El siguiente comunicado, recogido de Instinto Salvaje (quienes recogen y traducen de Mpalothia) reivindica el ataque incendiario que sufrieron dos iglesias en Atenas, Grecia, como gesto de odio hacia la miseria espiritual y existencial que supone la religión, y de cariño y solidaridad hacia Mónica y Francisco:
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Creemos que no existe una razón particular para acompañar una acción destructiva de la manifestación del odio y la ira contra uno de los mecanismos de opresión más atemporales que el rebaño humano ha creado con un motivo oculto para convertirlo en una garantía de seguridad y estabilidad. Además, ¿cómo podrían los siglos de opresión, castigo, culpa, vergüenza y la ejecución de ser castigadxs y atentamente analizadxs en un sólo texto reivindicativo? Necesitaríamos de muchos volúmenes de libros para cubrir una mínima parte de la demostración de esta degeneración de la existencia que es la religión, que siempre ha sido el crisol de la debilidad, la renuncia, el terror, la decadencia y la distorsión, manchando descaradamente a través de su propia paradoja la vida y sus glorificadores, difundiendo por todas partes el germen de la culpabilidad por un futuro y que contribuyen a la creación de creyentes amputadxs que están dispuestxs a arrodillarse ante todo predicador de la verdad y adoran el azote del pecado.
A través de esta breve aproximación, cualquier persona puede comprender que el papel de la religión es la contribución en el establecimiento de las sociedades autoritarias y la vida en masa que evoluciona en la rutina de vida cotidiana de la población infectadas de inseguridad, que estén separadxs de su propia voluntad personal y la pasión, que están condenadxs a llevar la carga del ideal sagrado que fue presentadx con el ejemplo divino como una lógica innegable que en su secuela constituye la matriz de las doctrinas científicas contemporáneas. Por otra parte, la importante contribución de cada religión en la generación de la vanidad y la apatía no podía permanecer en la oscuridad, ya que la sustancia divina que se está mostrando de las personas religiosas como una calle de un sólo sentido podría florecer en circunstancias de asignación y de representación . Por lo tanto, la agresión contra las estructuras de la religión es una parte irrenunciable de la guerra global que estamos realizando contra el sistema existente. Una guerra con las consecuencias que muchos compañeros, dispersos en el tiempo y lugares, se han enfrentado y todavía se enfrentan. Algunxs de estxs compañerxs son Mónica Caballero y Francisco Solar, quienes fueron condenadxs a causa de los ataques con bombas contra la catedral de El Pilar de Zaragoza. Queriendo expresar nuestra complicidad con lxs compañerxs presxs, en el contexto del llamamiento a la solidaridad internacional, es que destruimos las ventanas e incendiamos estas dos iglesias:
-El Monasterio de Todos los Santos en Kallithea
-El Monasterio de San Basilio en Exarchia
Para trazar este texto en su fin, vamos a utilizar una cita del compañero Francisco Solar, que creemos que expresan los motivos de nuestra acción:
“Somos iconoclastas. Por lo tanto, pienso que en esta búsqueda debemos ser consecuentes; no somos los salvadores de nada ni de nadie si nos enfrentamos al poder es porque lo queremos eliminar de nuestras vidas y no porque esperamos que de sus ruinas surja un paraíso. Lo nuestro es la negación completa de lo establecido y lo que eso pueda deparar es un enigma. Eso es lo que nos motiva.”