial de Ralston Purina, la compañía del clan Rockefeller que es, por cierto, el mayor productor de comida para animales del mundo. Para ello, IBEC acordó comprar una avícola en quiebra (Ovolin), a la vez que pidió a la Corfo un crédito de un millón de dólares en ventajosas condiciones, que le permitió evitar el pago de impuestos a la venta, como además de exigir privilegios que ninguna empresa tendría en el rubro, como la liberación de aranceles para los equipos importados, invariabilidad tributaria para su negocio y amortización de activos a cinco años plazo. Evidentemente los informes de la Corfo salieron negativos, pero el presidente de esta última, en su calidad de Ministro de Economía, era ni más ni menos que Domingo Santa María Santa Cruz, quien le dio el visto bueno a la operación, dándole la espalda a lxs productorxs avícolas nacionales, que habían recurrido a él en lo que supondría un eventual monopolio en favor de la empresa extranjera. A los pocos años Ralston se convirtió en la mayor empresa de alimentos para animales de Chile, con un sabroso dividendo a favor de lxs Rockefeller.

Luego, cuando vino el golpe militar, las ganancias económicas que trajo significó, en promedio, que empresas completamente expuestas, donde sus acciones peligraban con las reformas del gobierno, aumentaran violentamente tras el cambio abrupto producido por las Fuerzas Armadas. Ese crecimiento, rodeó el 14,1% en promedio para las empresas norteamericanas. Así, por ejemplo, se entendería la política de la especulación golpista, donde empresas acechadas por las reformas, apostarían por el intervencionismo militar orquestado por la CIA, donde sujetos como Domingo Santa María Santa Cruz o Gabriel Valdés no sólo no perderían sus puestos de trabajo (privilegiados por empresas norteamericanas) sino que hasta se beneficiarían al subir las acciones de estas últimas los días posteriores al golpe. Eso, sin mencionar el cómodo escenario que quedaría para capitalistas como Rockefeller.

Entendiendo la estrecha relación entre lxs codiciosxs norteamericanxs y la DC, no es de extrañarnos la posición que tomó el gobierno de Frei Montalva durante determinados casos donde la Democracia Cristiana debía mostrar su verdadero rostro (el de gendarme de los intereses del Capital supranacional). Así, en 1966 el gobierno masacró a los mineros del yacimiento de cobre El Salvador, protegiendo los sagrados intereses de las mineras norteamericanas Kennecott Corporation, Braden Copper Co., Anaconda Copper Mining Company, Andes Copper Minning, Potrerillos Railway Company, entre otras, muchas de ellas estrechas colaboradoras de la CIA en su campaña por frenar a la izquierda radical y con grandes proyectos mineros en el norte de Chile, dejando claro de qué lado estaban lxs demócratas cristianxs.

Poco después, en 1967, una manifestación de la CUT culminaría con 7 muertxs a manos de la cruenta represión demócrata. Suerte similar correrían lxs 11 pobladorxs de Pampa Irigoin, en Puerto Montt, a quienes se les respondería con balas de fusil disparadas por efectivos represivos enviados por el militante de la DC y Ministro del Interior -el bien muerto- Edmundo Pérez Zujovic ante la toma ilegal de un predio en esa región, sirviendo como escarmiento público para la clase trabajadora y el campesinado.

Lamentablemente para el Partido Demócrata Cristiano, no será fácil olvidar la sangre de estos sucesos. Por ello, ante una nueva campaña presidencial ya no se escogería al candidato de lxs yanquis (Eduardo Frei Montalva) o al fascista de Alessandri (del Partido Nacional), y muy por el contrario, los sufragios fueron destinados para Allende, quien el 4 de septiembre de 1970 asumiría la presidencia, marcando un hito de suma trascendencia para la historia moderna del país: se le allanaba el camino al proyecto de socialismo a la chilena de la Unidad Popular.

Pero lxs yanquis no estaban dispuestxs a tolerar esto, y arremetieron con todo. El 8 de septiembre de 1970 el Comité 40 aprueba un fondo de $250.000 dólares para que, con el fin de impedir el ascenso de Allende, Frei y su equipo de confianza lo utilizaran. Además, temas que se habían desarrollado para la campaña electoral recién concluida fueron explotados por la agencia norteamericana con más intensidad que nunca en un esfuerzo por causar pánico e inestabilidad suficientes para provocar que, en función del golpe, se movilizara el presidente Frei o lxs militares chilenxs.

Pero aún hay más. El 15 de septiembre de 1970 se celebrara en la Casa Blanca una reunión de emergencia, en la que participaba el presidente Richard Nixon, el asesor para asuntos de Seguridad, Henry Kissinger, el director de la CIA, Richard Helms y el procurador general John Mitchel. En ella el presidente planteó que “un gobierno de Allende en Chile no era aceptable para EE.UU.”. Con este predicamento procedió a ordenar a la CIA que tomara medidas para impedir que Allende accediera al poder. “No importan los riesgos involucrados -dijo-; diez millones de dólares disponibles, más si es necesario; trabajo a tiempo completo de los mejores hombres que tengamos; plan de acción: hacer que la economía chilena aúlle; 48 horas para el plan de acción”, ordenó Nixon.

La estrategia, puesta en marcha por Estados Unidos a través de diversos mecanismos que van desde el adoctrinamiento militar e ideológico (en la Escuela de las Américas) de las fuerzas militares chilenas, hasta el financiamiento de gremios empresariales, medios de comunicación (principalmente de El Mercurio, al que se le entregó más de 1,5 millones de dólares), grupos paramilitares (como Patria y Libertad) y partidos políticos (destacan la Democracia Cristiana y el Partido Nacional) tenía por objetivo intervenir en el proceso de concientización de lxs pobres del campo y la ciudad.

En años de guerra fría, la llegada al poder a través de elecciones de un gobierno de izquierda anticapitalista en Sudamérica justificó todos los medios para eliminarlo, y la CIA había considerado dos planes para ello: El sabotaje de la UP en su campaña electoral (y que por tanto saliera electo Eduardo Frei Montalva nuevamente) -lo que ya no había ocurrido-, y el Golpe de Estado.

Y como solo quedaba la última opción, lxs norteamericanxs sabían que no podían fallar, pues ya no había margen de error. Primero que todo, para forzar el Golpe de Estado, EE.UU debía estar seguro de que este sería definitivo, que aplastarían a las fuerzas de izquierda y no habría una suerte de revancha luego de algún tiempo. En sanas palabras, era la carta final, y si no se tenían las garantías de que con ello los intereses del gran Capital no se verían trastocados, simplemente se rehusaban a utilizarlo por el costo político que acarreaba. Lxs analistas del Departamento de Estado en EE.UU sabían a la perfección que era una maniobra arriesgada. Había mucho en juego. Mucho dinero, muchísimo, y la estabilidad del régimen se podría incluso venir abajo si las cosas no se hacían bien. Por lo tanto, había que convencer, que seducir a lxs demócratas cristianxs de que el Golpe de Estado era lo correcto, que no había más opciones, que era lamentable, pero que el gobierno marxista de Salvador Allende había empujado la situación hasta ese límite. Si no se convencía a la DC de esto, era probable que el accionar militar sedicioso terminara aislado políticamente y resultando con un futuro incierto (como ya había ocurrido con algunas maniobras -como el asesinato del general Schneider-). En cambio, si el PDC se plegaba al golpe -como a la larga terminó ocurriendo-, todo se allanaría. Esto explica por qué la potencia del norte consideraba que este partido era una de las fuerzas internas más importantes a los efectos de provocar la caída de Allende.

Pero la infamia tiene las puertas anchas y la sonrisa hipócrita, y la colectividad terminó por plegarse a la polarizadora política norteamericana. Es más, durante el gobierno de Allende, EE.UU continuó proporcionando enorme apoyo financiero al PDC, que excedía al que le entregaba a los otros partidos, respaldo que buscaba el directo e inminente derrocamiento del presidente electo.

Así las cosas, la traición era inminente.

A comienzos de 1971 fondos de la CIA permitieron que el PDC y PN compraran sus propias estaciones de radio y diarios, precisamente por cuanto serían los mensajes comunicacionales los que debían sembrar un estado de anormalidad sicológica en la población, generando, a través de las campañas del terror, miedos irracionales al totalitarismo marxista. En este año la Democracia Cristiana también comienza a apoyar los paros gremiales. Luego, en diciembre de ese año, participó con el PN y el Frente Nacionalista Patria y Libertad en la llamada “marcha de las cacerolas vacías”.

La suerte estaba echada. Para el periodo 70-73, se registran periódicas entregas de dinero al PDC por parte de la CIA. Un detalle es el siguiente: 13 de noviembre (de 1970) el Comité 40 aprueba $25.000 dólares para apoyar candidatxs de la Democracia Cristiana; el 22 de marzo (de 1971) el Comité 40 aprueba $185.000 dólares adicionales para apoyar al Partido Demócrata Cristiano; el 10 de mayo (1971) el Comité 40 aprueba $77.000 dólares para la compra de una imprenta para el diario del Partido Demócrata Cristiano; el 26 de mayo (1971) el Comité 40 aprueba $100.000 dólares para ayuda de emergencia que permita al Partido Demócrata Cristiano pagar deudas de corto plazo.

La conspiración de los “generales civiles” -algunos de los cuales habían negociado a buen precio sus empresas con el gobierno-, llegaba a su culminación. En el campo gremial, un arco amplísimo de organizaciones que iba desde colegios profesionales de médicxs, ingenierxs y abogadxs hasta dueñxs de camiones, pasando por empresarixs, comerciantes y agricultorxs empalmó con la huelga de lxs minerxs de El Teniente dirigidxs por Guillermo Medina, sindicalista de origen DC que terminaría como miembro del Consejo de Estado de la dictadura. A fines de julio se inició un paro para derribar al gobierno. Miles de camiones se estacionaron en campamentos, con discreta protección de marinos y militares. El dinero yanqui fluyó a raudales.

Con los compromisos adquiridos por el PDC con la CIA los eventos tomaron una sola dirección. El 5 de julio cayeron las máscaras, cuando uno de los líderes indiscutidos del partido, el golpista Patricio Aylwin Azócar hizo una declaración en la que afirmó que “la mejor garantía para el restablecimiento de la normalidad democrática era la incorporación institucional de las Fuerzas Armadas al gobierno, con poderes efectivos para realizar las rectificaciones…”.

El 22 de agosto la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de acuerdo, redactado entre otros por los diputados Mario Arnello y Mario Ríos, del Partido Nacional, y los Democristianos, José Monares y Arturo Frei Bolívar, con el apoyo y estímulo de Luis Pareto (Intendente de Santiago al que años más tarde un comando del Lautaro asesinaría a su escolta), que declaró al gobierno al margen de la Constitución. Al día siguiente renunció el general Carlos Prats a la comandancia en jefe del ejército. El presidente Allende nombró en su reemplazo al general Pinochet, quien aparecía como el oficial más comprometido y leal con la legalidad y la Constitución. La Democracia Cristiana, en 1973, era el partido más grande y poderoso de Chile y también el que contaba con más Senadorxs y Diputadxs en ejercicio. La declaración de la Cámara de Diputadxs, base para legitimar la dictadura, fue producto de la directiva democratacristiana y no podía ser aprobada sin el voto de sus propixs parlamentarixs.

Ahora solo faltaba concretar la ofensiva militar. Saber qué día se produciría el Golpe de Estado que puso fin a los avances de lxs trabajadorxs y campesinxs, en beneficio de lxs ricxs y poderosxs de siempre. E incluso hasta a esa información la Democracia Cristiana tuvo acceso de manera privilegiada días antes de que se llevara a cabo la macabra operación, ya que el general Sergio Arellano Stark –siniestro personaje cercano a la DC, conocido por liderar la tristemente conocida “Caravana de la Muerte” y hombre clave en la organización del levantamiento- se lo había dicho a tres conspicuos personajes: Jorge Fontaine Aldunate (hermano de Arturo, subdirector de El Mercurio y presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio); al coronel (r) Alberto Labbé Troncoso (ex director de la Escuela Militar, ligado a sectores ultranacionalistas) y al honorable Senador democristiano Juan de Dios Carmona. Otro que también supo del “día decisivo” fue el respetable Senador Juan Hamilton, militante de la DC, quien se había enterado del accionar sedicioso a través de la Armada. Ambos, evidentemente, callaron.

La historia es conocida. Allende fue boicoteado constantemente hasta llegar al 11 de septiembre de 1973, fecha horrible que marcara un antes y un después en la lucha por la libertad. El Presidente era asesinado en pleno palacio de gobierno por fuerzas militares sediciosas comandadas por el traidor de Augusto Pinochet Ugarte, a quien el propio Allende estimo, mientras que con el correr de los meses se desataría una persecución política de dimensiones nunca antes vista en este territorio. Poblaciones enteras serán arrasadas por el accionar bélico de las fuerzas militares. Habrá estado de sitio, se impondrán leyes marciales, se detendrá y matará en procesos sumamente aberrantes a detractorxs políticxs. Se crearan servicios secretos especializados en la torturara y aniquilamiento (tanto físico y mental como espiritual), y se desaparecerán a miles de chilenxs. Eso, sin mencionar los profundos cambios políticos que definirán la economía nacional: Chile le abría las puertas al neoliberalismo de los Chicago Boys.

Pero la cosa no termina ahí. Tan solo un día después del golpe, la directiva del Partido, encabezada por Patricio Aylwin Azócar, publicó en el Diario Oficial una declaración en la que apoyaban claramente la Junta Militar, sosteniendo que “las fuerzas armadas no buscaron el Poder” y, además solicitando el apoyo solidario en favor de la “reconstrucción nacional”. Tanto es así, que el propio Eduardo Frei Ruiz-Tagle (hijo de Frei Montalva) y su mujer, junto a una gran mayoría de demócratas cristianxs, donaron sus joyas para esta “magna empresa”.

Luego, el 8 de noviembre de 1973, un célebre militante democristiano llamado Mariano Rumor escribe una carta donde se repiten las peores diatribas y calumnias contra el gobierno de la Unidad Popular (entre ellas el haber sostenido que había miles de extranjerxs armadxs para provocar la guerra civil) intentando con ella, justificar el Golpe de Estado y la crisis moral que vive la región. Sólo el Plan Z puede compararse con las catilinarias incluidas en la carta de Mariano Rumor –en ese entonces, presidente de la Internacional Demócrata Cristiana-.

La DC tuvo un ministro de Estado y también varios subsecretarios en el primer gabinete de la Junta Militar. Hay que agregar que los dos grandes líderes de la conspiración eran edecanes de Eduardo Frei Montalva – Oscar Bonilla y Sergio Arellano Stark. Eso, sin mencionar que el hijo de Arellano, también es militante DC, al que por cierto le cabe una labor bastante grande en el ocultamiento de información por el proceso de la Caravana de la Muerte, ya que en dicho proceso, ejerce como abogado de su asqueroso padre, a quien defiende a ultranza.

De esta forma, la DC no solo apoyo la conspiración, el golpe militar y al terrorismo de Estado, en otra clara muestra de sus tremendas contradicciones, sino que también hasta tuvo el descaro de proporcionar cuadros técnicos a la dictadura, entre ellxs destacan Juan Villarzú (director de Presupuestos) y Álvaro Bardón, quienes a través de Patricio Aylwin y lxs líderes demócratas cristianxs de entonces, fueron enlazadxs en puestos estratégicos del Poder para colaborar con la dictadura militar, y sólo restaron su apoyo cuando fue evidente que Pinochet no convocaría a elecciones. Solo ahí estxs bastardxs dejaron de apoyar a la dictadura. Solo cuando entendieron que los milicos codiciosos no compartirían el Poder.

Es más, incluso el propio Pinochet en diversas ocasiones insinuó que la oposición del PDC a su mandato se debía al desengaño de Frei, quien habría creído en un primer momento que los militares le terminarían por hacer entrega voluntaria del gobierno. Luego, lo que vino de ahí en más, no fue otra cosa que disputarle a la extrema derecha el lobbismo ascendiente sobre los uniformados, quienes, a través de la directiva del partido, buscaban cooptarlos y hacerlos funcionales a sus propios fines.

En esa extraña simbiosis política de querer cooptar a los uniformados, no fue extraño que el asunto terminara al revés. Así fue como varixs militantes de la Democracia Cristiana fueron reclutadxs por los servicios secretos de Pinochet a cambio de información relevante. Ejemplares son los casos de Hilda Navarro Varas (secretaria del partido de la -para ese entonces- sede
ubicada en Carmen con Alameda) y su esposo Gerardo Cerda Weber (destacado dirigente poblacional), Luis Becerra (chofer de Eduardo Frei Montalva, y luego de Andrés Zaldívar) o Ricardo de la Castilleja Terraza, todxs ellxs sapxs pagadxs por la CNI.

Luego vino el silencio cómplice, dar vuelta los ojos y lucrar con las privatizaciones que se instalaban a precio chaucha con las empresas estatizadas por la UP. Y mientras miles de chilenxs eran perseguidxs, estxs sinvergüenzas usufructuaban a manos llenas producto del giro económico que daba el país. Fue la época de las inversiones para la gente de la DC, quienes se atornillaron estratégicamente en algunos sillones de los directorios de las empresas recientemente privatizadas.

Una muestra de ello fue el movimiento que hizo el carroñero buitre Eduardo Frei Ruiz-Tagle, junto a sus amiguitxs de Sigdo Koppers S.A (empresa con grandes intereses norteamericanos), quienes el año 1974, junto a once ejecutivos de la firma, adquirieron la estatal Compañía de Aceros del Pacífico. Los doce socios tendrían partes iguales, y la compañía pasaría a formar parte de Sigdo Koppers. Así, este pillo se pasó casi todo el proceso dictatorial sentado en el despacho de su oficina viendo como crecían sus acciones, para luego, en julio de 1987 retirarse de la empresa tras vender su participación del 12% a la misma compañía en $650 millones de pesos de la época. Un negocio redondo.

Otro al que la dictadura no le vino nada de mal, fue al poderoso empresario italiano Anacleto Angelini, quien permanentemente había apoyado a la Democracia Cristiana en sus intentos por frenar a la izquierda en la década de los 60-70. Amigo íntimo de Frei Montalva, sus vinculaciones con el partido democristiano se afiataran con el correr de los años a las nuevas generaciones de corruptxs que el partido ampara.

Por cierto, fue en esta oscura etapa de Chile en la que Angelini logra comprar el 18% que tenía la Corfo en Copec -a muy bajo precio- luego de persuadir, por no pocos medios, al ministro de Hacienda de Pinochet, Hernán Buchi. Posteriormente a esa operación, el empresario italiano se haría con el resto de las acciones de la empresa más importante de combustible del país. Pero Angelini quería más, y las nuevas medidas de Pinochet le venían como anillo al dedo. Así, el empresario amplía su horizonte y comienza a explotar el negocio forestal del sur del país, beneficiándose por los subsidios entregados tras el Decreto Ley 701, que le otorgaba un “capital semilla” que incentivaba aún más el negocio del pino y eucalipto, en desmedro del bosque nativo, convirtiéndolo a los pocos años, en un gigante de la industria con empresas como Celulosa Arauco, Bosques Arauco, Paneles Arauco, Aserraderos Arauco, Forestal Arauco y Forestal Cholguan. Y a pesar de que ni el negocio forestal ni el combustible son los fuertes de Angelini (como se verá más adelante), la dictadura militar lo fortalecería bastante.

Y si de grupos económicos cercanos a la DC, y fortalecidos en dictadura hay que hablar, no podemos dejar de mencionar a lxs Solari, una de las familias más poderosas de Chile, y dueñxs prácticamente de todo el negocio del retail, el que floreció en aquellos oscuros años gracias a las políticas neoliberales implantadas por los Chicago Boys. Así, Sodimac, Lexicom, las filiales asociadas a Falabella y ocho malls del grupo (Plaza Antofagasta, Plaza del Trébol -Talcahuano-, Plaza El Roble -Chillan-, Plaza La Serena, Plaza Oeste, Plaza Vespucio, Plaza Tobalaba y Plaza San Bernardo (los cuatro últimos en Santiago), además de la matriz del grupo, Bethia, son parte del arsenal con el que crecieron durante la dictadura y hoy en día utilizan para financiar la política (de manera regular o irregular, da lo mismo). Eso, sin considerar que hoy en día son dueñxs de
grandes medios de comunicación como el canal de televisión Mega y la radio Candela, y que tienen acciones en el equipo de futbol de Universidad Católica.

Pero los milicos no siempre estarían en el Poder, y estas sanguijuelas lo sabían bien. Tras más de 15 años de dictadura, y pese a la fuertísima razzia represiva vivida, las fuerzas revolucionarias volvían a resurgir. La gente, cansada de tanta represión se volcó a las calles, y se comienza a crear un ambiente propicio para lxs revolucionarixs y peligroso para el régimen. La dura represión había despertado a un monstruo dormido que ahora se lanzaba feroz al ataque, dejando como saldo importantes hechos en la vida política nacional, tales como la internación de armas en Carrizal Bajo, la emboscada de aniquilamiento a Pinochet, los fuertes disturbios en las jornadas de protestas del año 1986, la activación de grupos político-militares de tendencia marxista-leninista como el Lautaro, el FPMR o el MIR, el ajusticiamiento de varixs esbirrxs de la represión (civiles y uniformados) o las crudas denuncias a las violaciones de los derechos humanos. Todos estos hechos empezaron hacer que el sistema se tambaleara. El ambiente político se comenzó a ver cada vez más nefasto para ricxs y poderosxs. Ya no había nada que legitimara la dictadura, por lo tanto, se volvió una realidad hostil para lxs grandes capitalistas y dueñxs de fortunas. El sistema peligraba ante la avanzada explosiva y la rabia contenida. Había que terminar con Pinochet pero sin derribar su modelo.

Volvió el escenario tan idílico para lxs buitres carroñerxs de la DC. La derecha se cuadra con el partido que históricamente había servido como dique de contención a la izquierda radicalizada, y el apoyo norteamericano vuelve a sentirse en la Democracia Cristiana chilena. El Departamento de Estado yanqui negocia el fin de la dictadura, y, acudiendo a las mismas figuras que usó para sacar a Allende, presenta a su candidato presidencial luego del fraude del No. Patricio Aylwin Azocar nuevamente vuelve a ser funcional a la potencia del norte, y se transforma en el comodín contra la izquierda y contra una dictadura que ya estaba obstaculizando el desarrollo del modelo neoliberal. El espíritu pro-neutralidad vuelve a resurgir, intentando consensuar los ánimos rebeldes con los intereses capitalistas (nacionales y extranjeros), tal y como había ocurrido exactamente hacia 36 años atrás cuando se financio al rastrero Frei Montalva para evitar el ascenso de Allende. Así, estxs parasitxs recibían el apoyo económico de lxs imperialistas yanquis, acaparando la no despreciable suma de un millón de dólares -algo así como 27 millones de dólares en la actualidad-, los que fueron aprobados por una Comisión en el Congreso de EE.UU para apoyar a la DC chilena.

Sin embargo, lxs gringxs no fueron lxs únicxs que le aportaron dinero a la Democracia Cristiana para que gobernara la continuación del modelo de Pinochet. Importantes familias, verdaderas sectas capitalistas habían amasado una enorme fortuna a la sombra del dictador. Así, grupos como los Angelini, Yarur, Saieh, Said, Luksic, Paulmann, Solari, Cueto, Cuneo, entre otrxs, hicieron tremendos aportes para ponerle fin a la dictadura, y de paso, también frenar a lxs insurrectxs revolucionarixs que proponían no solo el declive de la dictadura, sino también del capitalismo.

Pero la memoria es frágil, y la hipocresía grande, y una vez más lxs demócratas cristianxs se embaucaron a la gente y llevaron a uno de los suyos a la presidencia, cerrándole el paso a la continuidad del dictador, mas no a su modelo, y también a la alternativa revolucionaria.

Por eso, el 11 de marzo de 1990, comienza la falsa transición, que en vez de otorgar más libertades, simplemente se limitó a profundizar todas las amarras que impuso Pinochet, como lo fue la “Constitución” de 1980, escrita por el bien muerto Jaime Guzmán, los programas neoliberales que privatizaron todo (carreteras, autopistas, inmobiliarias, constructoras, agua, luz, educación, comunicación, transporte, AFP’s, salud, etc.) y que hoy en día asfixian a nuestra gente con tremendas deudas que lxs obliga a trabajar de por vida, en desmedro de grupos empresariales que se hacen a cada minuto más ricos por ser dueñxs de estas empresas estratégicas. Eso, sin mencionar el abierto combate contra lxs revolucionarixs que siguieron luchando, masacrando a organizaciones hermanas como el MIR, el FPMR o al Lautaro a través de jugadas bajísimas como lo es el soplonaje, la delación compensada y el asesinato selectivo, incentivados por “La Oficina” (órgano creado por Aylwin para combatir a los grupos subversivos que siguieron operando), a través de la política de pacificación de la democracia tutelada.

Prueba de lo agresiva que fue esta política de “pacificación” fue el asesinato orquestado por Belisario Velasco, en ese minuto Ministro del Interior y destacado militante demócrata cristiano, junto la Brigada Investigadora de Asaltos de la PDI, quienes generan un operativo homicida en contra del compañero lautarino Marco Ariel Antonieletti, a la postre delatado por el sapo Juan Carvajal Trigo, el que, en recompensa a su infamia, seria premiado con un puesto de trabajo en la Secretaria de Comunicaciones y Cultura y, posteriormente, en el Ministerio de Educación como asesor ministerial, luego de haber entregado el lugar donde se escondía el compañero un 16 de noviembre de 1990, tras haber sido rescatado de Gendarmería por su compañerxs en el Hospital Sotero del Rio de Puente Alto. Solo tenía 21 años. Como dato extra, y como si ya esto fuera poco, a Velasco le concierne una enorme responsabilidad política en la muerte del waichafe Matías Catrileo (asesinado por la espalda el 3 de enero del 2008), mientras ejercía como Ministro del Interior en el gobierno de Bachelet. Como el mismo se sabe con las manos manchadas de sangre mapuche, renuncia al cargo en un intento por blanquear su propia imagen.

Pero si de recordar ejecuciones se trata, como olvidar el asesinato que todo el mundo pudo ver por las pantallas de televisión, donde todos los canales se hicieron parte del show morboso que sentían lxs cerdxs capitalistas por ver morir a lxs compañerxs Alex Muñoz Hoffman y Fabián López Luque, orgullosos miembros del FPMR, quienes la mañana del 22 de enero de 1992 asaltaban un camión de valores de la empresa Prosegur en el campus oriente de la Universidad Católica, para luego proceder a huir. El dinero, probablemente, se utilizaría para financiar al grupo. Sin embargo, en el camino quedaban heridos dos custodios del dinero y Pablo Muñoz Hoffman, hermano de Alex y también miembro del grupo, tras un intercambio de disparos con la policía que, ya enterada de la situación, se los encuentra. En este escenario los compañeros -y en este caso particular también hermanos sanguíneos- se separan, intentando romper el cerco policial, y no sabiendo que suerte correrá cada cual. Así, mientras Pablo era golpeado hasta casi matarlo (se salvó porque llego una ambulancia que lo llevo a un centro asistencial en calidad de detenido), Fabián y Alex intentaban desesperadamente escapar de las garras enemigas, entrando a una casa de Ñuñoa donde vive un matrimonio con sus hijxs. En ese momento se encontraba la mujer y sus tres hijxs, mientras que el dueño de hogar estaba trabajando. Los compañeros solo buscan refugio, pero la información llega rápidamente hasta los agudos oídos de la represión democrática y estos, cercan el lugar. Con el paso de los minutos comienzan a llegar los buitres del periodismo y se presenta el caso, en vivo y en directo, como el secuestro de un hogar. Con el correr de las horas los compañeros se dan cuenta de que están cercados, que no pueden escapar, y se rinden, liberando a la mujer y lxs niñxs. La policía, en vez de detenerlos, los asesina en cadena nacional.

Pero la política de pacificación del gobierno democristiano de Aylwin iría aún más allá. El 26 de marzo de 1993 es asesinada por efectivos de la Dipolcar Norma Vergara Cáceres, militante del Lautaro y combativa mujer popular, en las intersecciones de Santa Rosa con Victoria, en la comuna de Santiago. Nos sumamos a las palabras de un hermano nuestro que dijo: “Una mujer popular y subversiva acribillada con siete balazos en el pecho ¿Se investigó? No se investigó” al referirse a la justicia de lxs ricxs y sus políticas de pacificación. Norma era buscada hacía tiempo por los organismos represivos democráticos, y tras una cita para coordinar asuntos propios de su organización es ultimada en el vehículo en el que viajaba. También pudo habérsele detenido, pero prefirieron matarla.

Y como olvidar la masacre de Apoquindo, ocurrida un 21 de octubre de 1993, donde una brigada lautarina que había asaltado el banco O’higgins en la esquina de Manquehue con Apoquindo, en la comuna de Las Condes, al escapar del lugar, choca el taxi en el que huían. Posteriormente se suben a una micro de locomoción colectiva, intentando salir del sector, pero esta es interceptada por un furgón policial de la 17° Comisaria de Carabineros. En ese momento el suboficial Dionisio Zapata se sube a la micro, siendo repelido por una ráfaga. Lxs pacxs pierden el control y descargan todo su arsenal bélico sobre el bus con pasajerxs, provocando muchas más víctimas. Lxs atracadorxs al ver el grave riesgo de inocentes, lanzan sus armas por las ventanas y agitan un pañuelo blanco en forma de rendición. Los más de 150 proyectiles de balas impactados en el microbús dejan como saldo mortal seis muertxs, tres de ellxs militantes del MJL y el resto pasajerxs. Sin contar a lxs doce pasajerxs heridxs de gravedad, siete de ellxs en estado crítico. Pero nadie lo considero fuera de lugar. Incluso el propio presidente Aylwin le dio el espaldarazo a la acción homicida de estas basuras al decir frente a las cámaras de televisión que “respaldo plenamente la acción de Carabineros”. Y como no si este hijo de puta, al poco de haber asumido el mandato presidencial dijo: “Justicia, pero en la medida de lo posible…”.

Y así, podríamos seguir enumerando muchísimos más casos de compañerxs revolucionarixs, a quienes la política de pacificación del Partido Demócrata Cristiano les significo su temprano encuentro con la muerte en procedimientos policiales donde la opción de matar y no de detener daba cuenta claramente de la voluntad de exterminio que guiaba a las policías -que por cierto, institucionalmente no habían cambiado absolutamente nada luego del “retorno a la democracia”-. Así, amparadxs en la impunidad que les ofrecían las nuevas autoridades civiles de los gobiernos democratacristianos de Aylwin y, posteriormente el de Frei (hijo), ejecutarían a casi 30 revolucionarixs en operativos de dudosa reputación.

Sin embargo, hubieron muchxs otrxs compañerxs que sobrevivieron a los procedimientos policiales homicidas, enfrentando con ello el complejo escenario de la prisión política, el que duraría muchísimos años, donde nuevamente lxs demócratas cristianxs demostraban su gran capacidad creativa, y colocando grandes recursos en su tarea de gendarmes de la democracia -falsamente conquistada con el fraude del No- crearon la Cárcel de Alta Seguridad, donde se pretendía -y efectivamente así se hizo- sepultar en el olvido a los revolucionarios que no solo combatieron al dictador, sino también al continuismo pactado por la Concertación, estrenándola para el año 1994.

De esta forma, se diseña la CAS, a partir de asesorías que recibieron el Ministro de Justicia y demócrata cristiano Francisco Cumplido y el también militante de la DC y Ministro del Interior, Enrique Krauss por especialistas en recintos penales especiales para terroristas. Dicho diseño se inspiró, según dijeron, en las “experiencias recogidas en Inglaterra Irlanda, Italia y Alemania”. Lo que no dijeron es que la experiencia europea había demostrado que este tipo de establecimientos penales “… generaba dos conductas asociadas, el suicidio y el desquiciamiento, como había ocurrido en Irlanda y la prisión de Stammheim en Stuttgart con militantes del IRA y la RAF respectivamente”. Pero no importaba. La política de pacificación de la Democracia Cristiana no buscaba la sobrevivencia de lxs compañerxs precisamente.

No obstante, y pese a la cruda represión que involucraba la prisión política en una cárcel de máxima seguridad, hubo una acción que brindo, con el puño en alto, por la Libertad de todxs lxs revolucionarixs encerradxs en las cárceles de la Democracia Cristiana. Así, el 30 de diciembre de 1996 un helicóptero se dispone a liberar a 4 miembros del FPMR que resisten dentro de aquel monstruo de hormigón, lanzando desde el aire ráfagas de fusil M-16 contra los celadores -infinidad de veces odiados por los compañeros- para posteriormente tirar un canasto blindado donde se suben cuatro personas que serán sacadas de allí, dirigiéndose rápidamente hasta el parque Brasil, en la comuna de La Granja, donde descenderán para posteriormente subirse en vehículos que les estaban esperando, desapareciendo de la faz de la tierra. La acción concluye sin muertxs ni heridxs, solo aplausos.

La respuesta ante la osadía vendrá de inmediato. Primero serán las pataletas frente a medios de comunicación del ofuscadísimo demócrata cristiano Alejandro Foxley (el mismo caradura que negocio una de las primeras reformas tributarias democráticas, en las que se buscaba -y efectivamente se hizo- dejar los privilegios de lxs ricxs intactos), quien luego de la acción, dijera a la prensa que lo ocurrido: “provoca un clima de dudas y sospechas a muchos chilenos que no logran entender cómo es posible que un helicóptero, a las 15:30 horas de la tarde, pueda rescatar impunemente a cuatro terroristas sin la decidida y eficaz intervención de efectivos de Gendarmería”, buscando con ello el ensañamiento de la institución hacía con los presos políticos que quedaban dentro (que eran muchísimos). Luego vendría la reacción de la Ministra de Justicia, y también DC, la patriarcalizada Soledad Alvear, quien estimo que luego de la tremenda vergüenza que les significo la operación vuelo de justicia, ordeno la incomunicación de los presos en sus celdas, negando el acceso a patio y duchas, militarizando el recinto por el Grupo Especial de Anti-Motines (GEAM) -el cual golpeo a presos sin ninguna provocación-, e incluso restringiendo el ingreso de abogados, todo ello en una clara muestra de venganza orquestada desde la oficina de esta despreciable mujer, quien en la actualidad, se ha dedicado a resguardarle los intereses a la familia Luksic, a través del directorio de Canal 13 y asesorando a la minera Los Pelambres. Resulta poco menos que curioso que mientras mandaba a reprimir con extrema brutalidad a lxs presxs políticxs, por otro lado haya negado categóricamente su existencia. Ilustrativa resulta su carta a la CUT, fechada para agosto de 1999, donde niega que en Chile hayan presxs políticxs en democracia. Y así, mientras por un lado se reprime a lxs revolucionarixs con extrema brutalidad, por el otro se resguardan los intereses de grandes capitalistas…

De esta manera, y como ha quedado demostrado, la política de pacificación de estas basuras corre en una sola dirección: violencia institucionalizada hacia y para los grupos de izquierda y el pueblo en general. Lxs empresarixs, magnates, dueñxs de fortunas, capitalistas codiciosxs, imperialistas yanquis, uniformadxs torturadorxs, genocidas intelectuales, asesinxs (civiles y militares) y sus cómplices silenciosxs como David Rockefeller, Jaime Guzmán, Agustín Edwards o el propio Agusto Pinochet tendrán un trato muy diferente, y el PDC lo sabe bien.

Es más, recientemente, la Democracia Cristiana, con los votos de lxs honorables Senadorxs Patricio Walker (DC) y los de esta mujer, aprobaron el ascenso del juez Juan Manuel Muñoz a la Corte Suprema. Durante su carrera, este magistrado rechazó investigar crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura militar. “En política, -dijo el presidente del PDC- hay que saber hacer negociaciones”, a tono de justificación.

Otra muestra de ello es la condecoración que se le dio al imperialista yanqui David Rockefeller en el año 92, cuando se le concedió la Orden al Mérito Bernardo O’higgins (el mayor honor que hace Chile a extranjerxs), o incluso cuando Eduardo Frei Ruiz-Tagle lo invita a su asunción de mando para el año 1994. Eso, sin mencionar que fue esta bacteria la que, en ocasión a la “VI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno”, acogió en Santiago y Viña del Mar a numerosos mandatarios, como también al rey de España, Juan Carlos I en el año 1996, ejerciendo un fuerte lobby con el Capital supranacional y las mafias financieras internacionales para abrir la economía chilena al mundo, invitando al saqueo de los recursos naturales de la región a grupos capitalistas, tal y como lo demuestran los tratados que este mismo chupasangre firmo, como lo son la suscripción a la Organización Mundial de Comercio (OMC), al Mercado Común del Sur (Mercosur) y al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec), dejando en total indefensión a lxs pequeñxs comerciantes frente a la codicia de las sectas capitalistas internacionales.

Otra muestra de esta política fue la prolongación, por doce años más, del DL 701, el cual fomenta la producción forestal de monocultivo, el cual este imbécil aprueba como un gesto de lealtad al magnate italiano Anacleto Angelini -muy amigo tanto de su padre como suyo propio-, haciendo que el empresario siga ganando millones y millones a expensas de secar el Wallmapu, y de paso, estirar puentes a la ultraconservadora familia Matte, dueñxs de la CMPC, a la cual de paso, ayudaron bastante en el incremento de sus ganancias.

Mención aparte nos refiere la visita del presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, en el año 1998, quien alabaría las políticas democratacristianas que llevaba a cabo el gobierno. Un asco, si se piensa que hasta un sospechoso indulto habría otorgado el Presidente Frei a Ángel Vargas, considerado uno de los traficantes de droga más importantes del país, en un movimiento que no estuvo falto de críticas.

Pero el asunto raya en lo absurdo cuando es al propio Augusto Pinochet a quien la Democracia Cristiana defiende, ya que el 16 de octubre del mismo año lo arrestan en Londres por una orden del juez español Baltasar Garzón, quien lo perseguía por las muertes de ciudadanxs españolxs ocurridas en Chile durante la dictadura. Pinochet, que había llegado a Inglaterra para operarse una hernia, pero permaneció detenido en una clínica de lujo por 17 meses, volviendo al país solo días antes que finalizara el Gobierno de Frei, quien había prometido traerlo de vuelta argumentando una vulneración a la soberanía del país, ya que los crímenes que se habían cometido habían ocurrido en territorio chileno, y, por lo tanto, correspondía a ese país juzgarlos. Cuando Pinochet regresó a Chile, aterrizando el 3 de marzo del 2000, todo el mundo lo pudo ver. Había aducido razones humanitarias para no ser procesado, pues se suponía que estaba convaleciente (por su avanzada edad), pero apenas bajo del avión, se levantó de su silla de ruedas y sonrió. Se había vuelto a reír de un país entero con la beneplacencia de la DC.

Pero anteriormente la Democracia Cristiana ya había sacado de apuros a Pinochet. En 1995 el Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, había ordenado al Consejo de Defensa del Estado que cerrara el caso de los pinocheques definitivamente, aduciendo a la razón de Estado y quedando Pinochet Hiriart (hijo del dictador) impune, así como otros dos civiles y dos miembros del Ejército, que también habrían sido imputados.

Así las cosas, la Democracia Cristiana no solo avalo la dictadura, sino que después justifico su impunidad. Pinochet, la figura clave del Golpe de Estado y las violaciones de los derechos humanos era prueba de ello. Nunca lo juzgaron, es más, ni siquiera lo sometieron a proceso.

Otro caso aberrante es el de A. Edwards, el mismo que artificio la dictadura militar desde sus páginas editoriales, el mismo que no solo había avalado los crímenes de lesa humanidad, sino que los incentivo con noticias tendenciosas, información falsa, mentiras y absurdos montajes, muchos de ellos cobijados por las páginas de El Mercurio, La Segunda o Las Ultimas Noticias (la Operación Colombo es una clara muestra de esta vinculación). Este siniestro personaje, que jamás piso un tribunal y menos aún pidió disculpas, crea, para abril de 1992, la Fundación Paz Ciudadana, luego del plagio de su hijo por parte del FPMR, logrando aunar a la derecha y a la Concertación en pos de combatir la delincuencia y el extremismo. No esta demás decir que Edwards es el principal mentor, mecenas y director de la fundación, que no busca otra cosa que apoyar a los servicios represivos.

Y entre los nombres que figuran en el directorio de esta fundación están importantes elementos de la DC, como lo es Mónica Jiménez de la Jara, quien integró la Comisión de Verdad y Reconciliación -que elaboraría el Informe Rettig- y luego sería Ministra de Educación en el gobierno de Bachelet, mandando a reprimir a lxs estudiantes tras las masivas movilizaciones del 2006. Hoy es embajadora en Israel; enviada allá para que aprenda que se les hace a lxs insumisxs palestinxs y lo replique aquí en el futuro. Otro carismático personaje de la DC al servicio de la fundación de Edwards es el ex Ministro de Defensa y luego del Interior Edmundo Pérez Yoma, hijo del extinto Ministro del Interior ajusticiado por la VOP, acérrimo defensor del hotel de lujo Punta Peuco y buen amigo de los asesinos que allí adentro se encuentran. Entre el 2004 y el 2007 participó en la extracción ilegal de aguas del río Petorca, amparado en derechos provisionales obtenidos por la DGA sin considerar el caudal existente, lo que contribuyó directamente al agotamiento del recurso hídrico. Pero ese no es el único delito ambiental que esta basura al servicio de lxs ricxs ha cometido, ya que anteriormente, en 1994 participo como fiador de una empresa privada, que condujo a la reducción del área de protección de las Dunas de Concón, a fin de desarrollar proyectos inmobiliarios para grupos capitalistas que sacaron importantes dividendos en desmedro de la Naturaleza Salvaje. Estas son algunas de las joyitas que han presidido el directorio de la fundación de Edwards. Al parecer entre criminales se entienden.

Pero allí no termina todo. Nuestro amigo, el cerdo Pérez Yoma, continuó delinquiendo desde su intocable despacho. Así, para el año 1996 construyo viviendas sociales que entregaría el gobierno a sectores más marginados, promoviendo políticas de integración y apoyo contra la pobreza, las que resultaron ser tremendamente defectuosas, por no decir una mierda. La empresa familiar del clan (Copeva) había abaratado tantos costos con tal de ganar más dinero, y como las casas no las usarían familias de extraños apellidos, daba lo mismo, a nadie le importaría, terminaron lloviéndose muchas de ellas a los primeros chubascos, haciéndolas inservibles. Y como si de un mal chiste se tratara, este parasito de terno y corbata le regalo –a través de su hermano Francisco- dos caballos finos a Edmundo Hermosilla, también militante DC y Ministro de Vivienda de aquella época, en una clara muestra de complicidad tras el fraudulento negocio.

Cabe mencionar, por cierto, que este último sujeto preside el directorio de Wisetrack Chile, empresa con la que se ha financiado a la DC para campañas políticas. Eso, sin mencionar que también forma parte de los directorios del Banco Falabella y CMR Falabella, ambos del grupo Solari, quienes han financiado la política nacional en, por lo menos 50 ocasiones, a través de 25 empresas diferentes.

Así, lxs Solari mantienen una saludable convivencia con la Democracia Cristiana en pos del beneficio mutuo. Prueba de ello es, por ejemplo, la nueva ley de estacionamientos, que ha sido criticada ampliamente, porque no solo beneficia a lxs indiscutidxs dueñxs del retail, quienes poseen más de una docena de malls esparcidos a lo largo del territorio, sino que además a la empresa operadora de sus estacionamientos. Pues resulta que la ley le exige a los malls una determinada cantidad de estacionamientos para sus clientes, requisito que lxs dueñxs del reino del consumismo estaban dispuestxs a ceder, incluso sin cobrar por ello. Sin embargo, con el correr de los año eso cambio, se comenzo a cobrar, y la empresa que hoy en día usufructa con ello es la Central Parking, una empresa donde Juan Antonio Guzmán (ex ministro de Educación de Pinochet, ex miembro del directorio de la empresa SQM, y presidente de una de las mayores empresas de lobby) tiene importantes inversiones. Pero sin lugar a dudas, son las hermanas Marilú y Pilar Velasco, hijas de Belisario Velasco, uno de los máximos líderes de la DC, quienes mayores acciones tienen en la empresa. Por ello, cada vez que usted se aparca en estacionamientos como estos, parte de su dinero esta llendo directamente a las arcas del PDC aunque no lo quiera.

Pero eso no es todo. Desde el 2006 y hasta el 2009, la empresa Aguas Andinas (controlada por este grupo) había financiado de manera irregular campañas políticas ligadas a la Democracia Cristiana. Así, se descubrió que Andrés Zaldívar emitió boletas ideológicamente falsas a la sanitaria, recibiendo un total de $150 millones de pesos en sueldos mensuales de 3 millones y medio por el periodo de los tres años. Eso, aparte de los $8.505.749 de pesos figurados en tres boletas del 2010 que la sanitaria le pago al susodicho Senador. Todo ello, sin mencionar los pagos que se suman, por más de $128 millones, a Cegades, el think tank ligado a la DC que también figura facturando tanto a la sanitaria ligada al grupo Solari, como a SQM de Ponce Lerou y CorpBanca, esta última ligada al grupo Saieh.

Pero si vamos a hablar de familias enriquecidas en dictadura y que luego se asociarían con la Democracia Cristiana para sacar jugosas ganancias, es imposible dejar de hablar del grupo Angelini. Así, mientras el gobierno demócrata cristiano de Patricio Aylwin asumía el continuismo dictatorial, el empresario italiano estiraba sus tentáculos hasta la subsecretaría de Pesca, considerada feudo exclusivo de la DC, pues estuvo bajo su control durante los diez años que siguieron. De esta manera el primer subsecretario de la Concertación fue el demócrata cristiano Andres Couve, quien en uso de sus facultades, y en tiempo records, revirtió la Ley Merino, creada a finales de la dictadura y que perjudicaba la industria pesquera del empresario, postergando su entrada en vigencia hasta octubre de ese año (1990). Luego, vinieron tres postergaciones más, las que pasaban a una velocidad increíblemente rápida entre la Cámara de Diputados y el Senado. En diez meses el Congreso había aprobado 4 leyes que postergaban la entrada en vigencia de la Ley Merino, mientras se cocinaba la nueva ley de pesca, mucho más amable con Angelini, la que termino siendo promulgada el 28 de Agosto de 1991 y que no solo no ponía límites de pesca, sino que además lo incentivaba. Así, las empresas pesqueras de Angelini incluidas en Corpesca como Pesquera San José, Pesquera Orizon y Eperva pudieron seguir saqueando los recursos marítimos de las costas chilenas con el apoyo incondicional de la DC.

No obstante, la nueva ley de pesca tenía un problema, y era que solo duraba diez años, por lo que con el correr del tiempo tendría que volver a seducir a importantes parlamentarios para prolongar la ley. Así llegamos hasta septiembre del año 2001, fecha clave en la que se debía revisar la ley que beneficiaba a Angelini. Pero el empresario no era tonto, y en una jugada sumamente estratégica había invitado al senador Adolfo Zaldivar y a sus hermanos a ser accionistas de Eperva, la más grande e importante del grupo Corpesca. De esta manera, y en plena discusión sobre la ley transitoria de pesca Andrés Zaldivar, hermano de Adolfo y Felipe -este último Presidente del directorio de Eperva- presentaba una moción para aplicar los límites máximos de captura por armador en las regiones de Tarapacá y Antofagasta, generando importantes privilegios para las pesqueras de Angelini, dando una posición dominante, de carácter monopólico. Así, la ley transitoria pronto se extendió por otros diez años más (hasta el 2013) gracias a las gestiones de no solo los hermanos Zaldivar, sino también del subsecretario de Pesca Felipe Sandoval, militante DC, quien luego pasaría a formar parte de la industria acuícola junto a Andrés, Felipe, Adolfo y Manuel Zaldivar (este último parte del directorio de Corpesca junto a su sobrino Felipe).

Otra muestra del musculo político de Angelini fue cuando el año 2010, una empresa noruega (Lota Protein) demando ante el TDLC (Tribunal de Defensa Contra la Libre Competencia, que en teoría, evita los monopolios). En esa ocasión la empresa noruega denuncio el incumplimiento de las subastas que estaba teniendo Angelini. En ese momento la exsenadora designada Olga Feliu y el ex subsecretario del Interior, el demócrata cristiano Jorge Correa Sutil enviaron sendos informes apoyando la postura de las empresas de Angelini y de la Subsecretaria de Pesca, quien termino por ganar la batalla contra Lota Protein. Después de todo, el fuerte lobby que había construido el empresario daba sus frutos y de muy buena forma.

Sin embargo, dos años después, en el 2012, debía discutirse nuevamente la Ley de Pesca, esta vez bajo el gobierno derechista de Sebastián Piñera, quien habría mostrado reticencias a la anterior Ley de Pesca. No obstante, su ministro de Economía, Pablo Longueira mostro particular habilidad para manejar el tema, invitando a los gigantes de la industria a coludirse para enfrentar el nuevo proceso donde se vería el futuro de sus privilegios. Dicho y hecho, Longueira mando su proyecto de ley que dejaba cuotas estimadas en $743 millones de dólares de ganancias anuales para las grandes pesqueras, las que por cierto, eran renovables al plazo de 20 años (de manera automática). Así, esta mugrosa ley, fue aprobada por más de ⅔ de lxs Senadorxs DC (incluyendo, por supuesto, a los hermanitos Zaldivar) quienes estaban en el Congreso, demostrando que los lazos forjados con el empresario italiano, no eran vanos. La Ley Longueira termino regalándole a perpetuidad los recursos marítimos chilenos a un puñado de familias, entre ellas, por supuesto Angelini.

Así, no es de extrañarnos que sujetos como Hosain Sabag, Gabriel Valdés y Sergio Ojeda, todos demócratas cristianos, fueran beneficiados con los dineros del multimillonario empresario en pos de favores a políticos. Ejemplo, de ello es la nacionalidad chilena otorgada por gracia por el Estado en septiembre de 1994, por mencionar solo uno de muchos otros favores, que se pagarían con las empresas Copec y Celulosa Arauco, quienes hoy se encuentran investigadas por el SII por financiamiento irregular de la política a grupos ligados a la Democracia Cristiana.

Pero lxs Solari, Saieh y Angelini no han sido lxs únicxs que han tendido puentes con la Democracia Cristiana. Como ya habíamos visto, empresarios como Julio Ponce Lerou, el ex yerno de Pinochet, dueño de la minera no metálica SQM, quien se encuentra en el ojo del huracán por haber evadido millones en impuestos, también ha financiado en infinidad de ocasiones a estxs mamarrachxs sin dignidad, a través de, por ejemplo, la empresa “Asesorías en Gestión Limitada” de la contadora y militante democristiana Clara Bensan, quien recibió dineros irregulares por servicios que su empresa nunca presto por un total de $92.750.000 pesos. Cabe mencionar que Genaro Arriagada, también militante DC y ex Ministro Secretario General en el gobierno de Frei Ruiz-Tagle es un buen amigo del yernísimo, ya que comparten interés común en el deporte de la equitación, y fue gracias a esta casualidad, que la empresa del ex-yerno de Pinochet comienza a tender puentes con la Concertación ya por un alejado año 92.

Sin embargo, Ponce Lerou también tuvo otro cercano a la DC, el dirigente Marcelo Rozas, ex embajador de Chile en la Republica Checa, antiguo asesor del ex yerno de Pinochet, y dueño de la revista Hoy, de la cual Soquimich se convirtió en el principal avisador de dicha publicación desde 1991. Rozas fue formalizado por emitir boletas falsas a la minera por $346 millones de pesos entre los años 2009 y 2014. También fue formalizada su cónyuge, Michelle Raymond, por recibir $136 millones irregulares de SQM, y el hijo de ambos, Daniel Rozas, por percibir en el mismo periodo otros $139 millones.

Pero aún hay más. SQM tiene directas vinculaciones con Francisco Frei Ruiz-Tagle (hermano de Eduardo Frei Ruiz-Tagle), quien, aparte de haber sido el director de TVN en el 2008 (designado por Bachelet), y ser un economista, empresario y ferviente demócrata cristiano, ha utilizado las empresas “Inversiones San Nicolás” y “Exportaciones Marítimas” para emitir facturas ideológicamente falsas a la minera no metálica, y así, financiar a su mugriento y narigón hermano en su fracasada campaña presidencial del año 2009. Interesante resulta observar los turbios movimientos económicos que ha realizado este sujeto, quien, al igual que toda su familia, dista mucho de conocer la palabra honestidad. Así, por ejemplo, cuando este último comenzó a administrar el patrimonio de su hermano Eduardo, quien no podía hacerlo por estar sumergido en política y, legislativamente hablando, se producen los llamados “conflictos de intereses”, que obliga a que un tercero administre los bienes -lo que realmente no ocurre, menos aun cuando es ¡tu propio hermano!-, hizo que la empresa “Inversiones Saturno” (creada en octubre de 1988 por los abogados Juan Esteban Correa y Alberto Coddou, este último asesor histórico de Frei Ruiz-Tagle en sus negocios) aumentara su capital milagrosamente de 1 millón de pesos que tenía inicialmente, a 450 millones de pesos, provenientes de recursos aportados por el resto de los socios del grupo, justo dos meses antes de que Ruiz-Tagle entrara en la empresa, por un ya alejado año 87. Hoy la sociedad maneja activos que bordean los 4 a 5 millones de dólares, concentrados básicamente en depósitos a plazo e inversiones inmobiliarias. Claramente lucraron con información privilegiada a través del Estado.

Pero si de aprovechamiento de puestos estratégicos hablamos, como olvidar el caso de otro democristiano que hizo suculentos negocios con Soquimich. El ex senador y hoy imputado por cohecho -junto a Claudio Eguiluz (ex vicepresidente de RN) Jorge Pizarro Soto, quien recibió 11 millones de pesos a su cuenta en el banco Security desde la empresa del yernísimo a través de “Ventus Consulting”, empresa creada exclusivamente para recibir los dineros del ex-yerno de Pinochet , y cuyos dueños son sus hijos Jorge, Sebastián y Benjamín Pizarro Cristi, los que, emitiendo facturas por un total de 45 millones de pesos, justificados falsamente en “asesorías verbales” que supuestamente ellos habrían dado a Patricio Contesse (socio de SQM y mano derecha de Julio Ponce Lerou), financiaron a su padre de manera irregular con platas de Soquimich. Y como serian de falsas esas supuestas asesorías que ni siquiera en las oficinas de SQM los habían visto. Sin embargo, y pese a sus continuas negaciones sobre el financiamiento que recibía por parte de la minera no metálica, lo cierto es que nosotrxs tenemos clarísimo que eso no es así, ya que este cobarde recibía invitaciones del fascista Contesse para viajar en avión privado hasta las instalaciones de la salitrera en María Helena, por lo que nos trae sin cuidado sus mentiras y manipulaciones. Sabemos quién eres y para quien trabajas. Lo que resulta más caricaturesco de todo esto es que no tenga el valor para asumir sus propios actos. Y como va a asumir su responsabilidad, si esta rata cobarde solicitó permiso para salir del país a contar del 17 de septiembre del año 2015, exactamente un día después del terremoto de 8,4° (que incluyo un tsunami que cobro más vidas que el terremoto mismo), para irse hasta Inglaterra a ver un mundial de rugby luego de que la zona afectada fuera, paradojalmente, la que él representa en el Congreso.

Aun así, y pese a toda la evidencia levantada, hay más, pues uno de los cheques pagados por SQM a Ventus (el Nº 45104), fue retirado en la minera por Carlos Tudela García, hijo de Carlos Tudela Aroca (famoso lobista DC). Ambos han sido asesores de los diputados demócratas cristianos: Víctor Torres, Eduardo Cerda, Jorge Sabag, Roberto León (investigado por cohecho tras otra arista de SQM), Juan Carlos Latorre y el machista agresor de mujeres Ricardo Rincón. Probablemente esas asesorías han sido para supervisar los sucios negocios que tienen estas ratas con empresarixs inescrupulosxs, tal y como Carlos Tudela Aroca lo hacía con SQM, pues el mismo se encontraba gestionando uno de los pagos de SQM para la sociedad de los hijos del senador Pizarro, haciéndose parte de la amplia red que tenía Ponce Lerou para financiar a la Democracia Cristiana, ya que esos mismos 6 millones que aparecen en el cheque retirado por su hijo, luego serían ingresados a la cuenta corriente de Ventus el 28 de febrero del 2013. Carlos Tudela García, su padre y su hermana (Daniela) hoy en día se encuentran formalizadxs por la Fiscalía tras haber emitido facturas falsas a SQM.

Y pese a lo descaradas que son las vinculaciones entre Julio Ponce Lerou y la Democracia Cristiana, el gran poder de lobby que mueve el dinero de SQM llego incluso hasta La Moneda. Prueba de ello fueron las fuertes maniobras que hicieron importantes personajes del gobierno como el Ministro del Interior o de Hacienda por intentar ocultar la relación. Así, una de las figuras claves para comunicar el plan de acción que vendría desde el gobierno y que intentaba frenar el destape del caso fue Alberto Cuevas, cercano a la DC y ex abogado del SII, ya que era desde este mismo lugar desde donde se comenzaba a destapar el caso tras la imprudencia del director del Servicio de Impuestos Internos, quien habría permitido presentar una querella contra Patricio Contesse por financiamiento irregular. Sin embargo, los brazos de la moneda llegarían lejos, tanto así que hasta el Tribunal Constitucional se vio inmiscuido para frenar el caso, siendo acogidos los requerimientos por dos demócratas cristianos con amplia trayectoria, el ex subsecretario Gonzalo Garcia y el jurista -y también Presidente del TC (nombrado por Bachelet)- Carlos Carmona, intentando evitar que la querella que buscaba sancionar como delitos el financiamiento irregular que SQM había dado a distintxs políticxs (muchxs de ellxs de la Nueva Mayoría y de la Alianza) llegara a buen puerto, dejando a la Fiscalia de manos atadas y aprobando las sanciones de tipo multa que el SII debería imponerle a la empresa del ex yerno del dictador, en una maniobra que buscaba la impunidad de estxs criminales organizados entre empresas y poderes facticos, como más tarde terminaría ocurriendo con otros casos en los que, luego de una poderosa intervención en el SII, se establecerían como delitos solo la evasión de pequeñxs comerciantes, dejando las sanciones administrativas a lxs colosxs capitalistas a lxs que invitaba a rectificar sus imposiciones a cambio de estas regalías. Todo, gracias al indiscutido apoyo de la Democracia Cristiana.

Sin embargo, lxs empresarixs o las familias acaudaladas no han sido lxs únicxs que han mantenido una estrecha relación que esta mugrosa colectividad. Las tan cuestionadas AFP’s también han sabido estirar sus tentáculos para absorber a lxs tan maleables demócratas cristianxs, pese a que los directorios de estas verdaderas maquinas del fraude estuvieran, en un comienzo, ligados casi al 100% por elementos dictatoriales. Ejemplificador resulta el caso de la precandidata a alcaldesa por Santiago Ximena Rincón, quien en el 2006 pasara a formar parte del directorio de AFP Provida (controlada por un grupo estadounidense). Pero no fue solo ella. También está el caso del exministro de Economía del primer gobierno de Bachelet, Hugo Lavados, quien paso directamente a presidir el directorio de AFP Cuprum, o el caso de la ex subsecretaria de Hacienda de Ricardo Lagos, María Eugenia Wagner, quien también sucumbió ante las tentaciones de Cuprum, siendo parte de su directorio. Hay algo más… Las AFP constantemente han financiado la política en años de elecciones, tanto municipales y parlamentarias, como presidenciales, ¿te puedes hacer una idea de cuál financia a la DC?.

La estrecha complicidad entre capitalistas y la Democracia Cristiana queda totalmente expuesta a lo largo de todo este documento. Personajes como Jorge Awad, militante demócrata cristiano, ex director de la Dirección de Industria y Comercio (Dirinco -antecesora del Sernac-) en el gobierno de Frei Montalva, gerente general de Bellavista Oveja Tome y vicepresidente de Fast Air Carrier durante la dictadura, Presidente de Lan (del grupo Cueto y Sebastián Piñera) entre 1994 y 2012 -época en la que por cierto se monopolizo la industria aeronáutica y se pasó por la raja los acuerdos con el TDLC-, miembro en los directorios de varias empresas públicas como Codelco, TVN y La Nación, y parte de los directorios de más de 40 empresas privadas, entre las que destacan Gacel, Copeva (de su compadre Edmundo Pérez Yoma), Laboratorios Chile y Asfaltos Chilenos, recaudador para la campaña de Eduardo Frei Ruiz-Tagle en 1993, miembro del directorio del Banco de Chile (del grupo Luksic), y Presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif) –puesto desde donde comando la batalla para que la banca no viera truncados sus privilegios tras la reforma tributaria de Bachelet en su segundo gobierno-, son solo un ejemplo más de la simbiosis que existe entre Capital y el PDC.

Lxs demócratas cristianxs han aprovechado sus estratégicos puestos de Poder para lucrar, y si esto no fuera así, sencillamente no se entendería como Carmen Frei (hermana de Eduardo Frei Ruiz-Tagle), quien, siendo educadora de párvulos de profesión, terminara atornillada durante 16 años como Senadora por Antofagasta (1990-2006), o peor aún, fuese nombrada como Directora de Polla Chilena de Beneficencia en mayo de 2014, pese a tener 78 años de edad por Bachelet. Eso, sin mencionar en ese mismo periodo Magdalena Frei Larraechea (hija Eduardo Frei Ruiz-Tagle), fue designada como una de lxs siete directorxs de EFE (Empresa de Ferrocarriles del Estado), dejando asegurado el control del directorio estatal a la DC luego del paso de quien no solo había ejercido en dicho directorio (robando a manos llenas como luego se comprobaría), sino que también en Metro, Ferrocarriles Suburbanos de Concepción, Merval, además de ser el ex gerente general de radio Cooperativa, el democristiano Luis Ajenjo Isasai.

En fin. Para ir terminando, y como se puede apreciar a lo largo de todo este documento, ha quedado de manifiesto que la DC no solo es un eslabón más al servicio de lxs ricxs y poderosxs a quienes protegen en sus tácticos puestos de Poder, sino que también han actuado premeditadamente no solo como dique de contención de las fuerzas de la izquierda radicalizada, sino que en muchos casos la ha combatido abiertamente, como se pudo apreciar durante su política de pacificación de la tutelada democracia pactada.

Por eso, si no les atacamos en los lugares donde convergen, si no les demostramos nuestro infinito odio y desprecio, nunca dejaremos de padecer las miserias que generan el Estado/Capital, ya que mientras sean estas basuras las que nos gobiernen -y no nosotrxs mismxs-, seguiremos sometidxs al régimen capitalista que tanto daño nos hace.

En cualquier caso, que no se nos mal interprete. No creemos en la justicia de la fiscalización, ni en tribunales burgueses, donde la pantomima que pretenden hacernos creer, en la que supuestamente estxs pillxs criminales y terroristas del Estado son juzgadxs, no es más que un show televisado para mantener contentxs a lxs ingenuxs. Por el contrario, creemos en la justicia callejera, la que con su sabia prudencia sabe esperar el momento oportuno para obrar.

Para nosotrxs, todos estos motivos son razones más que suficientes para atacarles. Estas son las motivaciones que guiaron nuestro ataque. Y tengan claro que si atacamos sus sedes y no sus cuellos, fue netamente por un acuerdo común con el resto de lxs compañerxs afines a esta iniciativa y no por falta de méritos o herramientas idóneas.

De esta manera lo dejamos claro. Si lxs capitalistas y/o el Estado son capaces de aunar criterios para aplastarnos, lxs anarquistas también podemos hacer lo mismo, coordinándonos para el ataque directo, pese a las diferencias ideológicas que muchas veces nos separan. Haciéndoles ver a lxs depredadorxs de este sistema, que nos defenderemos.

Esta acción es poco, y lo saben…

¡¡No lo duden, volveremos por más!!
Seguiremos avanzando. ¡La justicia callejera no perdona ni tampoco olvida!
¡A multiplicar los ataques a los centros del Poder!
¡Mientras exista Miseria, habrá Rebelión!

Amigxs de la Pólvora
Núcleos Antagónicos de la Nueva Guerrilla Urbana

[1] “Grupo anarquista se adjudica bombazo frente a sede de la UDI”. La Tercera, 8 de Marzo de 2017.

[2] “Artefacto dejado en el exterior de sede DC en Ñuñoa era explosivo”. Bio Bio Chile, 2 de Noviembre de 2017.

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