Recibo en el correo electrónico el presente artículo, enviado por lxs compas de Noticias de la Guerra Social, acerca del ataque llevado a cabo el 24 de noviembre a mediodía, cuando un grupo de encapuchadxs desconocidxs bloqueó las salidas de unas oficinas de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones, y tras eso arrojó cócteles molotov por la ventana, además de atacar e incendiar vehículos allí estacionados.
Cuando los maderos lograron abrir la puerta, lxs incontroladxs ya se habían replegado, aunque los maderos comenzaron a dispàrar munición real (en Chile por lo visto tienen el gatillo fácil, pues no es la primera vez que responden a tiros) en dirección a una universidad cercana donde, sospechan, se habían refugiado lxs asaltantes. De hecho, más adelante se produjo una redada en dicha facultad donde, presuntamente, los maderos habrían encontrado algún material usado en el ataque. Yo pregunto, al margen de que les hubiesen atacado el cuartel ¿emprenderla a tiros a mediodía en una zona universitaria no es terrorismo?
Hasta ahora no se han efectuado detenciones relacionadas con este hecho.
Lo que sigue a continuación, vuelvo a aclarar, no es una reivindicación. Es una noticia. En la zona no se hallaron panfletos, pancartas ni otros materiales reivindicativos, ni tampoco hay constancia, al menos por el momento, de que el ataque fuese asumido por ningún grupo.
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El 24 noviembre del 2014, cerca de las 13:30 Hrs distintos encapuchados cubiertos con overoles blancos avanzan sigilosamente hasta las puertas de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones, ubicada en calle Condell a escasas cuadras de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Una vez en los accesos al cuartel, instalan cadenas y candados bloqueando los accesos, para luego lanzar bombas molotov en su interior e incendiar un auto particular de un detective que se encontraba en la entrada de la guarida de investigaciones.
El ataque fue grabado circunstancialmente por una oficina vecina al lugar del ataque mostrando lo rápido y directo de la arremetida incendiaria, sin que la policía alcanzara a responder ni abrir las cadenas y candados.
Tras escapar los encapuchados –presumiblemente al interior de la UAHC- los represores consiguen romper los candados en conjunto con el Equipo de Reacción Táctica comenzando a disparar a mansalva al interior de la Universidad y contra quien se cruzara en los deseos de venganza y torpe respuesta represiva.
El ataque culminó con tres policías heridos, un auto con pérdida total y dos autos institucionales incendiados al interior del cuartel sin ningún detenido.
Rápidamente la represión consigue la orden y allana la Universidad llevándose distinto material que le pareciese “interesante” o relacionado con el ataque. Según la fiscalía, habrían encontrado parte de los overoles usados en el ataque, además de restos de cabello que según versiones policiales habría sido de una de las atacantes que accidentalmente se quemo el cabello.
Rápidamente las reacciones de distintos miembros del poder no se hicieron esperar y fue el propio jefe de la atacada Brigada de Homicidio, Prefecto Sergio Claramunt quien señalaba: “El ataque tiene un nivel de preparación que no hemos visto antes (…) No hemos tenido un ataque más grave que este. Es el más grave porque también hay una premeditación, está preparado todo esto” siendo apoyado por distintos parlamentarios que exigían a gritos la aplicación de la ley antiterrorista en las querellas por el ataque incendiario.
Finalmente el fiscal Ricardo Jara, decidió utilizar la figura de porte de artefacto incendiario, agresiones e incendio, mientras que desde el Ministerio del Interior se decidió aplicar la Ley de Seguridad Interior del Estado, descartando la utilización “por ahora” de la ley antiterrorista en este caso.
Vale la pena recordar que en septiembre del 2009, un grupo de encapuchados se enfrento a la policía de investigaciones repeliendo un intento de detención por parte de los represores, culminando con un gran enfrentamiento de cócteles molotov contra balas policiales. Horas después los compañeros Pablo Carvajal y Matías Castro son detenidos y tras pasar meses en la cárcel consiguen salir a la calle. http://liberaciontotal.lahaine.org/?p=2603
Aprovechándose del ambiente represivo y la histeria antiterrorista, el miserable Alejandro Peña –ex fiscal “antiterrorista”, actual abogado defensor de narcotraficantes policías- se refirió al ataque incendiario, señalando que al interior de la Universidad existe gente dedicada a “captar gente joven para usarlos como arma directa en contra del Estado (…) Una cosa es la docencia y otra las personas que se aprovechan de estas circunstancias para hacer un polo atractivo para formar grupos antisistémicos (…) Ingresan como profesores, ayudantes, que lo único que hacen es captar gente joven para usarlos como arma directa en contra del Estado. A lo largo de varias investigaciones, siempre hay un punto en que llegamos a gente que se junta en torno a ese centro (….) Algunas personas que estudian o son de las redes de la Universidad, no es la primera vez que se ven envueltas en este tipo de sucesos. Las autoridades de educación deberían revisar las mallas y planes de estudio(…) estos espacios son apropiados por grupos insurreccionales que buscan hacerle la guerra al Estado(…) qué está pasando en este centro universitario, al margen de la malla y los profesores, porque es sintomático que ese sirve de centro de reunión para otros fines distintos a la formación académica (…) Estamos ante sujetos de alta peligrosidad con conocimientos en técnicas paramilitares”.
Semanas después del ataque y con una voz triunfante, el jefe de las nuevas “Fuerzas de Tarea de Delitos Complejos” (unidad creada recientemente para investigar los “delitos” relacionados con la violencia anárquica), subprefecto José Luis López señalo: “En el mediano plazo vamos a tener buenos resultados», sintiendo dichoso de la principal herramienta de la represión: La Colaboración de estudiantes y vecinos del sector; el policía termina la declaración señalando: «Hay colaboración. Todos los ciudadanos de este país tratan de colaborar. Hay un mejor ánimo de resolver este delito y estamos en eso».
Hasta el momento ningún grupo ha reivindicado el ataque, sin encontrarse lienzos ni panfletos en el lugar.