En un momento clave, en el que el Caso 4-F vuelve a estar en primera línea de actualidad devolviendo a la opinión pública la cuestión de las torturas policiales en el Estado español, y ahora que otro caso se destapaba recientemente involucrando otra vez a agentes de la Guardia Urbana, los Mossos d’ Esquadra, por lo visto, han querido lucirse también, con un nuevo ejemplo de su «diplomacia», esa con la que juran «servir y proteger» a aquellas personas a las que pegan, maltratan, increpan, amenazan y, en ocasiones, matan o encierran durante años, porque cometen el «tremendo error» de rechistar ante sus abusos.
Recojo del blog de lxs compas de Abordaxe! el siguiente vídeo, captado por un vecino del parque de Pou de la Figuera, en Barcelona, donde se ve cómo cuatro agentes de los Mossos d’ Esquadra, de la unidad de Seguridad Ciudadana de la comisaría de Ciutat Vella, pegan una brutal paliza a un hombre porque les exige el número de placa. Menos mal que velan por la «Seguridad Ciudadana»… ¿Os imagináis cómo actuarían si su objetivo llega a ser la Inseguridad Ciudadana? ¡Vaya peligro!
Tras el vídeo, añado también un artículo tomado del semanario alternativo La Directa, acerca de estos mismos hechos, y que arroja más luz sobre lo ocurrido (artículo tomado por mí de Abordaxe! y traducido desde el galego). Antes de dar paso al material, quisiera no obstante acabar destacando varios detalles, a raíz de algunas de las hilarantes declaraciones surgidas desde distintos organismos y apéndices estatales.
En primer lugar, que tras la emisión del vídeo que veréis a continuación, el así llamado «valedor del pueblo» dijo que abrirá una actuación de oficio para determinar el PRESUNTO uso desproporcionado de la fuerza por los agentes. Tiene tela que den presunción de inocencia al abuso policial en este caso cuando el vídeo pone más que de relieve la evidencia de los hechos.
En segundo lugar, que Albert Batlle, director general de la policía catalana, destacase un presunto robo a manos del joven torturado, como excusa patética para intentar justificar lo injustificable, al no poder continuar omitiendo o negando los hechos tras hacerse público el vídeo. ¿Para qué revisar los actos delictivos de tus propios mercenarios cuando puedes desviar la atención e insinuar, sin prueba ni indicio alguno de ello, que el Ipad que el joven tendría con él era robado?
En tercer lugar, el hecho de que Albert destacase ante la prensa, alternativa y burguesa, la nacionalidad dominicana del joven agredido, sumando un factor racista y xenófobo al asunto. ¿Importa acaso que el chaval sea dominicano, japonés o de las jodidas Islas Seychelles?
Como siempre, la prensa corporativa dice que se ha abierto un sumario interno aquí, y una actuación de no sé cuántos allá, y, al final, todo queda en palabras. Los torturadores siguen campando a sus anchas por la calle, armados y con total libertad para pegar, manipular y salir impunes de ello.
¡Vosotros sois los terroristas!
¡La policía tortura y asesina!
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Reincidencia en la violencia policial en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona
Los hechos ocurrieron este miércoles 28 a las 22:45 de la noche en el parque de Pou de la Figuera, cuando un joven de 20 años era identificado por una pareja de agentes de una patrulla motorizada de Mossos d’Esquadra adscritos a la unidad de Seguridad Ciudadana. «Yo pasé por su lado, hacía diez minutos que el joven estaba retenido, los agentes le pidieron su DNI para identificarlo», así comienza el relato de un residente en la zona, testigo oral y visual de los hechos, que afirma que estos episodios de identificación aleatoria son muy comunes y «generan malestar entre lxs vecinxs». Al poco de finalizar la «filiación», el joven se dirigió a los agentes para reclamar que le enseñasen sus números de placa. Los policías se niegan y, cuando el joven ya se marchaba, llegó otra pareja de agentes en un coche patrulla, y comenzó la agresión.
En aquel momento, de manera muy brusca -tal y como muestran las imágenes del vídeo- los cuatro agentes se abalanzan sobre la víctima agarrándolo por la cabeza y retorciéndole el pescuezo, mientras le propinan puñetazos y patadas. Diversxs vecinxs de la zona comienzan a gritar «¡Asesinos, asesinos!», «¡Estáis siendo grabados, os está grabando todo el barrio!», «¡Hijos de puta!», mientras se escuchan los gritos y gemidos del joven. Durante los dos minutos de la grabación, se ve cómo desde los balcones algunxs vecinxs continúan gritando contra los policías y, desde la calle, una chica intenta acercarse a los agentes para recriminarles la desproporcionada acción, pero su compañero la coge del brazo para disuadirla. En la escena aparece una tercera pareja de agentes, y es entonces cuando lo introducen esposado en el coche patrulla.
Todo ello pasa a pocos metros de donde hace nueve años se viviera el grave episodio relatado en el documental Ciutat Morta. De hecho, los agentes actuantes pertenecen a la unidad de seguridad ciudadana de la comisaría de Ciutat Vella, un subgrupo de la policía que se hizo tristemente conocido por la paliza mortal de hasta 11 mossos a Juan Andrés Benítez (aquí vídeo de la paliza y más información en este blog). En la tarde del jueves, 20 horas después de los hechos, dos vecinxs del parque de Pou de la Figuera consultadxs por La Directa aseguraron que el joven vive en el barrio, tiene 20 años y que no habían sabido nada de él ni de su estado de salud desde el día anterior, «suponemos que aun está detenido».
Después de la emisión de las imágenes, fuentes oficiales del departamento de interior confirmaban que la división de asuntos internos abrió una «información reservada» para comprobar si la actuación de los agentes fue correcta y, en función de su análisis, adoptar las «decisiones oportunas». Además, el valedor del pueblo catalán «Sindic de Greuges» abrió una actuación de oficio para investigar el «presunto uso desproporcionado de la fuerza».
Según interior, el joven era «sospechoso» de haber «robado un Ipad»
Albert Batlle, director general de la policía catalana, compareció delante de la prensa y aseguró que la detención del joven fue por el presunto delito de atentado a la autoridad, por resistirse a que le requisaran un Ipad. Según Batlle, «era sospechoso de haber robado el Ipad» pero reconoció que no se le imputó este delito. Ante las preguntas de lxs periodistas, Batlle no aclaró si el Ipad era del joven, si lo iba a vender o si lo había robado, y dio por posibles las tres versiones. El director general, además, quiso puntualizar que el joven es de nacionalidad dominicana y tiene 22 años.