El siguiente texto apareció publicado recientemente en el Indymedia Barcelona de forma anónima, y aunque no comparto del todo lo que dice y creo que cae bastante en la prepotencia y en la superioridad moral, me ha parecido interesante difundirlo para su lectura.
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Nadie va a venir a salvarte compañero. Nadie.
No se ve revolución alguna en el horizonte, no hay partido, no hay ninguna gran idea que finalmente vaya a hacer ver a la humanidad su potencial y nos vaya a liberar de las cadenas.
No hay vanguardia, ni propósito, ni un método secreto que todos podemos usar para mágicamente hacer a los poderosos resignarse al destino de una existencia ordinaria.
Han habido pretendientes. Hay curas y chulos y falsos dioses que te piden que los adores. Te darán “ciencias” inmortales e identidades y te asegurarán que si suficiente número de gente se pone el uniforme o habla las palabras correctas todo estará bien.
También hay por supuesto los que niegan incluso esto, los que rechazan toda acción sin que cada detalle esté planeado. ¿Quién dirigirá las escuelas, quién construirá las carreteras, cómo los neumáticos ardiendo y las barricadas aumentarán nuestras huellas?
Ellos llamarán a nuestros planes ilusos, poco prácticos, una fantasía insurreccional.
Ellos dicen esto medio dormidos.
Ellos, tan sabios, maúllan y dicen que “hay que esperar a que el pueblo se levante”. La gente ya se ha levantado, y han sido aplastados. El movimiento Occupy falló, Standing Rock falló. Y todo lo que queda es Tú y Yo.
Ellos, tan fuertes, roncan y dicen que esperan a que les quiten sus derechos, el derecho a asamblea o a votar una linea invisible que no respetarán. ¿ Dónde estuvieron ellos cuando el Patriot Act, o la NDAA? Hicieron peticiones, gimotearon, perdieron.
Dicen que están esperando un gran evento en un universo con millones de ellos cada día. Cada día los criterios cambian, cada día siguen creciendo haciéndose más viejos e inactivos.
Todo el mundo espera y nadie quiere empezar, todo el mundo quiere unirse pero nadie quiere mancharse las manos. Todos esperan para una gran revuelta generalizada, pero si robas una manzana o quemas un coche patrulla te llamarán “aventurero”.
Todo el mundo está seguro de que el cambio está tras la esquina, que poderes divinos nos van a poner en el camino correcto. Todo el mundo está seguro de que el tiempo está de nuestro lado, que los buenos siempre ganan y que este estado de cosas no puede durar por mucho más tiempo. Todos dicen que es muy posible hacer una revolución sin derramar sangre y sin herir sentimientos, que todos tendrán voz y a todos se les cuidará.
Todos tienen claro que la revolución será como un paquete de Amazon: rápido, limpio y listo para ser disfrutado directamente en la puerta de casa. Ellos tienen hijos y deben pensar en ellos primero, pero con gusto pasarán por encima de tu cuerpo una vez hayas construido el camino para que ellos puedan caminar.
Todos esperan. Esperan algo. Esperan a alguien, alguien que venga a salvarlos.
Nadie viene para salvarte compañero. No hay nadie.
Esta gente va a morir igual que han vivido. Van a estar exactamente en el lugar donde ya están, en el sofá, y lucharán online porque eso no les cuesta nada. Igual que la mordaza para las “noches especiales”, la política es el fetiche que los hace sentirse diferentes.
Siempre hablan sobre emociones, sobre cuánta “solidaridad” dan y necesitan. Cada vez que un chico negro yace en una piscina de su propia sangre ellos se siente realmente mal, de verdad. Pero ellos tienen trabajos ¿no lo ves? y familias, y shows para ver en TV y un coche al que mantener.
Se sentirán mal por ti compañero si pierdes tu empleo. Porque harán un llamamiento a la huelga general y harán carteles, insignias y pins, siempre que sea un fin de semana y no en sus vacaciones por supuesto, y con suficiente antelación para avisarles.
Se están haciendo viejos, esta gente, felices con saber que si hubiesen tenido la oportunidad habrían hecho algo espectacular. Ellos tendrán sus pequeños y felices funerales, no los funerales tristes, donde se celebrará su vida mediocre hablando de qué tan “valientes” fueron y qué tan “dura” fue su lucha por la libertad.
Quién nunca se menciona, cómo y cuando, cortésmente no son discutidos.
Hay millones de ellos compañero, siempre los hubo y siempre los habrá. Ellos nacen, se retuercen un rato y luego vuelven al agujero del que se arrastraron para salir.
Ellos buscan una guía, miran a qué se pueden unir y esperan pacientemente a que venga alguien para meterles la comida en la boca y ayudarle a masticar.
¿Vas a esperar a esta gente compañero?
¿Vas a esperar a la misma gente que prefieren que seas TÚ el que sufra y TÚ el que mueras con tal de que ellos puedan jugar sin riesgos?
¿Vas a esperar a la misma gente que no va a mover ni un dedo para ayudarte a menos que no se vayan a meter en problemas y todo lo difícil esté ya resuelto?
¿Vas a esperar y hacer planes para convencer a los que necesitan ser convencidos, los cuales no van a moverse ni un centímetro hasta que no sepan cuántos árboles serán plantados en cada escuela que de repente es accesible a ciegos y sordos?
¿Vas a esperar por aquellos que catalogan tus actos como pecados mientras que rezan enfrente de las porras de los policías?
¿Vas a esperar para que todo el planeta se ponga de acuerdo en torno a una idea, un evento monumental que sería el primero en toda nuestra historia?
¿Estás listo compañero, para morir como ellos, rodeado de favores baratos y música aún más barata mientras tus amigos cantan himnos a una existencia banal?
¿O vas a hacer algo?
No me confundas con un idiota compañero, y espero que tú tampoco lo seas. No quiero ni morir ni ir a la cárcel. No tengo interés en ser un mártir porque quiero ser libre, al igual que tú.
Pero si estas preparado para actuar, para dejar de lado las discusiones y construir de verdad, entonces quizás tengamos una oportunidad. Tú y Yo, ya no voy hablar más de Ellos.
¿Y si nos centramos en ser libres? ¿Y si construimos las estructuras que necesitamos para llevar esto a cabo? Y si en lugar de discutir sobre el estilo del corte de pelo o el color de la bandera, discutimos sobre cultivos para plantar o atracos a realizar? ¿ Y si creamos un sindicato, una banda, dedicada a buscar la libertad?
¿Qué tal si dejamos las ciber-discusiones y nos volvemos compañeros de verdad, del tipo de los que se esconden unos a otros de la policía y ofrecen un lugar seguro donde esconderse?
¿Que tal si podemos confiar el uno en el otro de modo que sepa que voy a estar seguro a donde sea que vaya por que si atacan a uno, realmente atacan a todos? ¿Y si en lugar de esperar una guerra apocalíptica empezamos a llevar a cabo NUESTRA propia guerra cotidianamente, una guerra contra todo lo que nos esclaviza?
¿Y si hacemos esto? ¿Qué tal si dejamos de lado las teorías y nos centramos en esto? ¿Por qué no? ¿Por qué esperar?
Nadie va a venir a salvarnos compañero. Nadie.
Así que nos corresponde a ti y a mi.