[Poema] Normalidad estupefaciente.

Víscera fue una publicación editada en Barcelona entre los años 2007 y 2011 y de la que salieron sólo 4 números (1 por cada año, siendo el 4º y último correspondiente a los años 2010 y 2011). Su contenido iba desde la filosofía antagonista hasta la poesía, pasando por una buena cantidad de artículos sobre temas como la crítica del urbanismo y la represión a través del civismo y el control totalitario del espacio, antipsiquiatría, crítica al sistema tecno-industrial, deconstrucción del género y sus modelos, sobre la situación en el contexto de conflictos en Gaza y otros territorios donde el imperialismo euroyanki centró sus estrategias de asalto neocolonial y un buen etcétera. Una revista que a mí, personalmente, me regaló agradables lecturas. La editorial del número 1, que me pareció muy buena, fue publicada en este blog anteriormente (leer aquí).

Del mismo número 1, tomo este poema, titulado Normalidad estupefaciente y que, al menos como yo lo interpreto, es un desnudo de esta sociedad hipócrita que señala a lxs desesperadxs que calman su angustia y su dolor con heroína pero olvidan que ellxs también lo hacen sólo que en vez de jeringas y cucharillas calientes utilizan el alcohol, el cigarrillo de después de comer, los psicofármacos, las aspirinas, el ibuprofeno y demás mierda.

Ya lo decía cierta banda de crust de Barcelona, Leadershit, en una de sus canciones:

Todos somos yonkis, putos yonkis de mierda
enganchados a deseos, putos deseos de mierda.

Y ojo, personalmente odio las drogas y la cultura hedonista de la evasión. No obstante, ese doble rasero social me cabrea más aun.

————-

Advertencia.

El mundo es un manicomio situado en la penitenciaría del universo; habitamos en este ecosistema seres que nos sustraemos de la existencia. Con acrobacias organizamos los movimientos que nos desenvuelven dentro de la estructura carcelaria de la urbanidad, acotada entre la fuga de la muerte y la condena del ser. Es la esfera de los humanos enfrentándose a su insignificancia temporal, a su autóctona forma de ser en el ultimátum de la vida. Proclamando en la úlcera cotidiana la asfixia de nuestras necesidades y observando las ondulaciones de los sucesos en un estado aletargado, somos cómplices del engaño de la realidad maquetada que se mofa de nuestra abstinencia sedentaria postrados en las celdas de la conformidad.

NORMALIDAD ESTUPEFACIENTE

Nos arrastramos babosamente
por los pasajes de los barrios convictos
a comprar la mercancía nativa
a unas duras familias de látex

En las casas químicas de los arrabales insurrectos
de callejones fallecidos con hedor a jarabe,
los interdictos angustiados por la agria abstinencia,
clandestinos a las miradas,
esperan la extensiva intravenosa
para satisfacer su adicción antibiótica.
¡Ya llega el analgésico! Con horas de atraso
¡Las tercianas intermitentes por fin serán aplastadas!
Cuando la aguja anexe en el ritmo de la sangre
el medicamento anárquico,
multiplicador de los recuerdos,
custodiados en el nicho de sus mentes,
que los devolverá a la normalidad estupefaciente.

El megáfono transnacional,
sigue vociferando las ofertas narcóticas,
sostenido por la mano postiza
de un muñeco toxicómano travestido.

Tóxicxs

Esta entrada ha sido publicada en Fanzines y Revistas, Publicaciones, Textos y etiquetada como , , , . Guarda el enlace permanente.