Mientras estos días en Estados Unidos las redes sociales hierven por la boda gay de dos militares homosexuales, y el gobierno aprovecha la ocasión para colocarse su mejor máscara de tolerancia y respeto a este colectivo, lejos de las cámaras y los flashes la policía yanki, una vez más, continúa practicando la violencia psicofóbica, además de homófoba y tránsfoba y el abuso de fuerza y poder que caracterizan a todo Estado que se precie, y más en un país como EE.UU. donde desgraciadamente el gatillo fácil de los maderos está a la orden del día, especialmente para personas que pertenecen a alguno de los muchos colectivos marginados u oprimidos socialmente (personas psiquiatrizadas, personas transgénero, personas no heterosexuales, personas migrantes o no blancas, personas precarias o que habitan los suburbios, mendigxs, prostitutas, politoxicómanxs…).
Del blog del boletín informativo anarcoqueer Rosa y Negro (Madrid) extraigo esta triste noticia, que a su vez recogen del blog Tus piolets, mi fresadora, y que informa de la muerte de Kayden, un chico trans que además padecía autismo (Síndrome de Asperger) y que fue abatido a tiros a sangre fría por la policía el pasado 5 de febrero, en una absurda intervención que habría comenzado cuando la madre de Kayden, viendo que su hijo se encontraba en pleno ataque de ansiedad, llamó a la policía para que le ayudasen a tranquilizarse. Craso error. Cuando los maderos llegaron a la casa, se encontraron a Kayden sujetando un cuchillo y amenazando con autolesionarse, y no se les ocurrió otra cosa que dispararle (es decir, que para evitar que se autolesione, cogen y le fríen a balazos, ¿alguien me lo explica?).
Alejándome un momento de la condición de trans que caracteriza y matiza el caso de Kayden, no es la primera vez que la policía asesina a una persona autista a tiros, poniendo como excusa una presunta amenaza para la seguridad en realidad completamente inexistente. El 20 de septiembre del 2011, Serge, un autista no-verbal, moría asesinado a manos de la policía marsellesa. Así mismo, aquí mismo, en Galiza, en el Estado español, podemos recordar el caso de Javier Fernández, ex-batería del grupo de rock Los Piratas, y que fue asesinado por agentes de la Guardia Civil en agosto de 2015 en circunstancias muy similares a las de Kayden, cuando dos agentes alertados por vecinxs que al escuchar los gritos de Javier en su domicilio pensaron que se podía estar dando una situación de violencia doméstica, llegaron a su casa de la localidad pontevedresa de Ponteareas e ignorando por completo las peticiones de su mujer de que no le hiciesen daño a su marido y las explicaciones que su ella dio de que Javier simplemente estaba teniendo un brote debido a que acababa de abandonar la medicación por el trastorno bipolar que padecía, decidieron abrir fuego contra él como única solución. Luego, se inventaron y le contaron a todos los medios de comunicación que el hombre al que habían asesinado estaba armado, y había agredido a los agentes, y que además, estaba maltratando a su mujer, hasta el punto de que la propia mujer del asesinado, Andrea, tuvo que desmentir en sus redes sociales todas las mentiras de los picoletos asesinos.
Pero regresando al caso de Kayden, que es el que nos convoca en este post, doy paso a la noticia del blog Tus piolets, mi fresadora, no sin antes reiterar mi más sincero desprecio a todxs lxs miserables, cobardes y asquerosxs policías, a lxs ciudadanxs chivatxs y colaboradorxs, a las personas cuya falta de información y comprensión, así como de interés acerca del modo de ayudar y tratar a las personas que padecen trastornos o problemas psicológicos y que necesitan un apoyo y una atención que ni la psiquiatría ni la antipsiquiatría están hoy en día preparadas para prestarles (y que tiene mucho más que ver con la empatía y la comprensión, que con una forma u otra de gestionar el estigma de manera externa y burocrática), y por supuesto, a todas las instituciones psicofóbicas, transfóbicas y patriarcales que permiten que esto siga ocurriendo y que continúan limitándose a marginar a cualquier «anormal» que no se ajuste a sus normas asesinas, y aquí no estoy proponiendo ni solicitando una mayor preocupación del Estado y sus agentes y representantes en estos casos. Ya sabéis de sobra que no queremos nada vuestro, más que veros caer y arder, junto al resto de vuestra desoladora y asfixiante normalidad.
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Ayer 5 de febrero la policía asesinó a Kayden Clarke, un chico trans y asperger del estado de Arizona (EE.UU.) y conocido por sus videoblogs y en especial por un vídeo que se hizo viral donde su asistente personal canino le ayudaba frente a una crisis sensorial.
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En esta ocasión Kayden, estaba en plena crisis sensorial y de ansiedad, y su madre llamó a la policía de su ciudad (Mesa) para que le ayudara. El resultado fue el contrario. Según reporta el detective Esteban Flores, cuando los oficiales de policía entraron en su domicilio se encontraron con la tesitura de que Kayden tenía un cuchillo dispuesto a autoagredirse. Y a los policías no se les ocurrió otra cosa que dispararle. Por un cuchillo, sí. Bueno, al fin y al cabo la misma excusa que usa la policía siempre para agredir, siempre « tienen algo », y si no pues se lo inventan. No sería la primera vez que la policía mata a un autista: El 20 de septiembre del 2011, Serge, un autista no-verbal, moría asesinado a manos de la policía marsellesa.
Igualmente, aunque él portara una arma blanca, esto demuestra la carencia de formación psicológica que tienen las fuerzas del orden, donde los policías heroicos y asertivos se quedan una vez más en la pequeña pantalla (de donde nunca han salido). Donde la policía mata a autistas. Quizás los Estados Unidos de América sea un país sincero, con un Estado sincero (no perfumado de mierda keynesiana) que simplemente desea proteger sus intereses y sus métodos: Uno de ellos es el malthusianismo: Lxs «débiles» tienen que morir. Esa es la filosofía del Estado. El meritocratismo.
Pero tampoco me apetece centrarme en aspectos estatales y bajar más abajo, a la gente, donde el meritocratismo también se palpa. Se pueden decir muchas cosas de Kayden ya que hacía activismo en numerosas luchas.
Una de ellas, la animalista. Participaba en HALO (un colectivo de su ciudad que cuidaba de perrxs abandonadxs), cuya presidenta también llamó a la policía en el día de ayer, ya que Kayden le mandó un mail la noche del jueves diciéndole que si algo le pasaba que por favor cuidara de Sampson (su asistente personal canino que rescató del refugio de perrxs que llevaba su colectivo). Y me temo que a la presi le preocupaba más el perro que el chaval: Según leo en periódicos locales, Kayden no era un chico muy querido en los círculos animalistas de Phoenix. Al parecer, su actitud les chocaba. Una vez más, los círculos animalistas y veganos (donde los comentarios psicofóbicos del tipo «menudo loco desalmado ese que ha matado a un ciervo, deberían encerrarlo en el psiquiátrico» no tardan en aparecer en cuanto surge oportunidad) demuestran que es imprescindible que la lucha antiespecista/animalista/ecologista se interseccione con otras muchas luchas.
Kayden era chico trans. Bueno, se sabe por sus vlogs que tenía muchas ganas de comenzar el proceso hormonal en testosterona, no tengo la fuente que me confirme que se denominaba chico en verdad. En todo caso era trans y se llamaba Kayden Clarke. Muchos medios autistas se han hecho eco de la noticia de la trágica muerte, todavía más trágica al saber que él era la persona que salía en aquel vídeo viral que comentaba más arriba. Kayden en ese vídeo conectó con muches de nosotres, nos vimos a nosotres mismes. Viendo el meltdown de Kayden muches confirmamos que éramos autistas. Pero el problema viene cuando en los árticulos se malgeneriza a nuestro compañero. Esto se ha debido en gran parte a la información dada por sus propios asesinos (la policía), que en su declaración se refieron a él todo el rato en femenino pues no estaban al tanto de su transición; esa es la información que en todo momento ha circulado (y en la cual se han ensañado los medios locales aun sabiendo que se llamaba Kayden), por lo que la malgenerización se ha debido a una momentánea falta de información. En cuanto se ha corroborado su transición y sus pronombres, las noticias en páginas autistas (donde las cuestiones de género no suelen ser precisamente ajenas) se han ido editando paulatinamente. Su malgenerización ha venido más bien dada por los medios informativos locales, tránsfobos y neurotípicos como ellos solos, donde, tanto fuentes policiales, como redactores, como personas que comentan la foto, demuestran que Kayden era una persona que toda su vecindad rechazaba casi por unanimidad.
Así que: Ya que los websites autistas han ido rectificando el misgendering y han incluído su transición, me gustaría saber cuántos medios informativos LGTB y trans harán énfasis en que Kayden tenía y de hecho fue asesinado por su síndrome de Asperger. Es más, me gustaría saber a cuántos les interesará esta muerte. Posiblemente no lo hagan. Al igual que Alan Turing se sabe que fue gay pero no que fuera autista. Al igual que se sabe que Virginia Wolf era bollera pero no que era bipolar. Como siempre, los ídolos queer sufren un borrado total de su identidad neurodivergente. Como siempre, en las manifestaciones contra la transfobia se grita «somos anti-normales, no enfermos mentales». Como siempre, las asociaciones trans pisan del todo a sus compañeres trans y neurodivergentes con unas consignas que reclaman que se excluya el Test de Minessota en los diagnósticos de disforia de género cuando a las personas Asperger (algunas trans, otras cis) también nos dan el test de Minessota, con unas consignas con un #DerechoASer que pide que se excluya la transfobia del DSM cuando lo que habría que pedir es que se excluya el DSM de la faz de la Tierra.
A Kayden los médicos y psicólogos no le dejaron transitar hormonalmente debido a su síndrome de Asperger. Es más, le dijeron que se tenía que «curar de su autismo» (!!!!!!) antes de empezar su hormonación. Violencia psicofóbica diaria. Confirmo aquí, por lo que me atañe, que son diagnósticos excluyentes. Que tienes que elegir. Que si eres trans tendrás que ser binario y fingir neurotipicismo, tendrás que pasar por el aro. Mismamente a mí, que me encuentro en pleno proceso de diagnóstico de Asperger, sé que no podré acceder a hormonación conforme concluyan mi diagnóstico.
Así que por favor, chicos trans (neuro)normativos: No aprovechéis esta noticia para decir que la policía le asesinó por ser trans e incluírle como víctima de transfobia, y ya de paso intentar «medir» las cifras entre chicas trans asesinadas y chicos trans asesinados, decir que a vosotrOs también os matan, relativizar la transmisoginia, cargaros el transfeminismo un rato, y hacer un erasuring total de la identidad autista de nuestro compañero. Kayden fue asesinado por su crisis sensorial autista. Y su crisis sensorial se daría entre otras cosas, muy seguramente, porque los doctores no le consideraron lo «suficientemente trans», no se lo consideraban porque era autista. Vosotros tampoco le habríais considerado lo suficientemente trans si le hubiérais conocido. Kayden era ese trans del que todo el mundo reniega porque no conviene. Porque da «mala imagen». Porque a ver si «la gente que no sabe» va a pensar que todxs lxs trans estamos locxs y no vamos a poder conseguir esas conquistas socialdemocratillas que nos hemos propuesto.
Hurgando en el perfil de Kayden me encuentro con una imagen en su foto de portada: «Deja de intentar encajar cuando naciste para estar fuera». Quizás fue la moraleja, el bofetón, que quiso darnos desde un principio. Chicos trans normativos, mundo trans normativo, teníais mucho que aprender de gente como Kayden. Y mientras hayamos trans haciendo activismo neurodivergente, tendréis mucho que aprender de nosotres. Rest in power compañero, hermano. El mejor homenaje, continuar la lucha.