Recibo en el correo electrónico la siguiente carta, solicitando su difusión, a lo que accedo no sin antes aclarar que al encontrarme en el Estado español desconozco totalmente la realidad del territorio mexicano y cómo funciona allá la Cruz Negra Anarquista a la que el escrito a continuación hace una fuerte crítica y acusa de una serie de prácticas deshonestas hacia compañeres. Por ello, al publicar esto no es mi intención dar (ni restar) validez al escrito, sino dar a conocer un posicionamiento y una crítica. Esto no lo digo por intentar «echar balones fuera» ni tampoco para desvincularme de lo que sigue. Como he dicho, no vivo en México ni he estado nunca allí y por eso creo que la valoración positiva o negativa del contenido de dicha crítica le corresponde a les compañeres de México, no a mí.
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Sobre la farsa añeja
Las circunstancias, situaciones diversas y condiciones nos vuelven a encontrar, así como también, nos volvemos a encontrar con lxs “fantasmas de las navidades pasadas”.
El contexto en donde se desenvuelve la escena anarquista en México es hoy por hoy, preocupante, sobre todo para todxs aquellxs que fuimos parte activa alguna vez de todo esto, o para lxs que aún lo son.
Y no lo digo por decir, es sabido por muchxs que las personas que integran las “nuevas generaciones” se han topado con ideologías atractivas para la era de alternatividad, así se pasan de una “fila” a otra, las drogas los minan, las ansias de reconocimiento en la escena anarquista es más que evidente y la debilidad en la seguridad es clara, tanto que se da por alto las infiltraciones policiales de las que algunxs han hablado en el pasado: México: La infiltración del Cisen en los círculos anarquistas.
Ante esto, tenemos los viejos vicios que hace tiempo hacen que esto se vuelva cada vez más tedioso, para poner un ejemplo, están las mañas de la denominada Cruz Negra Anarquista de México, la cual, desde hace ya unos años, con su doble moral y sus posicionamientos débiles, dejan un mal sabor de boca con su labor anticarcelaria dentro de la escena.
No negamos que dentro de la CNA haya individuxs que de manera sincera pongan en práctica la solidaridad negra con lxs prisionerxs políticxs antagónicxs, pero algunxs otrxs no están ni cerca de esa sinceridad.
Y esto no es viejo, el compa Chivo ya había expresado de la siguiente manera su inconformidad en su última carta desde el anonimato: «Aprovecho este espacio para afirmar que me deslindo de la Cruz Negra Anarquista México debido a discrepancias de posiciones y por no haber ninguna afinidad, y por motivos varios; a ellos agradezco el apoyo que me brindaron cuando estuve en prisión, sin embargo, ahora no hay ningún tipo de relación y en caso de que en algún futuro cercano o lejano, yo me viera capturado dejo en claro que no aceptaría de nuevo su apoyo en ninguna manera, ya habrá afinidades que me respalden.»
Lo dicho por el compa es prueba irrefutable de que más de unx tenemos serias discrepancias con la manera de «trabajar» de la CNA en México.
Dado que esto es un texto que pretende evidenciar y dejar claras algunas cosas que están pasando dentro de los círculos anarquistas, no diré mi nombre, y bajo la opción individualista del anonimato escribo estas líneas, solo diré que hace unos años estuve en prisión, bajo las normas del podrido y hediondo sistema penitenciario de este país, las personas de la CNA me apoyaron sí, pero a su conveniencia (refiriéndome en esto, al dinero que me llegaba del extranjero en ciertas cantidades, pero que al ser entregado a mis familiares, mágicamente la cantidad era reducida), con limitantes y bajo los manoseados estándares de «victima», al parecer, en los años que estuve preso, ellos en varias ocasiones limitaron la ayuda a lxs compas que orgullosamente reivindicaban su responsabilidad en ciertos ataques, «argumentando» que si ellxs eran «culpables» no había nada que hacer…
Yo y lxs demás presxs «representadxs» por la CNA en esos años, desde luego que no caíamos en la trampa del esquema jurídico «inocente-culpable», fuimos, hasta donde pudimos, consecuentes con nuestra forma de pensar, solo eso, ni culpables ni inocentes.
Ni qué decir de lxs compas que estaban presxs en esos años y que llevaban una dieta vegana o vegetariana, lxs cuales eran condicionadxs por la CNA al decir que; «estás en la cárcel, aquí no puedes ser vegano/vegetariano», en contraparte algunxs de estxs compas demostraron con orgullo que las rejas no era impedimento para seguir con su dieta libre de productos animales.
Ante todo esto, me he animado a publicar esta carta pues ya son varixs compas lxs que hemos llegado al hartazgo de ver cómo es que organizaciones falsas como la CNA se las dan de «bienhechores» ante el movimiento internacional anarquista, y en México son una cosa muy diferente.
Esto no lo invento yo, ya he citado las palabras del Chivo, como prueba está también la creación de un nuevo grupo anticarcelario, el hecho de que se forme otro grupo aparte de la CNA en la CDMX es prácticamente una clara señal de que algo anda mal, hasta los grupos eco-extremistas (que ni siquiera tendrían que abordar dichos temas, pues no es de su incumbencia mencionar lo que dijeron, pues no son anarquistas) también lo han dicho. Para que quede claro, cuando estuve presx, las personas de la CNA me «apoyaron», les daría las gracias, pero dado que el apoyo fue condicionado, limitado y quizás hasta sin sinceridad de compañerxs de ideas, no tengo nada que decirles.
Espero que este texto sirva de algo para denunciar públicamente a todxs aquellxs que sin escrúpulos, lucran y se benefician con una falsa mascara de compañerxs, de la, de por sí, jodida escena anarquista en México.
Ciudad de México a 7 de febrero 2017
Unx ex-prisionerx de guerra