El pasado sábado 9 de febrero, el partido ultraderechista VOX organizó un mítin con la intención de presentar su candidatura a las elecciones municipales también en la provincia de Pontevedra, en Galiza. El acto, del que no revelaron la ubicación hasta el último momento con la obvia intención de dificultar todo lo posible la movilización de una respuesta, tuvo lugar en la Finca Batacos (donde suelen celebrarse bodas y otros eventos y que es propiedad de la empresa del restaurante Mochi; desde ya señalamos a ese negocio como cómplices del fascismo de Vox y animamos al boicot general así como a tomar por otro lado las medidas que cada cual estime oportunas). A pesar de todo, su repugnante encuentrillo fascista no estuvo exento de sobresaltos, y las personas propietarias de al menos 50 de los vehículos estacionados en la finca tuvieron que volverse a casa en autobús o caminando porque se encontraron las ruedas rajadas y algunos, además, con rayazos en la carrocería. Las «personas» asistentes al acto ultraderechista no tardaron en lloriquear por redes sociales exigiendo medidas contra les autores de los sabotajes.
Por el momento, que sepamos, no se han producido detenciones, aunque la policía nacional afirmó, a través de la prensa burguesa (buscadlo vosotres, nosotres preferimos no enlazar ni dar cobertura ni espacio a los medios de «comunicación» que le lavan la cara y le hacen la cama al fascismo), que señalan como principal sospechoso a un hombre, vecino de la cercana localidad de Salcedo, y al que varios testigos afirman haber visto, supuestamente, cometiendo tan afortunada travesura, intentando retenerle pero sin éxito con lo que fueron a chivarse a los maderos, que dicen que todavía no le han localizado. Por su parte, se han interpuesto hasta 9 denuncias por estos hechos en la comisaría de la Policía Nacional de Pontevedra.
¡Llamad al seguro, escoria!
Al fascismo y sus cómplices ni un milímetro de espacio, ni un segundo de respiro.