Recojo de Insurrection News, traduzco a castellano y difundo el siguiente texto analizando la situación actual en Irán en el contexto de las revueltas que han estado estallando recientemente contra el gobierno neoliberal de Rouhani y sus reformas, las cuales han afectado seriamente a los sistemas públicos de salud, educación y pensiones.
Antes de dar paso al texto, y aunque debería ser obvio, aclaro que no es mi intención (ni la de las personas que lo escriben, me atrevo a afirmar) dar cobertura o apoyo a protestas que en gran medida reclaman un retorno a una serie de garantías de «bienestar» anteriores a estos nuevos ataques del gobierno. No se trata de apoyar la salud pública, o de agradecerle a ningún Estado que permita tener una educación pública en la que formarnos para ser explotades alegremente en un futuro. De lo que se trata es de informarnos y tomar conciencia sobre las revueltas y protestas en Irán, y de cómo estas luchas pueden alimentar las nuestras, desde un enfoque antiautoritario, revolucionario e internacionalista.
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Irán: La clase trabajadora alza la cabeza
Un análisis de la situación en Irán desde una perspectiva anarco-comunista.
Después de que el clérigo “moderado” Hassan Rouhani fuese reelegido en las elecciones presidenciales iraníes de 2017 su régimen, el cual había estado impulsando ideas neoliberales, continuó con el mismo curso. El servicio de salud pública ha sido reducido tanto que ya apenas existe, y el empleo y la seguridad en los lugares de trabajo se han ido. Muchos trabajos son ahora precarios (contratos a corto plazo, etc.) mientras que doctores, técnicos etc. profesionales han visto sus estándares de vida reducidos drásticamente. Aunque a la capital, Teherán, se le ha permitido crecer, muchas ciudades y pueblos regionales han visto deteriorarse sus condiciones, y lo mismo para la provisión de los diversos grupos étnicos dentro de Irán.
Mucha gente ha sido forzada a recortar drásticamente en alimentos que previamente consideraron como esenciales (productos lácteos y carne)*. El desempleo es rampante. Hay toda una franja de gente joven nacida en los ‘80, muches de les cuales son graduades universitaries, que no han podido obtener trabajos, o si lo han hecho es ganando sueldos muy bajos. El desempleo corre al 40% o más entre gente joven.
El año pasado se produjeron varias manifestaciones, mítines y sentadas discretas y de las que se informó poco. Estos incluyen conductores de autobús que apoyan a sus organizaciones independientes, jubilades que protestan contra el aumento de los ataques a sus asignaciones, maestres y enfermeres que protestan contra sus condiciones, y estudiantes que se oponen a la privatización de la educación.
Rouhani impulsó un nuevo plan para pasantías no remuneradas al que les estudiantes se opusieron fuertemente. Un destacado activista entre les conductores de autobuses fue encarcelado y tratado de manera espantosa.
Esta situación se vio agravada por el terremoto del 12 de noviembre. Aquelles que sobrevivieron fueron tratades con desdén por los maderos y funcionarios, lo que trajo una ola de disgusto generalizado entre la población iraní. Esto se agravó aún más por el anuncio del presupuesto anual del régimen de Rouhani. Los daños de los terremotos ascendieron a $ 600 millones, pero el gobierno no proporcionó un programa de reconstrucción, ¡dejando esto en manos de las donaciones individuales! Por otro lado, varios cuerpos de propaganda del régimen recibieron un presupuesto de $ 15. Los precios del combustible se incrementaron en un 50%. No se proporcionaron fondos para los programas estatales de construcción.
Además de ésto, hubo una conciencia creciente de la corrupción y malversación generalizada entre les oficiales del régimen.
Las cosas llegaron a un punto crítico con la primera protesta en la segunda ciudad de Irán, Mashdad, el 28 de diciembre. Esta ciudad es una fortaleza de los mulás y ha sido un paraíso fiscal para los funcionarios del régimen. Al mismo tiempo, se ha visto un gran crecimiento de las zonas marginales.
Parece que la protesta inicial de Mashdad fue iniciada por los fundamentalistas del establishment político opuestos a la línea «reformista» de Rouhani, que está en contra de su apertura de Irán a la inversión extranjera y una línea comparativamente más suave hacia Occidente. Sin embargo, las protestas se extendieron rápidamente desde Mashdad a otros pueblos y ciudades y adquirieron un carácter diferente. Muy implicades en las protestas fueron muches jóvenes, aquelles entre las edades de quince y treinta años, sin trabajo y sin perspectivas de empleo o en situaciones de trabajo precarias. Las protestas se centraron en las condiciones económicas, la corrupción de la élite y el presupuesto. Los eslóganes iniciales de «¡Abajo los precios altos!» pronto fueron complementados por «Abajo con el dictador» y «Muerte a Jamenei» – Ali Khamenei, el Líder Supremo de Irán. Además, muches estaban preocupades por la participación del régimen en la intervención armada en Siria e Irak. Este intento del régimen de aumentar su influencia en la región ha provocado una ira creciente no sólo por las vidas perdidas en estas empresas, sino por la gran cantidad gastada en guerras, mientras que la pobreza y el desempleo aumentan drásticamente en el país. Esto dio lugar a otro eslogan que se cantaba en las calles: «Olvídate de Siria, ¡piensa en nosotres!»
Otro factor en juego ha sido la amenaza del cambio climático con la sequía que afectó gravemente a los cultivos. Hace dos veranos, la ciudad petrolera de Bandar-e Mahshahr experimentó una temperatura de 163 grados Fahrenheit. Se predice que si las emisiones globales no son reducidas drásticamente entonces en 2070 el Golfo Pérsico podría experimentar temperaturas que hagan imposible para les humanes sobrevivir.
Pero las protestas han estado plagadas de contradicciones con los políticos que empujan a la democracia burguesa que intenta secuestrar las protestas, así como a los partidarios del derrocado Sha y diversas corrientes religiosas reaccionarias. Esto fue contrarrestado por muches de les jóvenes que participaron en las protestas. Las consignas reaccionarias que aparecían «Ni Gaza ni Líbano, moriré sólo por Irán» y «Somos arios, no adoramos a los árabes» fueron contrarrestadas con «Desde Gaza hasta Irán, abajo con los explotadores». Otros lemas se referían a la creación de consejos populares y contra la falsa división entre las tendencias reformistas y fundamentalistas del régimen.
Decenas de miles han participado en las protestas y al menos 21 han sido asesinades por las brutales fuerzas de seguridad, y muches arrestades. El régimen reclama su victoria, con el General Mohammad Ali Jafari, líder de los Guardias Revolucionarios, una fuerza paramilitar que ha mantenido al régimen en el poder durante décadas, diciendo “Hoy anunciamos el fin de la sedición”. Sin embargo, desde entonces las protestas han continuado estallando.
El régimen ha intentado acusar a las protestas de estar manejadas por los EE.UU. y sus aliados regionales Israel y Arabia Saudí. De hecho, Trump ha twitteado su “apoyo” a les manifestantes. La emergencia de la clase trabajadora iraní en estas protestas contradice todo ésto. Trump ha supervisado a los ricos en los EE.UU. siendo recompensados con enormes recortes de impuestos. Pagar por esto significa grandes ataques a la asistencia médica, la seguridad social y otros beneficios de asistencia social. Y, por supuesto, están las muchas denuncias de corrupción contra el régimen de Trump. ¿Cuán diferente es la situación de les trabajadores estadounidenses frente a la de les trabajadores iraníes?
De forma similar, el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu ha elogiado a les manifestantes. Una vez más, ¿cuán diferente es la situación de les trabajadores dentro del estado israelí cuando miles protestaron contra la corrupción de la administración de Netanyahu al mismo tiempo que las protestas en Irán?
También tenemos a izquierdistas “anti-imperialistas” repicando, especialmente en los EE.UU., lo que implica que las protestas están manipuladas por la CIA y apoyan tácitamente el régimen teocrático en Irán.
Para nosotres, como anarquistas comunistas, apoyamos las protestas en desarrollo de la clase trabajadora en Irán. La represión podría detener temporalmente este movimiento pero es una señal de que la clase trabajadora se reafirma a sí misma a medida que continúan las crisis en todas las instituciones políticas de todo el mundo, incluso dentro de los partidos de izquierda. La crisis financiera de 2008 resultó en ataques masivos a la clase trabajadora en todo el mundo, ataques a las pensiones y beneficios sociales, la reducción de los servicios públicos, el aumento de las divisiones entre ricos y pobres y una constante amenaza de guerra. Ahora estas presiones están dando lugar a revueltas re-emergentes.
El ayatolá Jomeini era un misógino de primer orden. La Ley de Protección de la Familia promulgada bajo el régimen del Sha fue suspendida y las mujeres una vez más estuvieron a merced de los hombres dentro de la familia. El código de vestimenta islámico se impuso a las mujeres, incluidas las niñas de primer grado en la escuela. Al principio presionando por el crecimiento de la población, el régimen más tarde invirtió esta política y trajo un programa de planificación familiar de gran éxito, que resultó en que Irán tenga el menor crecimiento demográfico en la región. El régimen revirtió esto nuevamente cuando recortó los fondos para el programa en 2012.
La edad del matrimonio para las niñas se redujo a la pubertad, la edad de nueve años bajo la ley islámica. Los castigos de flagelación, lapidación y pago de dinero de sangre se introdujeron en 1981 por delitos como el adulterio y la violación del código de vestimenta islámico.
Los centros de día financiados por el gobierno se cerraron, por lo que es difícil permanecer en el trabajo.
Las mujeres habían jugado un papel importante en la Revolución de 1979. Jomeini usó la cooperación para domar este desarrollo. Se mantuvo el derecho de las mujeres a votar, como era el derecho a participar en las elecciones, y las mujeres ocuparon cargos gubernamentales a nivel nacional y local. Sin embargo, a menudo fueron degradadas o despedidas o se les dio la jubilación anticipada de estos puestos.
Durante los primeros 10 años del régimen teocrático, las mujeres con trabajo cayeron del 13% al 8.6% de la población. La guerra Irán – Irak significó que las mujeres se presentaran como enfermeras, doctoras y otros roles de cuidado. Rafsanjani, uno de los fundadores del régimen, pudo movilizar los votos de las mujeres y se describió a sí mismo como un liberal comparativo en lo que respecta a los derechos de las mujeres. Fue él quien instaló el programa de planificación familiar. Estas políticas continuaron bajo el mandato del siguiente presidente, Mohammad Khatami. Con la llegada al poder de Ahmadinejad estas tendencias fueron revertidas. El programa de planificación familiar fue cerrado.
Bajo Rouhani, se permitió un relajamiento de las actitudes con respecto al código de vestimenta, pero esto fue en contra del movimiento de las fuerzas de seguridad para reprimir cualquier desarrollo del feminismo. Pero ahora las mujeres se están involucrando en las protestas. Una valiente mujer se quitó su hijab durante una protesta reciente y lo agitó en un palo para protestar por el código de vestimenta. Esperamos que esto sea un signo de lo que vendrá. Una revolución exitosa en Irán depende completamente del rol de las mujeres dentro de ella. La liberación de las mujeres debe ser un motivo principal de esa revolución.
El gobierno de los mullahs ha durado casi cuatro décadas. Se basa principalmente en el sometimiento de las mujeres y de la clase trabajadora. La próxima vez que la clase obrera entre en acción en Irán, tiene que barrer a los mullahs, ya sean «fundamentalistas» o «reformistas».
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* Nota de La Rebelión de las Palabras: Soy consciente de que el texto contiene una carga especista al referirse a los alimentos basados en los lácteos y la carne. No obstante, he pensado que el texto merecía ser traducido y discutido al margen de este detalle, aunque tampoco he querido pasarlo por alto sin matizar que creo que es importante introducir un debate sobre la necesidad de dejar a un lado la explotación animal y de aprovechar los momentos de mayor eclosión de las revueltas contra las condiciones de nuestra explotación para ver la esclavitud a la que sin embargo nosotres mismes sometemos al resto de animales diariamente y tratar de tender puentes. Sobre todo si dentro del análisis del presente texto, se hace referencia a la amenaza del cambio climático como un importante factor de riesgo en juego en el detrimento progresivo de las condiciones de vida de la clase trabajadora iraní. No olvidemos que una de las causas principales, por no decir la mayor, del calentamiento global es precisamente la industria cárnica y la ganadería intensiva y no podemos hablar de reducir las emisiones globales ni de cuidar el entorno sin hablar de poner fin a la explotación especista y a todo el modelo de la sociedad industrial que provoca esta y otras muchas nocividades.