El CSROA La Quimera es un Centro Social Okupado que viene a continuar la ya intensa trayectoria de okupación en el barrio de Lavapiés, un área del centro de Madrid en pleno proceso de gentrificación para acabar con la población migrante y precaria que lo habita y mantiene vivo actualmente, y llenarlo, más aun, de cámaras de vigilancia y maderos, a juego con el diseño del resto del centro, y de nuevos sucedáneos que hagan las delicias de un público que responde a un perfil muy concreto, que en este caso se corresponde con el turismo, los nuevos ricos, y los modernos artistillas y culturetas que ya invaden el barrio con su basura «alternativa», mientras que las iniciativas y colectivos que buscan desarrollar su creatividad y tejer redes fuera de las lógicas que impone el sistema son golpeados, amenazados y perseguidos.
Tras el Palacio Social Okupado Autogestionado Malaya, el Centro Social Okupado y Autogestionado Casablanca, el intento de recuperar el edificio tras el desalojo (Centro Social Okupado Magerit) y el Centro Social Okupado Raíces, tomado tras el desalojo definitivo del edificio de Casablanca y desalojado a su vez semanas después, se tomó este espacio, en plena plaza de Cabestreros, en un edificio que ya fue albergó en su día, hace años, otro espacio okupado, y por eso la (R) de Re-Okupado. Actualmente, participan diferentes colectivos en el centro social, tales como la Oficina de Okupación de Madrid (que ofrece asesoría, material y consejos a personas interesadas en iniciar un proyecto de okupación por su cuenta en la ciudad, sea como vivienda o como centro social) u otros de solidaridad con la población migrante, como respuesta a las redadas policiales y a la situación de vulnerabilidad y riesgo permanente a las que las personas migrantes del barrio se encuentran expuestas por las políticas xenófobas del consistorio madrileño y de las demás instituciones del Estado. Además, se realizan numerosos talleres permanentes (Capoeira, defensa personal, teatro, lenguaje de signos, flamenco, malabares, danza…) y otras actividades que son organizadas por colectivos externos o internos de manera puntual (conciertos, comedores veganos solidarios con diferentes causas, charlas, proyecciones de documentales y cine…).
Todo este asunto viene a que, del mismo modo que otros centros sociales y espacios autónomos y rupturistas de la ciudad de Madrid (como el CSO La Gatonera, de cuyo caso se habló en este blog aquí y aquí), La Quimera ya ha recibido también una carta del ayuntamiento relativa a la prohibición de uno de los actos que el espacio había preparado y que contenía amenazas de que se tomarían las medidas que se consideren necesarias en caso de que la orden se omita y se lleve a cabo igualmente la susodicha actividad.
Dejo por lo tanto el comunicado de la asamblea de esta okupa lavapiesera, contestando a tan poco cordial misiva y explicando su postura y reacción al respecto (recibido en el correo electrónico por parte de un/a colaborador/a anónimx que a su vez lo toma de la página web del espacio, que podéis consultar aquí):
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El jueves 23 de enero recibimos en el CSrOA La Quimera de Lavapiés una notificación del Ayuntamiento de Madrid comunicando la prohibición del evento que se iba a realizar al día siguiente bajo amenaza de sanción penal por desobediencia a la autoridad, “sin perjuicio de las medidas de compulsión que fuese necesario emplear para pleno y debido efecto de la presente resolución, (y) sin perjuicio de las sanciones a las que ello diera lugar”, es decir, bajo amenaza de hacer lo que les dé la gana.
Sabemos que esta misma notificación ha llegado a otros centros sociales de Madrid el mismo día y que no es la primera vez que esto pasa.
Sin duda, esto es parte de una estrategia de control y represión llevada a cabo por parte del poder para criminalizar y acabar con los movimientos del pueblo, atacando a los centros sociales okupados como espacios de encuentro de los colectivos y personas, como espacios de autogestión y de lucha para éstas.
Por eso, creemos que como espacio de insumisión y acción debemos plantar cara a estas amenazas, sin dejarnos intimidar. Debemos seguir decidiendo por nosotras mismas, de forma autónoma e independiente y sin coacción cómo queremos gestionar nuestros espacios.
Apoyamos la decisión, sea la que sea, de cualquier colectivo o centro social en función de los riesgos que quieran o puedan asumir, pero también queremos buscar formas de respuesta creativas, organizadas y comunes, reforzando así las redes de apoyo mutuo.
Proponemos hacer una asamblea de Centros Sociales Okupados y Autogestionados para organizar una respuesta común.
Mientras tanto, animamos a acudir a las convocatorias de apoyo de los centros sociales que decidan seguir adelante con sus actividades.
La Quimera de Lavapiés
-Integrante del movimiento OKUPA-
