El siguiente documental me fue enviado por compas de la Agência de Noticias Anarquistas al correo electrónico, cuando difundieron que había salido un documental acerca de los hechos del parque Gezi en Estambul (Turquía).
Una pieza documental de poco más de media hora de duración que nos transporta a la okupación popular del parque Gezi como medida de resistencia activa a la destrucción de una de las pocas zonas verdes restantes en una metrópolis llena de escaparates y zonas videovigiladas diseñadas por y para un único tipo de relación social: la mercantil, la vacía, la impuesta por la sociedad capitalista y su mundo. Todo para construir un centro comercial, uno mas en una ciudad llena de ellos (como informó la activista Delfine Suman en su blog, donde relató lo que sucedía, ¡hay al menos un centro comercial en cada barrio de Estambul!). Un paso más en la privatización y comercialización de los espacios comunes, convirtiendo lugares para interactuar y disfrutar de momentos satisfactorios, en espacios para la compra-venta de artículos innecesarios que llenen el vacío que nos ha dejado la falta de calor humano y lo superfluo y rutinario de esta existencia.
La brutalidad policial no tardó en aparecer, pero lejos de intimidar avivó aun más la llama. Cada vez más personas llegaron con sus tiendas, se construyó una biblioteca social, un espacio infantil, una enfermería y cocina improvisadas y se empezó a resistir a la violencia policial contra la contra-violencia organizada. Piedras y fuego contra gases lacrimógenos y palizas, convirtieron durante tres semanas consecutivas el centro de Estambul en un campo de batalla donde se libraba una guerra de la economía contra la vida. Llegaron las tristes primeras muertes de manifestantes y la revuelta se recrudeció extendiéndose a otras ciudades turcas y ya no sólo era por el parque, la motivación cambió adquiriendo un cariz anti-gubernamental contra Erdogan y su ejecutivo, donde convivían y se discutían posiciones de reemplazo de un gobierno por otro, con otras posiciones más radicales que hablaban de aprovechar ese momento para superar los gobiernos y aprender a gestionar la propia vida sin amos ni autoridad.
Hoy, muchas intenciones se han apagado, la calma, parcialmente, ha vuelto, pero como dice el documental, muchas acciones han permanecido y la insurrección ha dejado su huella.
A nosotrxs sólo nos queda aprender de esta experiencia y recordar una vez más que, como ya quedó demostrado temporalmente en la insurrección griega de 2008 y ahora en Turquía contra la proclama leninista, anacrónica e irreal, de esperar por las «condiciones objetivas» es posible atacar al capital y a sus sirvientes, es posible tomar la iniciativa e intervenir por nosotrxs mismxs en los conflictos que se nos presentan, tomando las calles sin permiso y convirtiendo los escenarios donde se desenvuelve nuestra no-vida en zonas autónomas y libres donde construir otras relaciones y planear la subversión de lo existente. Es precisamente en esos atrevimientos, donde, sólo a veces, nacen las posibilidades.
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