No contentos con el dantesco espectáculo protagonizado el pasado lunes, cuando numerosas compañeras fueron detenidas en sus casas, en centros sociales libertarios o en la calle, en las ciudades de Madrid, Barcelona, Granada y Palencia, y acusadas sin pruebas y mediante falacias de cargos de terrorismo, mientras que otras muchas fueron detenidas por supuestos delitos de resistencia a la autoridad o usurpación, ayer la escoria policial volvió a retratar una vez más el carácter fascista de esta democracia, cuyo descaro es cada vez más y más evidente.
Anoche una concentración convocada a las 21:00 en la céntrica y simbólica plaza de Tirso de Molina, en la ciudad de Madrid, acabó con varias personas detenidas, después de que los maderos de la Unidad de Intervención Policial cargasen contra la protesta, tras un buen rato rodeándola e identificando a las asistentes con una actitud claramente provocadora.
La primera carga se produjo en la plaza, donde tuvieron lugar las dos primeras detenciones. Luego, las compas se dispersaron por las calles del barrio de Lavapiés así como hacia la calle Toledo. Ratos después se producían nuevas detenciones (la cifra final ascendería a entre 4 y 6 personas detenidas, según diferentes fuentes).
Los maderos habrían llegado a irrumpir violentamente en varios bares y establecimientos de la zona, con la intención de «cazar» a personas que considerasen «sospechosas» de haber participado en la manifestación. Por supuesto, aprovecharon para intimidar y maltratar a su antojo a quien fuera que se cruzase en su camino.
Os contaré un secreto, cobarde escoria. Nuestra rabia está creciendo. Estáis calentando una olla a presión llena de agua hirviendo de odio…
Un saludo a todas las que ayer estuvieron en Madrid, y toda la solidaridad con las compas detenidas. ¡Que se extienda la desobediencia!
A continuación van un par de vídeos que muestran con claridad lo ocurrido, y que nunca saldrán en sus nauseabundos y embusteros medios de comunicación. Ésto no lo publico con afán victimista, pues de sobra sé que de la policía no podemos esperar nada más que represión y violencia, sino simplemente para que aquellxs que aun confían en estos miserables se den cuenta del lado del que están realmente.
Hace unas semanas, Pablo Iglesias, con motivo de las elecciones en Andalucía, daba un mítin de su partido Podemos, el que presuntamente traerá «el cambio» y «la justicia social», en la ciudad de Málaga. En él, supongo que intentando rascar algunos votos de la derecha menos rancia, vitoreaba a las FSE (Fascistas Súper Enfarlopados… ¡¡uy!!, quiero decir Fuerzas de Seguridad del Estado) gritando vivas a la guardia civil, la policía nacional y los militares, que según él, eran pobrecitos «ciudadanos de uniforme» con los mismos deseos que todxs. Pues bien, los hechos hablan solos:
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