Hoy, 12 de agosto de 2019, se cumplen 2 años desde que Heather Heyer, activista antifascista y antiautoritaria, fue asesinada en Charlottesville, en el estado de Virginia, EE.UU., cuando participaba de una contramanifestación para intentar detener otro acto a favor de la supremacía blanca organizado por varias formaciones neonazis y de extrema derecha bajo el lema «Unite The Right!» (Unir a la Derecha), en la que se pretendía, según palabras de sus convocantes, «unir al nacionalismo blanco» y en la que sus participantes, armados, gritaron consignas racistas y LGTBIfóbicas mientras portaban banderas con esvásticas y estandartes confederales.
Durante los enfrentamientos que estallaron cuando los fascistas y la policía que les escoltaba atacaron la contramanifestación (dejando más de 30 herides), uno de los fascistas, el miserable James Alex Fields Jr., regresó a su coche y lo estrelló contra un grupo de contramanifestantes, atropellando e hiriendo de gravedad a al menos 19 personas y asesinando a Heather.
Aquí se puede ver el momento en el cual James Alex Fields Jr. lanza su coche contra la manifestación antifascista (el aviso de contenido se explica por si solo, pero por si acaso, recomendamos ver con cuidado):
El asesino fue detenido, acusado de homicidio en segundo grado junto a 19 cargos más por lesiones en diferente grado, y condenado a cadena perpetua tras declararse culpable. Nosotres sabemos que las prisiones no son la solución al fascismo, porque son parte de la misma estructura de dominación que utiliza al fascismo de arma de choque en momentos de crisis y vulnerabilidad y a la que el fascismo también representa. Por eso, nos dan igual las condenas de los tribunales del Estado, que también perpetúan las normas y jerarquías que articulan la supremacía blanca y la desigualdad racial, social y de clase de la que se derivan crímenes como éste. Por el contrario, la mejor manera de honrar y recordar a Heather y al resto de compañeres asesinades por el fascismo en dictadura y en democracia es continuar luchando contra toda autoridad.
Por Heather y por todes les demás.
El fascismo no se debate, se destruye.