Para más información, mira también la noticia del asesinato aquí y la de los disturbios y protestas con motivo del mismo aquí.
Desde que el pasado día 18 de septiembre un neo-nazi asesinó a Pavlos Fyssas, rapero y activista antifascista y anticapitalista, en la zona del Pireo, en Atenas, de una puñalada en el corazón, la hipocresía de los diferentes partidos políticos no ha hecho más que ponerse en evidencia, destacando las declaraciones del partido neo-nazi griego Amanecer Dorado (AD), que se apresuró a negar cualquier vinculación con el asesino. Sin embargo, no es poca, ni difícil de encontrar, la documentación disponible que demuestra que, al menos, Giorgos Roupakias, asesino del compañero, sería un gran simpatizante de este partido, además de amigo de varixs de sus representantes parlamentarixs.
En primer lugar, tras la detención de Roupakias, este confesó ser el autor material de la puñalada que acabó con Pavlos Fyssas y se declaró miembro de Amanecer Dorado.
En segundo lugar, y teniendo en cuenta que el hecho de que Roupakias se declarase como miembro de AD pudo ser una bravuconada, tenemos también imágenes como una en la que Roupakias aparece acompañado de otro grupo de neonazis que portan banderas con la cruz céltica y con el emblema de AD, lo que demuestra, por lo menos, una fuerte simpatía por el ideario y práctica del mismo, lo cual no es de extrañar teniendo en cuenta que, entre otras propuestas, este partido recomendó minar las fronteras, tirotear inmigrantes que traten de cruzarlas ilegalmente o restablecer la pena de muerte para personas extranjeras indocumentadas, además de fomentar campañas de dura homofobia y protagonizar innumerables agresiones contra todo tipo de adversarios políticos, desde anarquistas de diferentes tendencias hasta los rojos estalinistas del KKE, pasando por estudiantes y colectivos izquierdistas o militantes de colectivos ciudadanistas vecinales.
No obstante, para más inri y para no dejar lugar a dudas, tenemos otra foto donde Roupakias aparece en una fiesta del partido AD posando acompañado de Konstantinos Barbarousis, uno de los parlamentarios de este partido (a la izquierda, Barbarousis, el que parece uno de los miembros del grupo musical Camela, y a la derecha Roupakias, asesino del compañero Pavlos Fyssas).
Una vez más, se caen las caretas y los maquillajes se diluyen ante lo flagrante de las evidencias y al descubierto queda la realidad de un partido terrorista, fascista y asesino que intenta aprovecharse de la caótica situación generada por las nefastas políticas neoliberales de la Unión Europea y del Estado griego para, en un momento de deslegitimación absoluta de las instituciones y fuerzas políticas tradicionales, presentarse con un populismo tendencioso de marcado carácter oportunista en el que se señala a inmigrantes, «izquierda» (donde, con calzador, incluyen cualquier fuerza política opuesta de forma más o menos transversal a sus planteamientos) y demás como responsables, y se presentan ellxs como aquellxs mesías que salvarán la situación. No obstante, en la memoria quedan pruebas históricas del modo en que los diferentes fascismos aprovecharon las situaciones de crisis y desestabilización de la economía capitalista para tomar impulso, y cómo, una vez en el poder, ya fuese mediante la victoria en las elecciones o los golpes de Estado amparados por las principales fortunas del momento, se dedicaron a sofisticar los sistemas de represión exterminando la disidencia mientras blindaban y administraban los procesos necesarios para la reactivación del capitalismo y la regeneración de su estructura interna.
El fascismo no es más que la exageración lógica del capitalismo, una herramienta de las élites de turno para protegerse cuando lxs representantes de su asquerosa democracia vuelven el desastre algo demasiado evidente y ni la televisión ni la prensa ni las campañas electorales masivas financiadas por intereses económicos privados pueden engañar o confundir a la rabia popular. Con discursos xenófobos se logra desmovilizar posibles intentonas de auto-organizarse más allá de estúpidas diferencias de nacionalidad, raza, género u orientación sexual para asaltar el cielo, fomentando el canibalismo social y permitiendo por lo tanto que el espectáculo continúe mientras lxs esclavxs se devoran entre sí y la plutocracia sigue impune.
Por ello, romper con el aislamiento y organizarnos libremente en barrios y ciudades, romper el concepto metropolitano y urbanita y crear comunidades basadas en la horizontalidad, el apoyo mutuo y la solidaridad son puntos clave para avanzar hacia una insurrección contra este mundo podrido y todo lo que sus sucias estructuras contienen.
Para terminar quiero hacer hincapié una vez más en que tras la detención del asesino neonazi por la policía griega no hay una verdadera intención de reprimir las ideas fascistas, sino más bien de conservar el rostro e imagen democráticos del Estado griego, cuya policía no hace más que amparar y proteger a esta escoria.
Ni rojos, ni demócratas ni fascistas, ¡viva la anarquía!
Nazis y policía, misma porquería.
Contra el terrorismo de Estado, uniformado o camuflado, con placa o sin ella, ¡guerra social!