Según informó el blog de lxs compas de Abordaxe (en galego), quienes a su vez recogen la información de la noticia publicada en castellano en Indymedia Barcelona (que publican la noticia, por su parte, desde el sensacionalista periodicucho 20 Minutos), un coche bomba estalló en la madrugada del miércoles a hoy, jueves, frente al edificio del Banco Nacional, en el centro de Atenas.
No quiero reproducir la mayoría de información disponible por ahora, ya que, en gran medida, procede de los medios burgueses y las fuentes policiales (que a efectos prácticos, viene a ser lo mismo), lo que convierte en nula o casi nula la credibilidad de la misma, pero según los primeros datos, el coche que detonó sería un Nissan Sunny, que quedó completamente destruído y que, según filtraciones de los maderos a la prensa comercial local (no confirmadas oficialmente), fue robado el pasado 6 de abril. El vehículo contenía unos 75 kgs. de explosivos.
Según, una vez más, fuentes policiales, el automóvil hizo explosión a las 5:55 de la mañana (hora local, siendo aquí las 4:55), y 45 minutos antes, el medio burgués digital Zougla recibió una llamada anónima donde un desconocido habría avisado de que en tres cuartos de hora iba a explotar una bomba. El petardazo no habría dejado heridxs, pero sí habría causado daños en las fachadas de edificios y tiendas de las inmediaciones.
Por ahora, que se sepa, nadie se ha atribuído este acto, por lo que es aconsejable tener cautela a la hora de difundir y ahorrarse las especulaciones al respecto de la autoría. Es sin embargo revelador, como dice la noticia original, lo siguiente:
«La explosión se produce el mismo día en que Grecia tiene previsto regresar a los mercados de deuda, tras cuatro años de ausencia, con la emisión de bonos del Estado por valor de 2.500 millones de euros, una operación con la que el gobierno del conservador Andonis Samarás quiere lanzar una primera señal de que el país se está recuperando e independizando de la troika de acreedores. También se produce en la víspera de la visita de la canciller alemana, Angela Merkel, de la que se espera un espaldarazo al proceso de reformas de Grecia y un mensaje indirecto de respaldo a Samarás en las próximas elecciones europea»