«Hay días y noches, ciudades y personas, y bajo todo ello una guerra incesante…» -Grecia, diciembre 2008.
Barcelona, más que una ciudad, una marca, un «establishment».
El documental Oscuros Portales, realizado por Falconetti Peña en 2011, pretende indicar el punto donde se cruzan las realidades de la prostitución y la especulación inmobiliaria en Barcelona, a través de un análisis de la normativa de civismo aplicada sobre el Barrio Chino, en el que las voces protagonistas son las propias trabajadoras sexuales de la calle, envueltas en una guerra donde son atacadas por varios flancos. Desde universitarios, intelectuales y modernxs artistillas contemporánexs que tratan de colonizar el barrio con su mierda de decorado «alternativo», hasta el sector turístico y comercial, todxs luchan por apropiarse de sus calles, y actúan por la expulsión de aquellas insolventes, indeseables, indeseadas, que lo habitan, que lo viven y que lo sufren. Mujeres ellas cuya historia fue y sigue siendo tergiversada y manipulada por intereses diferentes que tratan de sacar su tajada en esta patética fiesta de disfraces. Ellas, las juzgadas y hechas parte de una experimento sociológico que despersonaliza y donde las personas no cuentan nada, donde no existe intervención humana y esas prostitutas dejan de ser mujeres buscándose la vida para pasar a ser problemas y situaciones de conflicto en los barrios donde la casta más alta de la metrópolis catalana pretende situar sus negocios inmobiliarios y sus planes de gentrificación, convirtiendo lugares llenos de vida en espacios hieráticos, repletos de escaparates, consumidores y cámaras de vigilancia, pero en los que no se puede vivir y donde todo lo que no encaje en el ideal de ciudad impecable capaz de competir en los rankings europeos, debe ser marginado, perseguido y reprimido, para que la Karcelona post-olímpica esté al gusto de los nuevos ricos.
Así, veremos cómo a través de las campañas fabricadas por las principales industrias mediáticas de la mano de diferentes partidos políticos y administraciones se diseña un modelo de ciudad que se ceba con las mujeres de la calle, dispuestas a luchar no por sus callejones, sino por su dignidad.
¡El civismo aliena!
«En el callejón de las perdidas
el fogonazo de tu tinte
incendia oscuros portales
descascarillados por siglos
de voces roncas.
Tu guiño certero,
y el furtivo contacto
de tu sonrisa,
hacen saltar las alarmas
de los que tienen una caja,
de ahorros,
por cerebro.
Asaltas los cielos en cada gesto.»
[vsw id=»w7WQq5SOsXU» source=»youtube» width=»425″ height=»344″ autoplay=»no»]