«Taupada bakoitzaz koloreztatu zuri-beltza
Taupada bakoitzaz iribarre bat»
La semana pasada tuvo lugar en la ciudad de Iruña un nuevo episodio represivo contra los espacios autogestionados y combativos. Las fuerzas policiales desalojaron el Gaztetxe Maravillas a ostias y a balazos, pues en la zona fueron encontrados casquillos de bala, que fueron recogidos rápidamente por la propia policía para ocultar que ya fuese al aire o al pecho de alguien, aquel día dispararon munición letal (a continuación, un vídeo donde se puede apreciar el momento donde los maderos nerviosos acuden a recoger los casquillos mientras otros trozos de mierda con uniforme graban con cámaras a les manifestantes).
Este centro social okupado lleva el nombre de Maravillas por Maravillas Lamberto, una niña que fue secuestrada por la guardia civil del fascismo (de la cual es heredera directa la actual «benemérita») cuando fueron a detener a su padre por su actividad sindical. Con tan sólo 14 años, Maravillas fue violada y abusada sexualmente repetidas veces, torturada y finalmente fusilada por los sádicos fascistas, que también ejecutaron a su padre después de obligarle a ser testigo de todas las barbaridades que hacían con Maravillas. Dudo que sea casualidad que, de hecho, el desalojo del Gaztetxe que lleva su nombre se produjo sólo dos días después de la fecha en la que esta tragedia cumple otro aniversario, el 17 de agosto (a Maravillas la mataron el 15 de agosto de 1936).
Al desalojo tuvieron que hacer frente una gran cantidad de activistas y vecines, que después de palizas, pelotazos de goma y carreras, volvieron esa misma tarde a okupar el espacio, anunciando por redes sociales la reapertura y llamando a la resistencia. Posteriormente, el ayuntamiento retiraba la denuncia pero advertía que eso no significaba que renunciasen a «la defensa del bien de titularidad pública» (es decir, que no renunciaban a intentar desalojar Maravillas otra vez). En cualquier caso, Maravillas es y será siempre un espacio de, por y para el pueblo.
Sigue a continuación un artículo del blog «Borroka Garaia Da!» al respecto de la lucha por la okupación y los espacios autogestionados en Iruña y en Euskal Herria en los últimos años, tomando como referencia el caso de Maravillas.
Fuerza a les compañeres de Maravillas.
¡Ninguna agresión sin respuesta!
Borroka da bide bakarra! Maravillas herriarentzat!!
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Era agosto del 2016. Los hijos e hijas de gran parte de los parlamentarios navarros estaban de vacaciones, tostándose al sol o haciendo cursos de inglés en Irlanda. Mientras, decenas de jóvenes humildes, hijos e hijas de la clase trabajadora durmiendo en las calles de Iruñea. Y no es porque fueran sanfermines, que ya habían pasado. Fue fácil echarlos a la puta calle con la policía desde las instituciones navarras desalojando un espacio ocupado que daba cobijo a las vidas de unos jóvenes sin recursos ni acceso a la vivienda. No hubo ningún comunicado de condena de ningún partido, no solo porque todos fueron cómplices del desalojo sino porque no estaban para esas cosas. También estaban de vacaciones. Aunque siempre queda algún secretario sin vacaciones que justificó el desalojo porque ya había un proyecto institucional con inversión de 450.000 euros para el edificio para ponerlo “para la juventud”, siguiendo la clara lógica de expulsar a jóvenes que han conseguido vivienda para construir viviendas para jóvenes. Estamos en el 2018 y nadie sabe donde quedó ese proyecto. Supongo que en el mismo sitio donde se levantó el proyecto tras derribar Kukutza.
Tres meses después se produciría otro desalojo silencioso con la complicidad de casi todos los partidos. Las instituciones navarras llevaban amenazando o mintiendo más de medio año a la asamblea del gaztetxe. Primero amenazándoles con desalojar, luego haciendo que cambiaran de sitio el gaztetxe, y una vez cambiado de sitio fueron expulsados y desalojados.
No sería el ultimo desalojo realizado en Iruñea, aun habría dos más (en octubre del 2016 y en marzo del 2017). En uno de ellos la policía nacional española y la policía municipal de Iruñea abrieron unas cuantas cabezas a porrazos y la sangre salpicó el suelo.
Todo lo contado hasta aquí apenas existe ya para ningún medio de comunicación de masas ni para las direcciones de ningún partido como si fuera una leyenda urbana de un pasado remoto ya inescrutable. Pero no fue olvidado por la juventud obrera de Iruñea, y es el contexto donde se levantó el gaztetxe Maravillas en septiembre del 2017 liberando un nuevo espacio colectivo de las garras del poder burgués que lo mantenía en desuso.
No pasarían muchos meses para que el ayuntamiento de Iruñea ordenara el cese de actividades de Maravillas y amenazara con enviar a la policía lo cual puso en alerta a la asamblea del Gaztetxe, que ya en mayo del 2018 denunciaba una situación de hostigamiento policial y presiones, lo que les llevó a afirmar que: “el problema muchas veces es que esa izquierda que está gobernando en las instituciones, o bien no es valiente y se acobarda con los gritos de la derecha, o bien su ideología ciudadanista e interclasista les lleva a querer conciliar intereses irreconciliables y por tanto, en ultima instancia, a servir a los intereses de la burguesía. Es así como interpretamos los últimos acontecimientos.”
Poco después el gobierno de Navarra recogería el guante e intentando aprovechar “agosto” llevaría la presión hasta el punto donde nos encontramos ahora mismo. Una situación donde el gobierno de cambio se escribe entre comillas, o simplemente por arte de magia ha desaparecido el cuatripartito y se habla directamente ya de gobierno de Geroa Bai aunque los demás partidos que gobiernan tengan más del doble de votos que la sucursal del PNV.
Desde el 2016 las justificaciones “de izquierda” para tratar como a perros a los y las jóvenes consistían en que eran “enemigas del cambio” o que estaban “mal aconsejadas” o simplemente el silencio. Por eso los comunicados son papel mojado cuando no se corresponden con hechos. Todo el mundo sabe lo que significa que algunos políticos abracen a niños o acaricien animales. Otro día hablaremos de las estrategias institucionales reales que están en juego. Y algunas de tal ceguera y ombliguismo que son capaces de decir que la juventud obrera, los gaztetxes y el poder popular no son el objetivo sino sus butacones.
Pero como ya comenté en otra ocasión. No estamos en el 2015 ni en el 2016, cuando entonces con un poco de esmero se podían silenciar los desalojos en Iruñea o convertir a los agresores en víctimas “de ataques al cambio”. Estamos en el 2018, por toda Euskal Herria el movimiento juvenil entorno a los gaztetxes ha tenido una nueva eclosión y en Iruñea concretamente están recogiendo el fruto de un trabajo callado de años. Ya no son solo unos y unas jóvenes con inquietudes y sueños. Ya conocen la represión, las mentiras y las falsas promesas. Ya son veteranos y veteranas de un trabajo constante en el ámbito juvenil y de apoyo total al pueblo trabajador vasco del que forman parte. Por lo que la clase trabajadora y la juventud no les ha dado la espalda y la tienen apoyada ahora en el gaztetxe para defender sus intereses, que son los de todos y todas.
Así que esos que han usado la represión, las mentiras y las falsas promesas, esos que ya han desalojado no una sino unas cuantas veces acusan al Gaztetxe de no querer dialogar como justificación al ataque criminal que desalojó el gaztetxe por unas horas ayer. Lo único cierto es que el gaztetxe siempre se ha mostrado dispuesto a dialogar pese haber sido engañados más de una vez y que lo único que pedían es que para iniciar un dialogo la amenaza de desalojo debía dejarse a un lado. El gobierno navarro no lo aceptó para dialogar, no quiso desprenderse de sus grupos armados policiales y la amenaza a que actuaran. Aun así, y pese a que el gobierno navarro quería ir a dialogar con un fusil apuntando a la juventud de Iruñea , el gaztetxe en un enésimo esfuerzo transigió y aceptó que se diera el dialogo aunque estuvieran amenazados, y solo pidiendo que éste se realizara en un sitio neutral y.posponerlo un día. Evitando así que este encuentro eclipsara las actividades programadas por parte del gaztetxe en las que Maravillas Lamberto iba a ser homenajeada. La respuesta del gobierno de Navarra fue tajante. No aceptó dialogar, debía tener muy ocupado ese día propuesto, ¿Se tendría que hacer la manicura Uxue Barkos?. No lo sabemos, lo que si sabemos es que ese día un contingente de cientos de policías de varios colores pegó de ostias a la juventud de Iruñea, que aun tiene los cuerpos marcados, decretó el estado de excepción en el casco viejo y como una panda de cobardes desalojaron el gaztetxe. Por eso no podían dialogar, estaban ocupados organizando el desalojo e inventándose proyectos sobre la memoria histórica como lo de los 450.000 euros.
Lo cierto que es que no tenía ninguna gana de escribir lo escrito hasta aquí pero frente a tanto cinismo y caretas el asqueo llega a límites muy grandes. Mi mayor desprecio y rabia a todos los que han aportado algo, mucho o poco, en atacar a la juventud obrera de Iruñea todos estos años. Para mi, como también decía Errekaleor, todo aquel que aporta de una forma u otra en desalojar espacios del pueblo trabajador lo considero enemigo de éste. Los que han mirado a otro lado e intentado hacer control de daños solo me dan pena.
De lo que quería escribir es de lo bueno. Siempre que veo un “Gernika” me acuerdo de mi amama. Si soy abertzale y otras cosas, en gran parte es gracias a ella. En su cuarto había un cuadro del Gernika, ahí es donde me contó que perdimos una guerra y muchas otras cosas más. También en Iruñea el día del desalojo había un Gernika en las puertas del gaztetxe, y también había una amama que saltó la línea policial para fundirse con la juventud: Josefina Lamberto, la hermana de Maravillas.
Una juventud que pase lo que pase ha dado una lección y que no se borrará jamás. Y como decía aquel, pudiera llegar el día en el que el valor de la juventud trabajadora vasca decayera, en que olvidaran a los suyos y se rompieran los lazos de la comunidad, en el que una horda de lobos y escudos rotos intentaran rubricar la consumación de sus fechorías, pero ayer no fue ese día. Se luchó por lo que se amaba y un desalojo acabó diluyéndose como un azucarillo llenando de impotencia a todo un sistema opresor a todas sus armas y toda su miseria, y transformando en sonrisas las lágrimas del pueblo humilde.
Pueden intentar desalojar y destruir todo lo que quieran o puedan, que mientras se siga golpeando el hielo la posibilidad de que casque siempre está ahí. Siempre. Ninguna lucha en este país ha sido inútil. E ir cascando el hielo por aquí y por allá hará que sea mas fácil el momento del deshielo, donde todo se derrita y se evapore al calor de que el pueblo trabajador vasco y su juventud recupere lo que es suyo, que es todo.
Gracias a toda esa juventud que sigue golpeando el hielo y ánimo a los que no son tan jóvenes y que debemos entender que sus caminos son los nuestros. No es solo un gaztetxe, que ya es mucho, es la guerra que perdimos que continuará hasta que la ganemos. Lo que no sabe el enemigo , es que lo que verdaderamente está amenazado es su viejo mundo que arde. El gaztetxe Maravillas les ha dado una segunda oportunidad para que la amenaza de desalojo sea retirada. Harían bien en aceptarla.
Nota: 19/8/2018 Unas horas después de que este post fuera publicado el gobierno de Navarra retiraba la denuncia para el desalojo. No sin antes afirmar que el intento de desalojo “no fue un error” sino legítimo y que “no supone en ningún caso que el Gobierno renuncie a la defensa del bien de titularidad pública”, es decir, a intentar volver a desalojarlo o a ponerlo bajo el control del capital y las instituciones burguesas, sino que la retirada de la denuncia tiene el objetivo momentáneo de buscar el “tiempo necesario para preservar y asegurar el mantenimiento de la seguridad ciudadana”. No descartan para un futuro por tanto volver a atacar el gaztetxe, desalojarlo o subsumirlo dentro de la ordenación capitalista. En cualquier caso, la victoria popular de haber parado en seco sus siniestras intenciones, de haber inutilizado este intento de desalojo por la fuerza quedará ya para el recuerdo de la memoria de lucha de Euskal Herria. Y la misma determinación será la que en un futuro podrá generar la resistencia necesaria para intentar parar cualquier nuevo intento de ataque sea de forma abierta o encubierta.