Hace unos meses, a principios de abril, veía la luz un vídeo que se difundió rápidamente por diferentes blogs y portales contrainformativos de la web, así como también a través de las redes sociales. Dicho vídeo, titulado «Primer comunicado de la Célula Armada de Putas Histéricas» mostraba, en una evidente clave de humor, a cuatro mujeres anarcofeministas vestidas de negro y encapuchadas, con rifles de juguete, banderas rosinegras y una pancarta que decía «Machirulos, irse al carajoak» (en un guiño bromista al euskera, lengua en la que escribía sus comunicados la organización Euskadi Ta Askatasuna, o ETA, principal objetivo del sensacionalismo mediático en torno a la cultura de la violencia política durante muchos años). Con esta guisa, las compas decían asumir la responsabilidad por «todas y cada una de las acciones realizadas en Sevilla durante las últimas semanas», anunciaban «el fin de nuestra (su) tregua» se proclamaban «violentas, violentamente feministas, organizadas y empoderadas, ¡y locas e insumisas, coño!» y sentenciaban que «la represión siempre ha caído sobre nosotras, ya no nos ahuyenta, nos pone cachondas».
Todo ésto podría interpretarse como una performance, una forma de expresar los sentimientos de muchas mujeres tras la aprobación de la inhumana ley del aborto por el ministro Alberto Ruíz Gallardón, que condena a millones de tías a verse obligadas a abortar de manera clandestina (arriesgando sus vidas al exponerse a intervenciones arriesgadas y extremadamente dolorosas y traumáticas) o bien a tener al niño para complacer y satisfacer a la maquinaria de producción al servicio de la civilización burguesa y heteropatriarcal, ya que la mayoría de las mujeres españolas no se pueden permitir viajar al extranjero para poder abortar de manera segura y legal (un lujo sólo al alcance de las hijas de los políticos, los grandes empresarios, los maderos y demás pijas con papis y mamis pudientes, que nunca dejarían a sus queridas querubinas tener hijxs no deseadxs).
Sin embargo, y por raro que pueda parecer, un documento policial que salió recientemente a la luz confirma que la Brigada de Información (sección policial dedicada a la investigación, control y seguimiento de todo aquello que desafíe al orden dominante y, especialmente, de los grupos y colectivos políticos antagonistas) estaría investigando a las personas que realizaron ese vídeo y lo subieron a la red. Así, la Dirección General de Policía solicitó hace escasas tres semanas un mandamiento judicial dirigido a la compañía InterActiveCorp, con domicilio en 555 West 18th Street de Nueva York (Estados Unidos) para que identifique la dirección IP desde la que se subió a la red el Primer Comunicado de la Célula Armada de Putas Histéricas. La razón por la cual se dirigieron a esta empresa, es porque es la que gestiona actualmente el portal Vimeo, dedicado a compartir materiales audiovisuales (semejante a Youtube, Metacafé y otros), que es donde fue subido el dichoso vídeo. Además, se habrían solicitado también el listado completo de direcciones IP desde las cuales se conectó el/la usuarix que subió el vídeo.
Al parecer, el vergonzoso, por no decir hilarante, informe policial de la Brigada Provincial de Información de Sevilla afirma que las personas que aparecen en el vídeo serían «protagonistas de hechos que (…) constituyen auténticos delitos, algunos de extrema gravedad, como el incendio del Templo de Santa Marina».
Cabe señalar que tal incendio nunca se produjo, ya que los maderos se refieren a una acción realizada en enero, en la cual desconocidxs colocaron varios cartones bajo la puerta de la citada iglesia para luego prenderles fuego, lo que causó daños leves, principalmente en una alfombra de esparto en la entrada (que quedó dañada por el fuego) y en las imágenes más próximas, que fueron ensuciadas por una capa de hollín. Sin embargo, de ahí a hablar de un incendio de todo el templo, hay un trecho, que por supuesto, la policía, en su línea sensacionalista y manipuladora, prefieren obviar por completo.
La acción de la iglesia de Santa Marina se atribuyó a «grupos de extrema izquierda» en los principales medios burgueses del país, sosteniendo esta acusación en base a una pintada en la pared del templo (realizada supuestamente la misma noche que el pequeño incendio de la entrada) y que decía «Solidaridad anarquistas pres@s».
Pero no acaba aquí la cosa, y la Brigada Provincial de Des-Información de Sevilla apuntan en su informe a una pegatina (cuya autoría conectan también de forma bastante torpe con las autoras del vídeo) donde se realizaba una comparación entre el paso procesional y una pistola, con el lema «PELIGRO – Unas armas matan los cuerpos y otras matan las mentes». Según esta brigada policial, el objetivo de estas pegatinas también sería «causar temor en muchas personas, temor que las autoras del vídeo pretenden aumentar anunciando que proseguirán con sus acciones«. Parece que dadas las circunstancias, denunciar las atroces intromisiones de los dogmas religiosos y la moral más reaccionaria en el cuerpo y la dignidad de las mujeres, para perpetuar unos mecanismos de opresión patriarcal que tienen como eje central la maternidad forzosa, es un acto de terrorismo, no siéndolo en cambio el devolver los derechos básicos y fundamentales de millones de personas a unas condiciones medievales.
Todo ésto, de todas formas, no debería sorprendernos si tenemos en cuenta las tercas declaraciones de Ignacio Cosidó, director general de la policía nacional y cargo político nombrado por el gobierno, que hace apenas unas semanas declaraba en varias ocasiones diferentes (en Galiza pudimos escucharle por partida doble -ver aquí la noticia en galego en el blog de lxs compas de Abordaxe) que el «terrorismo anarquista se ha implantado en nuestro país y existen riesgos de que atentados como el de la Basílica del Pilar vuelvan a producirse». Si a ésto le sumamos otros delirios recientes de los cuerpos represivos respecto a las diferentes expresiones de revuelta que respondieron a sus políticas de miseria, salón y urna (ver por ejemplo la noticia en este blog acerca de las declaraciones de los Mossos d’Esquadra donde afirmaban que algunxs manifestantes que participaban en las protestas por el desalojo de Can Vies estaban dirigidos por mercenarios entrenados en EE.UU.), pues el resultado no es otro que la política del miedo, la estrategia policial básica para intentar intimidar y contrarrestar las respuestas que surgen desde todas partes a las agresiones de un mundo que nos agota, nos mutila física y psicológicamente, que no nos deja decidir sobre nuestras propias vidas, nos convierte en dóciles esclavos satisfechos y obedientes, nos divide, nos amputa la autonomía y nos mata los sueños.
Pues bien, no os será tan sencillo. Todos vuestros esfuerzos en silenciar cualquier voz, argumento o discurso rupturista y no conciliable con vuestros valores y reglamentaciones sólo nos demuestran una cosa: Tenéis miedo. Os asusta la posibilidad de que vuestra credibilidad se pierda finalmente del todo (aunque al «luciros» de esta forma, la verdad, es que flaco favor hacéis a la misma), y por eso, desesperadxs, buscáis enemigxs entre quienes luchan para así culparles de vuestros errores y fracasos y justificar vuestra desgraciada existencia, al mismo tiempo que reforzáis vuestros aparatos de seguridad con nuestro dinero, comprando más equipos antidisturbios, más vehículos policiales, más cámaras, y entrometiéndoos cada vez más en nuestra vida privada y en nuestra intimidad. Pero poco importa. Probablemente el vídeo de Célula Armada de Putas Histéricas no fuese más que una provocación con el volumen demasiado alto, que os ha llamado la atención porque os aburríais en comisaría y necesitabáis algo para poder continuar criminalizando al movimiento feminista, especialmente en su línea antiautoritaria, y a los movimientos sociales en general, no obstante, la rabia regresa de las profundidades donde décadas de paz social y engaño televisivo la mantenían encerrada, y surge de entre las grietas de vuestro sistema, amenazando un orden social esclavista y misógino, que ni respetamos ni apreciamos.
Como después de esta «chapa» que os he soltado no podía dejaros con la intriga, añado el vídeo de la Célula Armada de Putas Histéricas, así como también una fotografía tomada en estricta confidencialidad a dos de los «valientes» y «profesionales» agentes de la Brigada de Información:
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