Recojo del blog Efecto Pandora (creado para almacenar y vehícular la información referente al caso de lxs 11 compañerxs arrestadxs en esa operación policial, de lxs cuales 7 fueron encarceladxs y recientemente puestxs en libertad con cargos bajo medidas cautelares) un modelo de octavilla (que se puede descargar aquí, donde también hay indicaciones para su impresión) que contiene un texto donde se reflexiona sobre el libro «Contra la Democracia» y las razones que pudieron llevar al poder a utilizarlo como principal instrumento de la acusación para catalogar de terroristas a nuestras compañeras.
«Baluartes de la libertad» como la Santa Inquisición, monarquías absolutistas y/o regímenes totalitarios como el Franquismo o los nazis recurrieron siempre a la prohibición y destrucción de aquellos libros y escritos que contradecían su visión de las cosas. La Democracia, moderna, enésima forma de dominación que justifica sus desastres y sus atrocidades con los falsos argumentos de la tolerancia y la razón de Estado, no podía ser menos. Hay que proteger a las masas obedientes y sumisas de aquellos pensamientos desviados capaces de conducirlas al peligroso hábito de desobedecer, ¡es por su bien! Pero les salió mal la jugada, y como no podía ser de otra manera, la criminalización de este libro a raíz de la Operación Pandora, tipificándolo en medios de comunicación y documentos policiales y judiciales como «manual del terrorismo», nos llevó a muchxs que hasta entonces no lo conocíamos a interesarnos por él y leerlo. Hoy somos muchxs lxs «terroristas de carácter anarquista y violento» (y las personas que, sin ser anarquistas, también despertaron su curiosidad y quisieron leer lo que el Poder tanto se esfuerza en ocultar) que hemos adquirido un ejemplar del libro, y lo hemos prestado a otrxs amigxs, aconsejado y difundido. Quiero por tanto agradecer al miserable juez Bermúdez y a su séquito de cobardes psicópatas armados de los Mossos d’Esquadra y otros cuerpos policiales, así como a los mentirosos profesionalizados de los mass-media que se atreven a llamarse a sí mismxs «periodistas», que hubiesen hablado tan mal de este libro, ya que sin su ayuda tal vez algunxs nunca nos habríamos puesto a leerlo.
Para terminar, voy a hacer algo de «apología del terrorismo». Podéis descargar o leer online el libro haciendo click aquí.
A continuación, sigue el texto de la octavilla.
¡Lo llaman democracia y sí lo es! (y nos produce náuseas)
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CONTRA LA DEMOCRACIA ES UN LIBRO TERRORISTA…
… según la Policía y la Audiencia Nacional. La acusación de haber editado este libro es la principal prueba que tienen en contra de las 11 anarquistas que detuvieron el 16 de diciembre en el marco de la Operación Pandora.
<<pero ¿qué es un libro terrorista?>> ¿Un libro que explota cuando lo abres?, ¿un libro con ideas tan peligrosas que al leerlo te conviertes en un agente del Caos y la destrucción?, ¿o es simplemente una ficción, un discurso barato del propio Estado para generar miedo y señalar a las personas represaliadas como malas y peligrosas?
Lo que es cierto es que Contra la Democracia fue editado y firmado en 2013 por los Grupos Anarquistas Coordinados, una organización pública que posteriormente el Estado decidió por la cara que era un grupo terrorista. El libro empieza con una historia de la evolución de la democracia, empezando en la Grecia antigua y pasando por la Inglaterra de Cromwell y las revoluciones de Francia y los Estados Unidos. Después, hay una sección que presenta un análisis estructural de la democracia actual, hablando de derechos, leyes electorales y civismo. Nombran qué políticos controlan qué empresas y qué grupos de inversores son propietarios de medios de comunicación. Para acabar, hablan de reivindicaciones para democracias alternativas y de alternativas horizontales y descentralizadas a la democracia.
Queremos distribuir este «libro terrorista» para mostrar que los políticos, los jueces y los policías no tienen ninguna vergüenza, dignidad ni credibilidad. Las anarquistas no torturan, no asesinan inmigrantes, no hablan de «daños colaterales» como hacen los Estados. Pero sí tratamos de ser coherentes, de no hablar solamente de libertad sino de luchar por conseguirla. No podemos ni queremos pretender a la legalidad, porque el Estado siempre cambia las leyes para arrebatarnos los mejores medios de resistencia, para prohibir todo lo que no sea obediencia y consumo, como ejemplifican la Ley Mordaza y las ordenanzas de civismo.
El «terrorismo anarquista» del que hablan la prensa y los políticos se trata de escribir libros, autogestionar centros sociales, tomar las calles, sabotear el urbanismo de los ricos y los macroproyectos que destrozan la Tierra, y atacar los símbolos de poder y explotación, lugares como bancos y sedes de partidos políticos (símbolos que provocan el odio entre muchas personas). Y por eso los que se aprovechan del sistema o lo protegen nos llaman «terroristas» y nos meten en la cárcel, para continuar mejor con sus campañas de explotación, expolio, guerra y dominación.
¿Tal vez por esto las anarquistas criticamos la Democracia?
