Sobre ir a Rojava (anónimo)

Recogemos y compartimos esta reflexión que hemos encontrado en Indymedia Barcelona.

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Leí algo, oí algo, vi algo. Y por ello me lancé. Nos puede parecer que el dilema es ir o no ir. Nada más lejos de la realidad. Cuanto más tiempo pasa, más soy consciente de las secuelas. Los occidentales de hoy en día no estamos preparados para la guerra. El fetiche de la guerra, desde raperos, documentales revolucionarios y charlas del rollo, se ha vuelto algo normalizado. Pero lo cierto es que no tenemos prisma para hablar sobre guerra o paz, sobre armas o armisticio, sobre la vida o la muerte. Los que tienen la paz, se atreven a hablar de la guerra, los que no tienen armas a hablar sobre ellas y los que tienen vida, a hablar de la muerte.

Dar la vida por una causa nos puede parecer el acto más revolucionario que pueda haber. Pero el prisma cambia a la vuelta. El dilema no es ir o no ir, el dilema es, y si vuelvo, luego que?

Nací varón, blanco de clase media. Lo tenia todo. Dediqué la mitad de mi vida a la militancia. No tuve trabajo porque militar era mi trabajo. No tuve amigos, porque el gettho eran mis amigos. No tuve hobby porque mis hobbies eran las luchas. No tuve salud emocional, porque me dejé de lado por darle a otros. Creía que el dilema era si dar un paso más, y volver a dejar atrás privilegios como cuando era adolescente y dejé atrás el capitalismo por el anticapitalismo. Arriesgar la vida por lo colectivo, por la defensa de una ideología, por la defensa de las oprimidas, por la revolución.

Hacerlo, o no, creí que ese era el dilema, pero nada más lejos de la realidad. El dilema está al volver. Volver a lo que creías que era tu casa, y ver que no lo es. Encontrarte entre dos mundos; entre el tercero en guerra y el primero en paz. Y tener que escoger entre lo que dejaste atrás por militancia, por nostalgia o al ser militar. El dilema está a la vuelta, no lo pongáis en duda. Nadie me lo dijo, me lo encontré. Ir o no, que más da. El dilema está en volver y que nadie te comprenda; ni en el mundo capitalista; ni en el anticapitalista; ni en el revolucionario. En no tener mundo, y que nada te parezca ni tan capitalista, ni tan anticapitalista, ni tan revolucionario. En caminar por las calles que antaño te parecieron sin sentido, y el sin sentido ser tú. En que todos te parezcan locos o dudes si el loco eres tú. En que no te comprendas ni a ti mismo y dudes si has vivido aquello o no. En arrepentirte o no de lo que hiciste o dejaste de hacer, si es que lo hiciste, y tener que esconder que tomaste las armas; en un mundo en que nadie lo entendería. En haber sido entrenado para la guerra y estar en una sociedad en paz. En tener que vivir día a día desde otra sociedad con el asesinato, la violación o secuestro de algún@ amig@ que dejaste atrás para ir a donde te encuentras ahora con todos estos dilemas. En tener que vivir preguntándote cada día si deberías haber muerto ahí. No os preguntéis si ir o no ir. Preguntaros que haréis si vais y volvéis. Aunque todo esto nunca lo entenderéis a menos que vayáis, y volváis.

En cuanto a mi, me veréis encerrado en un cuarto la mayor parte del tiempo, leyendo, dando vueltas o haciendo ver que hago algo; o caminando por las calles del centro, sin rumbo, observando el mundo que me rodea, a veces riendo, a veces llorando, pero siempre callado. Estaré pensando en que nadie sabe lo que viví, si es que lo viví; y en lo que pensarían si lo supiesen; y en que podría responderles en caso que lo descubriesen y me preguntasen “porqué fuiste?” o “mataste a alguien?”. Me veréis perdiendo el tiempo a vuestros ojos, o pasando el rato a los suyos. A veces, creando una tapadera de vida para que algo tenga sentido, a veces temiendo a la cárcel y otras veces retando al sistema. Y si miráis mi alma a través de mis ojos, tras una actitud firme, modosita y luchadora, veréis a alguien derrotado, que entiende perfectamente que tantos compañeros se hayan suicidado.

Creedme, el dilema no está en si ir o no ir. El dilema está en que hacer si vas, y vuelves.

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