Según ha trascendido en la prensa burguesa y también en redes sociales, un joven de 18 años que había sido detenido por los Mossos d’ Esquadra por un presunto delito de hurto en la zona de Vistalegre, «apareció muerto» en la comisaría de Ciutat Vella. La versión que han dado los maderos, como siempre, dice que el joven «se empezó a encontrar mal» (qué casualidad que toda la gente que horas después muere en comisaría «se empiece a encontrar mal» tras ser detenida) tras ser identificado y que le llevaron al CUAP Pere Camps, tras lo cual, una vez regresó a comisaría, el joven «sufrió una indisposición». Algunas fuentes dicen que sufrió «un paro cardíaco», pero los medios de comunicación dicen que el chico estaba en la sala de identificaciones y que un madero «se lo encontró» tirado en el suelo, sin conocimiento y con una herida en la cabeza. Estas contradicciones entre las versiones que circulan de un mismo hecho también son una «casualidad» de lo más frecuente en estos casos. En esa habitación hay cámaras que supuestamente graban 24 horas al día (pero, qué casualidad, los maderos necesitan «abrir una investigación» y «esperar a la autopsia» porque las cosas no están lo suficientemente claras).
No nos creemos la versión policial. Nosotres mismes hemos sufrido en nuestras carnes los golpes y los malos tratos de los maderos en comisaría, y son ya demasiados casos como éste para seguir creyendo en las «coincidencias», en las «casualidades», en los «accidentes». No se nos olvidan las torturas en comisaría, como lo ocurrido en la comisaría de Les Corts, ni las palizas a inmigrantes y vecines en las calles del Raval y de otros barrios precarios de Barcelona, ni el asesinato de Juan Andrés Benítez, vecino del Raval, apaleado hasta la muerte por los Mossos, no nos olvidamos del joven detenido en Manresa el 1 de enero de 2012, que murió en el hospital tras recibir una brutal paliza de los Mossos mientras estaba esposado, ni del asesinato de Juan Pablo Torroija que vivía okupando en Girona cuando fue detenido por los Mossos y murió el 14 de julio de 2012 tras recibir una paliza de los maderos, ni tampoco se nos olvida el nombre de Patricia Heras y de tantes otres empujades a la muerte, o asesinades directamente, por un cuerpo policial sobre el que pesan sentencias firmes que les reconocen como un puñado de asesinos y torturadores.
No sois más que escoria.
Maderos, Cobardes, Asesinos, lo pagaréis caro…