«Fuera fascistas del antiespecismo»
Les compas de Contagio Antispecista son un colectivo antiespecista y antiautoritario de Italia que actúan en la lucha por la liberación animal desde una perspectiva revolucionaria e interseccional. Como parte de su gran labor, llevan tiempo señalando y exponiendo los vínculos de distintas organizaciones animalistas y ecologistas italianas con distintos partidos y organizaciones de la extrema derecha, fascistas y neonazis.
Italia es uno de los países europeos donde la escoria fascista utiliza los entornos de lucha contra el especismo y contra la devastación ecológica (a cuya naturaleza original no podrían ser más ajenos) para intentar captar seguidores y promocionar su discurso, mientras que, por desgracia, la oposición a su presencia sigue siendo minoritaria, primando en cambio las posturas ambiguas y mediocres que alegan que «la política va aparte» porque «lo que importa» es que «están luchando por los animales» (algo que ni siquiera son capaces de hacer sin contradecirse). Este es un problema que también hemos vivido en el Estado español, aunque afortunadamente a una escala mucho menor (de momento…).
A continuación, traduzco a castellano desde la versión en inglés publicada en Insurrection News (a partir del original en italiano publicado en el blog del colectivo Contagio Antispecista) un nuevo texto acerca de la infiltración fascista en los movimientos animalistas y ecologistas italianos, y que me ha parecido interesante porque expone los lazos de varias organizaciones animalistas con la extrema derecha, por mucho que intenten blanquearse con su oportunismo «animalista».
Fascistas, «veganos» o carnacas seguís mereciendo que os pisen la cabeza.
¡Fuera fascistas, racistas, machirulos, maderos y demás escoria autoritaria del movimiento antiespecista!
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El fascismo ha estado siempre claramente presente en la dinámica democrática, pero, la mayoría de las veces, históricamente ha sido muy poco seguido por las masas.
Hoy en día es diferente.
La extrema derecha, para obtener consenso, se mueve masivamente detrás del escenario.
Un ejemplo de ésto es la infiltración por parte de los fascistas en el mundo del activismo por los derechos de los animales el cual, sólo en Italia, tiene cientos de miles de simpatizantes.
Escondidos en su disfraz, camuflados entre los entornos conformistas, fomentados por una aceptación pasiva (tanto como culpable) de un clima represivo en constante aumento, resurgió marcado por la habitual actitud de escuadrón intolerante, xenófoba y sectaria, encontrando una fácil proliferación en entornos y entre individuos y grupos que se definen a sí mismos como «apolíticos».
Y si en este punto estamos familiarizades con los nombres y símbolos de viejos y nuevos conocidos, la situación difiere en esos subgrupos que, manejados directamente por la extrema derecha, son de algún modo capaces de infiltrarse en los entornos ecologistas y por los derechos de los animales (explotando y distorsionando la naturaleza misma de la lucha por la liberación animal) ocultos tras logos cautivadores, nombres engañosos y palabras vacías que son desconocidas para ellos: respeto, solidaridad, libertad, igualdad.
El Movimento Animalista de Brambilla, a todos los efectos un partido satélite de Forza Italia, así como una herramienta funcional para la búsqueda desesperada de trampolines electorales fáciles en un intento de revivir personajes olvidados, es solo una de las últimas expresiones de esas derivas que ven a 100% Animalisti como sus pioneros.
Originados a partir de Forza Nuova, 100% Animalisti dieron lugar luego a Fronte Animalista, entidad alrededor de la cual orbitan grupos que se definen a sí mismos como apolíticos, como Cani Sciolti, Iene Vegane y Meta, pero que no desdeñan las 
colaboraciones con la derecha.
Tras la bandera del apoliticismo y de la independencia de partidos políticos, sustentándose a sí mismos a través de expresiones ahora comunes como «los animales no están interesados en la política», «para los animales todo vale», el grupo 100% Animalisti hace proselitismo desacreditando a la lucha antiespecista, invitando a la gente (en su página web) a sospechar de aquelles que se definan a sí mismes como antiespecistas: «detrás de esta palabra se encuentran los profesionales de la política roja», ignorando que el antiespecismo se originó a partir de una costilla del movimiento anarquista.
«… no confiéis en nadie que defienda sólo a perros y gatos, para 100% Animalisti todos los animales son iguales.» (tomado de su página web)
Incluso si durante una de sus incursiones (de la cual proponemos ver el vídeo) en el ex-criadero Harlan, en Correzzana, se puede escuchar la voz de un activista que invita a otros activistas a irse porque «sólo» hay ratones en las jaulas…
Bajo el control de Casa Pound, además del Blocco Studentesco y de la organización de montañismo La Muvra, está La Foresta che Avanza: grupo ecologista que tras un nombre cautivador y usando los colores de la anarquía verde, promueve y difunde ideologías gubernamentales y jerárquicas, las cuales no tienen nada que ver con la lucha por la liberación de la Tierra.
También hay que mencionar a Memento Naturae, enésima entidad que no está posicionada políticamente, pero que a lo largo de los años (como se señala en el dossier Conoscerli per Isolarli) además de colaboraciones con el grupo nazi suízo Ofensiva Animalista, a menudo se manifestaron junto con asociaciones como Roma Por los Animales, Instinto Animal, PAE (Partido Animalista Europeo) y Amnistía Animal.
Con esto no estamos afirmando que estos últimos sean un grupo de deriva fascista, pero la tendencia políticamente indiferente es también un resultado de la falta de oposición por muchas entidades de derechos animales, que de esta forma facilitaron y apoyaron las infiltraciones arriba mencionadas.
Lealtà Azione, grupo neofascista emergente, además de Bran.Co Onlus, Lupi delle Vette (grupo de senderismo afín a las líneas del CAI), Memento, Wolf of the Ring (división deportiva), controlan también I Lupi Danno la Zampa: entidad de derechos animales que a lo largo de las últimas semanas está organizando campañas de alimentación para los animales en las tiendas de mascotas Arcaplanet en diferentes ciudades, incluyendo Florencia y Udine.
A pesar de la protesta inmediata de muchos clientes, Arcaplanet (como lo demuestra la siguiente imagen) refutó los reclamos en su contra, apoyando las acciones de estos grupos y subrayando que todas las asociaciones son bienvenidas ya que siempre se ponen de lado de los que aman a los animales, ignorando que los seres humanos son en sí mismos animales.
Ofrecer espacios a estos grupos significa apoyarles, contribuír directamente a esta nueva ola fascista, permitir su penetración en cada entorno.
El antiespecismo es antifascismo, como el antifascismo debe necesariamente contemplar el antiespecismo hacia la destrucción de cualquier dinámica de poder, dominación y opresión de seres vivos.
