El Centro Social Okupado y Autogestionado Can Vies, situado en el barrio de Sants de Barcelona, era un emblemático lugar para la disidencia y lo común que llevaba okupado desde 1997, funcionando como espacio de encuentro para conciencias rebeldes y proyectos de todo tipo, y actuando como pilar fundamental de los movimientos sociales en la urbe. 17 años de sueños hechos realidad, de talleres, charlas, conciertos, debate y autogestión, al margen de cualquier institución o partido. 17 años de resistencia a las entidades que, favorecidas por las políticas del ayuntamiento, pretendían desarrollar e imponer un modelo de barrio y de ciudad basado en la especulación y lo privativo, ajustado a las necesidades del mercado pero olvidando por completo las de sus habitantes.
Ayer fue desalojado por efectivos antidisturbios de los mossos d’esquadra junto a los bomberos, a pesar de la estrategia que habían puesto en marcha desde el interior varixs compañerxs, literalmente encadenadxs en túneles desde donde impedir el derribo inmediato y ganar tiempo, ralentizando y obstaculizando la labor policial para dar tiempo a lxs solidarixs a preparar una respuesta, además de visibilizar más aun lo que desde un principio se intentó, por parte de la represión, mantener en la más absoluta discrección. Prueba de ello son las descaradas mentiras que la megafonía de TMB (Transports Metropolitans de Barcelona, empresa de carácter mixto que ofrece servicios de autobuses interurbanos y metro) contó a su paso por una de las estaciones cercanas, donde informaron a los usuarios de que esa parada sería omitida por «una incidencia», evitando contar que no paraban allí para que la gente no se encontrase con un despliegue policial completamente desproporcionado destruyendo un nuevo centro social para regocijo de empresarios especuladores y políticos corruptos de salón y urna. Nótese que, desde el principio, ésta fue una de las entidades que auspiciaron el proceso de desalojo contra este centro social, al ser la «legítima propietaria» del terreno, además del estorbo que supuso siempre la okupa a sus absurdas planificaciones urbanísticas.
Durante la labor policial para desalojar totalmente el edificio, que se prolongó durante más de 6 horas e incluso llegó al punto de comenzar a tapiar con cemento las salidas sabiendo que había aun gente en el interior, en los exteriores de la casa se fueron concentrando grupos de solidarixs, mientras algunas calles de los alrededores permanecían cortadas con barricadas con el objetivo de intentar cortarle el acceso en lo posible a refuerzos policiales, maquinaria de derribo etc.
Sin embargo, nada se pudo hacer por detener a los obedientes perros del Estado, que concluyeron su despreciable cometido no sin antes repartir algún porrazo e increpar a lxs concentradxs, según informaron algunas fuentes de Barna a este blog.
Desde canales virtuales tales como Youtube y las redes sociales se divulgaron de urgencias vídeos y mensajes que llamaban a la resistencia y a participar en la manifestación que se había convocado para la misma tarde, a las 20:00, y a la que finalmente acudieron alrededor de 4000 personas de todas las edades y condiciones unidas por un deseo común, gritar contra la especulación y las ciudades grises. La manifestación fue corta, pero una vez terminó, y al grito de «Si Can Vies va a terra, barri en peu de guerra» (Si Can Vies se derrumba, barrio en pie de guerra) comenzaron los altercados cuando grupos de encapuchadxs cruzaron barricadas y atacaron a algunxs periodistas de los medios de comunicación burgueses, además de prender fuego a una furgoneta emisora del canal TV3, que quedó prácticamente calcinada antes de poder ser apagada. Esto es lo que sucede (o debería suceder, ya que por desgracia muchas veces no ocurre) cuando los que día a día «trabajan» manipulando la realidad para afianzar los intereses de los poderosos y legitimar sus abusos sobre nuestras vidas, tienen la desfachatez de aparecer en una de nuestras manis en busca de morbo y sensacionalismo. Fabricantes de mentiras, ¡vosotros sois los terroristas!
Estos actos desencadenaron cargas policiales por todo el barrio y más allá, extendiéndose por diferentes calles grupos de compas que levantaban barricadas y contraatacaban mientras sucursales bancarias eran destrozadas. Los disturbios, que se sepa, se habrían saldado con 2 personas detenidas, además de varixs heridxs tanto compañerxs como transeúntes, que ante unos maderos más enfarlopados que Scarface, sufrieron también el acoso policial. Algunas fuentes hablan de una niña lesionada en las piernas por repetidos golpes policiales.
No contentos con ésto, los antidisturbios se dirigieron a la calle Riego, donde hasta ese momento no se habían producido altercados y la gente paseaba tranquilamente, y una vez allí, bajaron de sus furgones desde la carretera de Sants cruzando porra en mano la plaza Osca y apartando a golpes a cuantxs se les pusieron delante (además de, según testigos, apuntar a la gente a la cara a un metro de distancia con sus escopetas, cargadas con las nuevas balas de goma que sustituyen a las pelotas pero que, según se advierte, son igualmente destructivas) se dirigieron tanto a la puerta del medio alternativo La Directa como a la de la librería también alternativa Ciutat Invisible, sitiando los dos locales con un cierto contenido rupturista que hay en esa calle.
Ante la clara intención policial de irrumpir en los establecimientos para desahogarse con quienes se encontraban dentro, se accionó el motor de bajada automática de la persiana en La Directa, con el objetivo de impedírselo, pero los maderos forzaron la persiana para evitar que bajase del todo mientras uno de ellos rompió los cristales de la fachada de La Directa golpeándolos con su porra, lo que provocó que algunos fragmentos saltasen hiriendo al menos a dos personas del interior, la más grave un chaval colaborador en tareas de distribución del periódico, que sufrió cortes profundos en la cara y el tórax, siendo necesaria asistencia médica para retirarle los cristales, que se habían quedado clavados. La otra persona habría sufrido cortes pero serían de menor gravedad.
Viendo que no eran capaces de abrir la persiana, los maderos se fueron retirando poco a poco, pero volvieron pasado un rato y cargaron de nuevo en la misma calle, esta vez contra un grupo de periodistas que se encontraban ante el local atacado antes. En esta ocasión, al menos una periodista de la Cadena SER, que iría debidamente identificada con el brazalete de prensa, fue también golpeada sin motivo aparente por la policía, ante los gritos de sus compañeros que recriminaban a los agentes su actuación como muestra el siguiente vídeo:
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Las cargas y carreras y el terrorismo de Estado desenvuelto por la policía por las calles del barrio se habrían prolongado hasta las 22:30 aproximadamente.
Ahora, una excavadora derrumba el edificio y la normalidad continúa aunque, como decía Debord, tras el espectáculo cotidiano se revela siempre la realidad de los conflictos y ahora que el show electoral ha finalizado, vuelve la democracia en su más pura expresión. Atrás quedan ilusiones reducidas a escombros y una venganza digna, en que la solidaridad y la rabia tomaron de nuevo las calles