Chile – De cara a las Jornadas de agitación por los compas del Caso Security. ¡La solidaridad es más que palabra escrita!

Compañerxs de Chile lanzaron la propuesta de unas jornadas de agitación del 14 al 25 de marzo en solidaridad con los compañeros del Caso Security, de cara a su juicio. En el correo electrónico recibí la proposición para sumarme al comunicado y apoyarlo, lo cual acepto reconociéndome en la propuesta y llamando a quien lo desee a solidarizar con los compañeros desde sus propios medios y como puedan, sin jerarquizar un tipo de acción sobre otro y aportando con humildad y sinceridad rebeldía, calor y apoyo. Desde un programa de radio libre, una pancarta, unos carteles, una publicación informativa sobre el caso o unos panfletos circulando por tu barrio si no te ves capaz de una acción más potente hasta los ataques más o menos contundentes a los símbolos del capital y el Estado, que los compañeros sientan el apoyo y el cariño que como revolucionarixs les tenemos y que ningún/a rebelde esté solx.

Al final del comunicado, dejo también el banner realizado para la ocasión y pronto se habrá creado un blog para reunir todo lo relativo a esta convocatoria y su desarrollo.

Cabo Luis Moyano ¡accidente laboral!
¡Fuerza a los compañeros del Caso Security Marcelo Villarroel, Freddy Fuentevilla, Juan Aliste Vega y Carlos Gutiérrez Quiduleo!
¡Que prenda la mecha de la revuelta!

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Ante juicios de la inquisición democrática…. En permanente Actitud de Combate al poder

Jornada de Agitación Solidaria Internacionalista del 14 al 25 de Marzo del 2014 ante el juicio contra los compañeros Freddy, Marcelo y Juan por el Caso Security.

«Porque ninguna cadena será perpetua, y ninguna cárcel de «alta seguridad» – Claudia López Benaiges.

Un asalto, un policía muerto y las campañas de exterminio.

«A veces sale caro defender a los ricos»- Alexander M. Jacob.

El 18 de octubre de 2007 se produce un asalto a una entidad bancaria ubicada en pleno centro de Santiago, el Banco Security. Carabineros cierra el perímetro de la sucursal con el objetivo de dar con los participantes en el hecho. Así en un control a una motocicleta, se produce un enfrentamiento armado y Luis Moyano, cabo de Carabineros, cae muerto en el lugar. Otro funcionario policial resulta herido.

Santiago Centro se convulsiona y la cacería se desata en venganza. El departamento de inteligencia de Carabineros hace un rápido balance de la orquestación táctica del atraco, caracterización de los participantes, tipo de armamento y repliegue. Tras rápidos análisis lanzan la sentencia: los autores son ex-miembros de un grupo subversivo.

Con una poderosa campaña mediática el caso se difunde rápidamente, prestando declaración ante la prensa tanto la viuda como los hijos del cabo Moyano. Los honores oficiales envuelven la figura del carabinero y las amenazas contra los participantes en el asalto van difundiéndose sin mayor disimulo.

En cosa de un mes es detenido uno de los presuntos participantes en el atraco. Tres días después de la detención entrega los nombres y fotografías de los supuestos miembros del grupo. Este testimonio, construido desde, para y por los entramados del poder, es bendecido con una validez total, transformándose en prueba irrefutable ante la sociedad.

Los rostros de Freddy Fuentevilla, Juan Aliste, Marcelo Villarroel y Carlos Gutiérrez Quiduleo son expuestos y analizados por la prensa, se habla de peritos biométricos y análisis criminológicos de mayor nivel.

La policía hace circular teléfonos a donde llamar para entregar información, se insta a la población a delatar cualquier movimiento o aparición de los ya declarados culpables. Se lanzan amenazas por la prensa y el mensaje entre líneas es claro: los quieren muertos.

Se producen allanamientos a los domicilios de los compañeros, de lxs familiares y parejas. Pero ni rastro de ellos. El cerco policial se extiende pero no logra encerrarlos. La consigna lanzada por el poder queda establecida, los compañeros no sobrevivirán si son encontrados.

Órdenes de captura: ¿Hacia quiénes van?

«Hemos elegido el peso de nuestras elecciones y no tenemos la intención de ablandar nuestras decisiones» – Conspiración de Células del Fuego

La lista de nombres y fotografías mostradas por los voceros del poder como partícipes del asalto al banco busca fortalecer el imaginario de «delincuente ex-subversivo». Eliminar cualquier motivación de lucha, aislarlos políticamente de entornos de combate y situarlos marginados y sin continuidad histórica alguna. Pero los compañeros no sólo tienen pasado de lucha, sino también presente y por cierto futuro. Los 4 sindicados como partícipes en el asalto al banco son activos rebeldes que mantuvieron el combate y enfrentamiento durante la transición democrática, sin hacer distinción ante el cambio de ropajes -de uniformes a costosos trajes- a la hora de ejercer la autoridad y administrar el Estado/Cárcel/Capital.

Con sus particularidades y subjetividades, cada compañero aporta a un flanco de la lucha articulándose así distintas realidades. Como ellos mismos se definen:

– Freddy Fuentevilla: ex militante del MIR, activo anticapitalista autónomo.

– Carlos Gutierrez Quiduleo: ex militante lautarino, activo Weichafe.

– Juan Aliste: ex lautarino, activo anticapitalista subversivo.

– Marcelo Villarroel: ex lautarino, subversivo autónomo y libertario

Presentes en mil instancias, los compañeros asumen la clandestinidad ante las amenazas de muerte lanzada por los voceros del poder y una cacería desatada por parte de las fuerzas de seguridad que orquestaban el escenario perfecto para buscar su aniquilación física y legitimar el exterminio de revolucionarios.

Freddy y Marcelo son detenidos en Argentina el 15 de Marzo de 2008, siendo procesados y encarcelados por porte de arma de fuego, conociendo las prisiones argentinas. Sometidos a régimenes de castigo y aislamientos demenciales, con largos periodos de encierro revertidos con la continua resistencia manifestada en combate cotidiano y milimétrico a la locura de vivir sin luz natural ni artificial ni patio donde caminar… Generando la figura del aislamiento dentro del aislamiento por razones de seguridad, que es lo que posteriormente continúa en Chile, pero validado en el régimen de Máxima Seguridad invisibilizado dentro lo que generalmente se conoce como Cárcel de Alta Seguridad.

Cuando los compañeros cumplen la mitad de la condena son expulsados a Chile. Por su parte Juan es detenido, también en Argentina, el 9 de julio de 2010, y es expulsado inmediatamente, dejado en bandeja ante la justicia chilena.

Carlos, consigue mantenerse prófugo hasta ser detenido en territorio mapuche el 28 de noviembre de 2013.

Cada compañero se mantiene firme en las opciones de vida elegidas, en las decisiones de combate fortalecidas por los años y trazadas por las innumerables vivencias de la dureza de la represión pero también de la alegría y el amor en revuelta. Rechazar los valores del poder y la servil monotonía no es una decisión pasajera o momentánea, sino una inquebrantable continuidad.

Laberintos judiciales de un aniquilamiento burocrático.

«Mi detención revela los temores al fantasma de la resistencia. Mi detención resulta de la voluntad de aniquilar todo rastro de alternativa radical a la verborrea hemipléjica y a las comedias de ruptura con el sistema y sus suplicios. A pesar de todo, la lucha continúa.» – Jean Marc Rouillan

La colaboración de los Estados chileno-argentino para lograr la captura de Freddy, Marcelo y Juan, reflota el plan antisubversivo conocido como Operación Cóndor, implementado por las dictaduras en Latinoamérica.

Así entonces con la llegada de Freddy y Marcelo a las cárceles chilenas el proceso judicial se inicia, esta vez enmarcado en la justicia militar a cargo del funesto fiscal Reveco, reconocido compinche de torturadores y linchamientos jurídicos en dictadura. Una vez detenido Juan y expulsado a Chile, el compañero es sumado a la misma investigación que Freddy y Marcelo, todos bajo fiscalía militar.

En el ámbito carcelario Juan, Freddy y Marcelo permanecen separados en los 3 módulos con que cuenta la Cárcel de Alta Seguridad, las restricciones por parte de la administración carcelaria son continuas, con incesantes allanamientos a las celdas, así como el hostigamiento a sus familias y compañerxs.

En el año 2010, mediante movilizaciones y huelgas de hambre de prisioneros políticos mapuche se consigue modificar la jurisdicción para que ningún civil sea juzgado por tribunales militares. Este cambio a la arquitectura del poder hizo que el proceso por el Caso Security sea llevado del circo judicial al civil, con nuevos plazos, fiscales y disposiciones.

Para el poder y el dominio, el proceso judicial era un escenario no contemplado, porque en estricto rigor se perseguía e instaba al aniquilamiento físico de los compañeros, hasta ese momento prófugos.

Tras ser detenidos, las balas policiales quedaban intactas en las recámaras de las pistolas, listas para ser descargadas contra otros revolucionarios, en este caso no fueron disparadas para vengar a su «compañero de armas», el cabo Moyano… entonces el asunto se ponía engorroso. Si no los exterminaban con la brutalidad acostumbrada del aniquilamiento físico, pues tenían que ser golpeados bajo kilos de carpetas investigativas y absurdos judiciales, sepultados bajo murallas de burocracia legal y asfixiados con procedimientos sin sentido.

En este escenario se desarrolla todo un entramado legal/jurídico que continuamente cruza sus propios límites y desdibuja sus normas. Juan, Marcelo y Freddy han cumplido la prisión preventiva más larga de Chile bajo la nueva reforma procesal penal, con más de 4 años en las cárceles sin recibir condena alguna. Por su parte la fiscalía ha conseguido anular y realizar en dos ocasiones la «preparación de juicio» y extender limites hasta el infinito.

Aquí no hablamos de plazos justos o respeto a tratados, hablamos y evidenciamos la brutalidad del domino y la necesidad que tienen de ahogar en el olvido a los compañeros, encerrados en las trampas y el laberinto de la pantomima judicial.

En medio de este proceso, el 28 de noviembre de 2013, el compañero Carlos Gutiérrez Quiduleo, hasta el momento clandestino, es detenido por las fuerzas represivas. Tras ser capturado es llevado a la Sección de Máxima Seguridad de la Cárcel de Alta Seguridad con un régimen de aislamiento. Su proceso judicial queda independiente y en paralelo al de Juan, Marcelo y Freddy. Así el compañero Carlos permanece bajo investigación y en prisión preventiva aun sin tener fecha para su juicio.

Una vez finalizada todas las artimañas para la realización del gran teatro, y establecidas todas las piezas para imponer la verdad de lxs poderosxs, se fija la fecha donde se pretende sacrificar en el altar de la democracia a los rebeldes.

El 25 de Marzo, 3 jueces, 3 miserables, decidirán sobre la vida de nuestros compañeros, alzándose como semidioses para cuantificar la porción de vida que tendrán que purgar los prisioneros.

La trampa judicial se extiende hasta límites groseros, en el caso de no ser condenados por los hechos que hoy se les acusa, los compañeros que se encontraban cumpliendo condenas con beneficios (por su participación en acciones de guerrilla urbana durante los 90 -Marcelo y Juan-) quedarán al caprichoso arbitrio de la administración carcelaria-jurídica, quienes decidirán si tendrían que permanecer en la cárcel cumpliendo la condena anterior o retomarían el régimen de beneficios que tenían hasta el 2007.

Las armas de la democracia transformadas esta vez en papeles y sentencias buscan ser ejecutadas según las peticiones de lxs perseguidorxs. De esta forma la fiscalía solicita:

Para el compañero Juan Aliste: Cadena perpetua calificada + 20 años de cárcel, acusado de 3 asaltos bancarios, la muerte de Moyano y el supuesto homicidio frustrado a otro policía durante el enfrentamiento en las inmediaciones del Banco Security.

Para el compañero Freddy Fuentevilla la acusación es de perpetua simple + 15 años de prisión por el homicidio de Moyano, el enfrentamiento armado con otro policía y 2 asaltos bancarios.

Por su parte al compañero Marcelo Villarroel lxs perseguidorxs pretenden condenarlo a 18 años de prisión tras indicarlo como autor de 2 atracos bancarios.

En los altares de la inquisición democrática…

«…Porque la Anarquía la tenemos dentro de nuestras cabezas y ustedes nunca serán capaces de procesarla, no importa cuánto cemento nos echen encima para sepultarnos, no importa cuántas cárceles construyan para meternos dentro, a cuántos años nos condenen y cuántas leyes antiterroristas decretarán para ser aún más estrictxs en sus actuaciones teatrales… Nuestra anarquía se fugará cada vez» – Giannis Mihailidis y Nikos Romanos.

Los juicios son instancias culmines del monopolio de la violencia por parte del Estado, donde la inquisición democrática busca aplicar la sanción ejemplificadora. Pero en el caso de sujetxs en abierta rebeldía se agudiza y amplifica el rol de la propia justicia, transformando la instancia en una tribuna de linchamiento político.

Aunque la Fiscalía se empeñe en autoproclamarse limpia y aséptica, este es y será un proceso que debe defender el orden de lxs ricxs, este es un juicio político. Por ello las pruebas y acusaciones escapan de los meros hechos ocurridos en el 2007, levantándose contra los compañeros en tanto que sujetos subversivos.

Con esto no estamos pidiendo igualdad ante la ley o «juicios justos», sino que más bien buscamos desvelar y evidenciar cómo funciona la estructura del dominio para cargar sobre quienes se oponen y enfrentan de manera cotidiana y radical.

Así entonces, a contar del 25 de Marzo, fiscales, jueces/zas y abogadxs al servicio del poder se esmerarán en la estética y la vanidad, Gendarmería exagerará hasta el ridículo las disposiciones del teatro de la seguridad y la viuda del cabo Moyano armará cuanto punto de prensa encuentre.

Todxs defenderán su posición de servidorxs del dominio y no tenemos duda de la actitud de nuestros compañeros: cabeza en alto, sin arrepentimiento de quienes decidieron ser, con tremendas fuerzas para no rendirse.

Es necesario comprender el momento clave que significa un juicio, tanto para el poder que se autoarroga la oportunidad de juzgar y condenar a lxs revolucionarixs, como a su vez el desafío y posibilidad para nosotrxs, sus eternos enemigxs, de elevar la conflictividad, llevándola a un punto de no retorno. Nuestra es la respuesta solidaria, con firmeza y en el pulso exacto de la guerra.

El objetivo trascendente de los teatros jurídicos, inclusive mas allá de condenar por un hecho puntual a una persona, busca cortar y demoler el espíritu de enfrentamiento a la norma, a la regla, al poder mismo según sea el caso.

Así entonces tras el escenario legal, se pretende sepultar al/a la imputadx, simplemente borrarlx, anuladx, tras el peso de una condena y transformadx en un mero número dentro de la cárcel, que el mundo más allá de las rejas la/lo olvide y que el/la prisionerx asuma obediente su nuevo rol por la sociedad asignado: condenadx.

Nuestros compañeros no sucumben resignados al dominio y han mantenido a lo largo de su vida la opción de lucha permanente. Trascendiendo y traspasando escenarios puntuales, dándole así una continuidad de lucha a la ruptura con el orden impuesto.

Evidenciando con ello que el poder podrá cercarnos, encerrarnos, elevar los muros y disparar sanciones y venganzas, pero nuestra será la voluntad de no enfrentar desde una perspectiva de víctima cada escenario por el poder dispuesto. Nuestras manos activas siempre buscarán destruir los barrotes que pretendan encerrarnos….

No delegaremos en las disposiciones y ritmos del Estado nuestra actitud de guerra. La lucha es una opción de vida hasta el final, sin espacio para los tiempos muertos.

En el escenario de lo legal, los compañeros han buscado obstaculizar la «verdad» de lxs poderosxs mediante una defensa jurídica, pero sin hacer suyas ni internalizar las categorías del lenguaje impuesto: inocentes, víctimas o culpables.

Por ello la estrategia de defensa no se basa únicamente en evitar y entorpecer la lapidación y el secuestro de por vida que pende sobre ellos, saboteando los engranajes de las verdades judiciales, sino que al unísono proyecta tanto la lucha en la calle como una vida de combate contra la dominación.

Hoy más que nunca…Palabra y Acción

«Entendemos la solidaridad como la constante puesta en práctica de nuestras ideas anarquistas en todas sus formas, que hacen entender al enemigo que acá nada termina, que todo sigue en la cárcel o en la calle. Desde donde se esté: ni un minuto de silencio y una vida de combate» – Mónica Caballero y Francisco Solar.

Ante el inminente juicio contra nuestros compañeros, hacemos un ferviente llamado a luchar, elevando la voz de la guerra, convocando una vez más a una Jornada de Agitación Solidaria Internacionalista del 14 al 25 de Marzo del 2014.

Asumiendo siempre un rol activo dentro de la guerra social, instamos a las diferentes individualidades a manifestar de manera concreta el apoyo y la solidaridad con los compañeros a espera de juicio. Entendiendo que el mensaje solidario será recibido de manera certera no solo por los compañeros, sino que también por lxs poderosxs que quisieran verlos solos y derrotados.

La solidaridad ofensiva hace frente al teatro de justicia y lleva el conflicto desde las oficinas estatales a la calle misma, donde queremos a nuestros compañeros, vivos, libres y rebeldes.

No seremos espectadores del linchamiento de nuestros compañeros, ni aceptaremos sumisamente las condenas que puedan emanar como sanción ejemplificadora, nuestro llamado es a que nadie se reste de participar, de activar por la liberación total.

La solidaridad, la fuerza común, el apoyo, traspasa los muros, burla las fronteras y une los mundos con el lenguaje común de la guerra social. Que un/a guerrerx no esté solx en los salones de la justicia burguesa, solo depende de cuánto seamos capaces de crear. Todas las acciones cuentan y todas aportan a la lucha contra el poder, cuando llevan el germen solidario y de libertad.

El llamado es a actuar, generando una acción solidaria multiforme, sin líderes ni dirigentes, donde cada unx aporte desde el escenario en que se encuentre, cada gesto importa. Así la acción solidaria genera, extiende y profundiza las redes de complicidad, potentes armas y herramientas para hacer frente al Poder.

Este llamado es una convocatoria abierta, para que cada unx se manifieste desde la acción, desde la información descentralizada, con prácticas autónomas de expresión de rebeldía.

No dejaremos solos a nuestros compañeros, por más ráfagas de amenazas que el poder dispare, nuestra es la convicción de lucha, sin treguas, hasta el final, hasta destruir el último bastión de la sociedad carcelaria.

Contra toda forma de poder, contra toda forma de dominación. …en la calle, prisionerxs o en fuga, siempre estaremos en permanente actitud de combate.

«Las fronteras y los idiomas diferentes son obstáculos que vamos a derrumbar para encontrarnos unx al lado del/de la otrx, y para levantarnos juntxs en contra de los mandatos y ordenes de este sistema y escupir con desprecio a cada unx de lxs fieles a la ley y opciones de la vida que nos propone» – Conspiración de Células del Fuego.

Solidaridad y Acción del 14 al 25 de Marzo del 2014, hasta ver a Freddy, Marcelo, Juan y Carlos en la calle, caminando libres con todxs lxs que luchan.

Convocan y Solidarizan:

-Familiares y compañerxs de los procesados por el Caso Security

-Colectivo Anticarcelario Vuelo de Justicia

-Núcleo antiautoritario de agitación y propaganda Sin Banderas Ni Fronteras y afines

-81 Razones por Luchar

-Individualidades Afines Santiago-Valparaíso-Buenos Aires-Neuquén-Barcelona.

-Viva la Anarquia

-Rojoscuro

-Hommodolars

-Publicación Refractario

-Cruz Negra Anarquista México

-RadioAzione

-Solidarixs en Guerra contra el Poder

-La Rebelión de las Palabras.

-Revista Infierno.

¡¡MIENTRAS EXISTA MISERIA HABRÁ REBELIÓN!!

Caso Security

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