Dejo a continuación el texto de una octavilla recibida en el correo electrónico, en relación a los hechos ocurridos en Valladolid el 31 de mayo:
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NINGÚN ESPACIO PARA EL FASCISMO
Sabido es que los gobiernos e instituciones gubernamentales, permiten e incluso fomentan, sin apenas resistencia, el auge de movimientos fascistas en épocas de crisis (cuando no directamente se mueven los hilos para que alcancen altas cotas de poder), y que además ganan adeptos gracias a un discurso vacío y populista.
Ejemplo claro de esta permisividad son los actos de los que hemos sido testigos estos últimos días en Valladolid, donde unas decenas de nazis, que lejos de gastar sus esfuerzos en tapaderas para su ideología, han exhibido con orgullo simbología totalitaria y xenófoba, teñida por un mar de sangre y sufrimiento en curso por la historia. Símbolos como retratos de Hitler, esvásticas y banderas preconstitucionales son los que adornan sus actos. Su alarde de virtudes no quedó en esto, necesitaban un colofón tan explícito como el enaltecimiento, durante el discurso final, de la figura de J. Goebbels (ministro de propaganda en la Alemania nazi), considerándose abiertamente seguidores de sus ideas genocidas al referir la cita de ‘Venceremos porque lo bueno y lo verdadero siempre triunfa en este mundo’, un ejemplo de manual para conocer qué es la demagogia.
En esta ciudad no podemos permitir que venzan la permisividad y la falta de escrúpulos viendo cómo desfilan semejantes individuos de forma legal cuando 15 días antes se han vivido varias agresiones físicas por partidarios de estas ideologías. Bajo cánticos y de paseo o armados en su particular ‘caza’ son lo mismo: asesinos de teorías sociales, políticas y económicas basadas en la manipulación social y el uso de la violencia para perpetuar el miedo y la dominación, algo que no dista demasiado de la postura de quienes toleran manifestaciones fascistas mientras acosan y reprimen a otros movimientos sociales que luchan activamente contra estos gérmenes; como son muestra las detenciones policiales del 2 de febrero (durante la convención del PP), el 1º de mayo o el mismo día 31 de mayo, mientras los nazis aun andaban por la ciudad.
La gente de a pie no estamos dispuestas a quedarnos de brazos cruzados mientras se insultan la inteligencia y la dignidad. En las calles siempre se gritará:
CONTRA EL FASCISMO, NI UN PASO ATRÁS.
Solidaridad antifascista.