Ayer, el partido de extrema derecha Vox convocó una manifestación en Barcelona, que fue respondida con una concentración antifascista en la que se produjeron enfrentamientos con los Mossos d’Esquadra que escoltaban a los fascistas. Durante los disturbios, con calles bloqueadas por barricadas ardiend0 y cargas policiales en los alrededores de la Plaza de España, fueron detenidas 7 personas, según fuentes de la prensa (por la cual nos hemos enterado ante la falta de una información más próxima a les implicades en la protesta, pero a la que, por supuesto, damos la escasa «credibilidad» que merecen). 2 de estas personas serían menores de edad, por lo que su caso pasó a manos de la Fiscalía de Menores, mientras que las 5 personas restantes pasaron a disposición de los Juzgados de Instrucción de guardia 14, 15 y 16. Finalmente, y hasta donde hemos podido averiguar, cuatro de elles habían quedado en libertad con cargos y con medidas cautelares (obligación de comparecer periódicamente ante la «autoridad judicial»), mientras que la persona restante, una mujer de la que no han trascendido más datos, fue enviada a prisión preventiva, comunicada y sin fianza, acusada en principio de atentado a la autoridad con objeto peligroso.
Por nuestra parte, no debería ser necesaria justificación alguna para el ataque contra la policía por proteger una manifestación que pretende promover los mismos valores reaccionarios que cuestan la vida a tantas personas por el simple hecho de no encajar en sus normas. Las personas migrantes y racializadas, las personas LGTBI, las personas neurodiversas, las mujeres, y especialmente, las precarias que no pueden permitirse buscar una solución al aborto fuera de nuestras fronteras, y por supuesto, todas las animales no-humanas que escoria como Vox pretende someter a una violencia todavía mayor protegiendo negocios asesinos como la caza o la tauromaquia. Además, no podemos olvidarnos del desprecio de Vox a las distintas identidades culturales presentes en la Península, y su constante rechazo a toda expresión popular, social o cultural ligada a las culturas galega, vasca, catalana, con su chovinismo españolista siempre a flor de piel. No podemos olvidar tampoco el amparo de Vox a elementos fascistas y neonazis condenados, como por ejemplo José Ignacio Vega Peinado, antiguo cantante del grupo musical neonazi Klan, vinculado a organizaciones neonazis y ultraderechistas como Acción Radical y España 2000, y que fue condenado entre otras cosas por dejar inválido a un profesor de la Universidad de Valencia de una brutal paliza o por golpear a un joven en la cabeza con un gato hidráulic0 que, a consecuencia de la agresión de Vega Peinado y sus compinches, tuvo que pasar hospitalizado casi 2 años (547 días), no pudiendo recuperarse y quedando con parálisis del lado derecho, dificultades en el habla, epilepsia y otras discapacidades. Según los demócratas y demás hipócritas liberales, esta es la clase de basura a la que «tenemos que respetar». No hay respeto para los enemigos de la libertad.
Nosotres no estuvimos en Barcelona ayer, pero tenemos muy clara una cosa, y es que ni respetamos, ni toleramos, ni tenemos ninguna intención de iniciar un debate ni de acercar posturas con el fascismo, ni tampoco con sus defensores y falsos críticos. Dialogar con el fascismo significa asumirlo como interlocutor válido y por lo tanto reconocer como debatibles ideas que no lo son en absoluto, porque son formas de discriminación estructural que atentan directamente contra la integridad de las personas por diferentes marcadores arbitrarios de su condición (raza, género, lugar de procedencia, forma funcional, identidad sexual…). Por eso, no hay absolutamente nada de lo que hablar o que discutir. Del fascismo sólo queremos su muerte y sus cuerpos ardiendo en la calle junto con el resto de este mundo asqueroso, así como también los cadáveres del Capital al que sirven, del Patriarcado que les articula y del Estado y la Democracia que les blanquean.
«El fascismo no se discute, se destruye»
Solidaridad con la luchadora encarcelada y con el resto de personas detenidas.
¡La autodefensa y la violencia contra el fascismo SIEMPRE son legítimas!