Hoy, 11 de septiembre, se cumplen dos décadas desde que la compañera Claudia López Benaiges fue asesinada por la policía. Claudia era estudiante de danza, escribía poesía y hacía teatro. Además, era una prolífica activista anarquista y feminista que participó de numerosas instancias contra la autoridad del Estado, el Capital y el Patriarcado.
El 11 de septiembre marca en Chile la fecha del golpe de Estado militar de Augusto Pinochet y el inicio de su sangrienta dictadura, un tubo de ensayo para las políticas neoliberales extremas diseñadas por los denominados Chicago Boys y auspiciadas por los EE.UU. Por eso, esa es siempre una jornada de memoria, agitación y revuelta para honrar a todes aquelles que fueron asesinades por el Estado en la dictadura pero también (y sobre todo) durante la democracia que recogió el relevo.
Aquel 11 de septiembre de 1998, Claudia se encontraba junto a otres muches jóvenes combatientes en las barricadas incendiarias de la «pobla» de La Pincoya (un suburbio de la periferia metropolitana de Santiago de Chile). Durante los enfrentamientos que estallaron entre la policía y el grupo de encapuchades, uno de los maderos sacó su arma y disparó contra Claudia, que alcanzada por los disparos en la espalda no pudo recuperarse.
Claudia murió, como no podía ser de otro modo para una bailarina anarquista, en una última danza salvaje de su pasión por la libertad y el riesgo que supone defender ese compromiso hasta las últimas consecuencias en este mundo de jaulas, explotación y violencia, desde su condición de revolucionaria pero también de mujer y de explotada. La compañera conocía muy bien cuáles eran esos riesgos y aun así eligió salir a la calle para vengarse no sólo del golpe de Estado como símbolo de un régimen, sino de toda forma de poder.
A nosotres, que no la conocimos, sólo nos queda recordarla con complicidad y rabia, y empaparnos de las palabras de fuego que ella dejó escritas en sus poemas y escritos, así como de las reflexiones de quienes sí lucharon y vivieron junto a ella.
Sólo mueren aquelles que caen en el olvido. Por quienes se atrevieron nos atreveremos. Claudia López, Norma Vergara, Mauricio Morales, Sebastian Oversluij, Jhonny Cariqueo, Matías Catrileo, y todes les demás, presentes.
¡Maderos, Cobardes, Asesinos!
Para más información de la vida, lucha y muerte de la compañera:
Aquí podéis acceder a un PDF listo para descargar de un fanzine editado en memoria de la compañera, titulado “La memoria como acción”, que recopila varios textos en recuerdo de Claudia.
Aquí podéis acceder a otro fanzine de propósito similar, editado a 10 años de su muerte.
Aquí podéis acceder a un poemario con algunas de las poesías de Claudia, titulado “La libertad lleva tatuada en el cuerpo a una hija de puta”.
Aquí se puede encontrar un recopilatorio con textos, poemas y escritos en memoria de la compañera, publicados poco después de su asesinato.
Además, dejo el documental “Claudia en el corazón”, realizado en memoria de la compañera:
Aquí dejo también para terminar una canción de Sangrenlasvenas en memoria de Claudia, titulada «Danza de Fuego»:
A través de la historia seremos la sombra rompiendo los silencios
despavoridos pájaros al encuentro con los muertos, si nada sale en vano.
Cuando por fin, a millones de segundos de tu muerte,
seremos cuervos apareándonos emergiendo de las cenizas.
Aquí estamos a la orilla de tu danza hermosa,
al encuentro con tu calor,
viviremos en tu fogonero recuerdo.
Claudia López sigue siendo impulso destructor de esta linda mierda que nos rodea (x2)
Mis alas mustias en picadas y a tu encuentro,
respiro y camino como hormiguita por tu cuerpo.
Mi equipaje es un bolso lleno de frases,
impresiones piratas que naufragan en tus compases.
El viento sopla y me refresca las ganas
con ese mal gusto que ofende a la moral ciudadana,
con ese corte bandolero resuelto, contaminado, corrompido y rebelde por supuesto.
Líbrame de las pasiones cobardes,
a la orilla del infierno no hay un ángel que me guarde.
No te concibo ni consigo enderezarme,
sospecho mi final y en verdad no quiero escaparme.
Me enamoré de los sueños de esa gente
que en un mundo de rodillas no dudarán en alzar la frente;
siempre valientes, conscientes que no hay ley,
que el futuro no merece y el amor sólo un momento, okey (x2)
Yo quiero ser como un son pa’ tu corazón o un redoble de tambor,
alguien que no ganó su entrada al cielo,
algo que no sudó para que vivan ellos.
Todo se incinera, la pasividad me exaspera,
el mundo de los esclavos me enferma,
el espectáculo me asquea…
Yo quiero ser como un son pa’ tu corazón o un redoble de tambor,
alguien que no ganó su entrada al cielo,
algo que no sudó para que vivan ellos.
Todo se incinera, la pasividad me exaspera,
el mundo de los esclavos me enferma
y el espectáculo me hace delirar…
Yo quiero ser como un son pa’ tu corazón o un redoble de tambor,
alguien que no ganó su entrada al cielo,
algo que no sudó para que vivan ellos.